Capítulo 39: Encuentro con "Viejos Amigos"

879 99 19
                                    

—Te escucho—le indico utilizando una leve sonrisa relajada. Aunque en el fondo sigo sin tolerar su presencia. 


— ¿Podemos ir a otro lugar?— Consulta viéndome con ligero nerviosismo.


Yo me cedo en observarlo con dejes confundidos para luego negar—Tengo otros asuntos que hacer—miro la hora en mi reloj de muñeca—y ya debería de estar allá—apunto con un leve encogimiento de hombros.

—Bien— libera un soplo decepcionado —Solo que en todo este tiempo había pensado que cuando regresara ya no te encontraría con él a tu lado—Suelta con ojos tristes mientras da otro paso próximo hacia mi persona

—Ah... Pensé que era otra cosa menos obvia— ladeo mi cabeza sin quitar mi sonrisa tranquila— Daniel es un hombre estupendo al que quiero mucho—su mandíbula se tensa mientras aparta frustrado sus ojos de mi — ¿Por qué no estar con la persona que me hace feliz?.

— ¿Lo amas? —Refuta haciendo sus manos puños mientras me vuelve a mirar con aires irritados — ¡Responde! —me sobresalto expresando asombro por su nuevo comportamiento desesperado al tiempo que él acorta nuestra distancia para tomar mis hombros con sus extremidades luego de un breve tiempo sin recibir mi respuesta

— ¿Qué te pasa David? —Expreso extrañada por su actitud enojada.

—Necesito saberlo Rose— Manifiesta entre dientes

Rompo su agarre en un movimiento atropellado— No tengo porque darte explicaciones.

—Soy prácticamente familia así que exijo saberlo.

—Solo eres amigo de ella—Le corrijo cruzándome de brazos y juntando mis cejas disgustada por su intolerante actitud— Pero para mí no eres nadie más que un simple conocido. Y pensé que eso ya te había quedado claro— abro de nuevo la puerta de mi auto ingresando mi bolso en el asiento del copiloto sin verlo. —Ahora que sea la última vez que me trates y hables así porque ya no estoy para juegos absurdos.

—Siempre habrá algo que nos una Rose— detengo mi acción de encender el coche para escuchar sus palabras venenosas— Soy más que un amigo para ti. Yo si te amo pequeña

Zanjo sus palabras y me predispongo a marcharme aborreciendo mis pensamientos en este momento que se alertan e inquietan con su presencia perturbadora.

Por ende distrayéndome pongo mi mente en blanco con el único objetivo de encontrarme con "viejos amigos".

Cuando llego a nuestro sitio de encuentro niego hastiada estacionando mi auto al encontrarme con una pizzeria popular de la ciudad.

Las constantes burradas inmaduras de aquellos sujetos no cesan. Sin embargo posando en mi rostro mi mejor expresión simpática me adentro al lugar localizando a los susodichos esperándome en una mesa de la entrada.

— ¡Rose!—Una entusiasta rubia (ya no desaliñada) se acerca a mi encuentro para abrazarme

—Me alegra mucho verte en persona y no por la computadora— sonrío correspondiéndole su gesto con cariño.

Con descendencia inglesa Camile no pudo librarse tampoco de marcharse luego de graduarse por diversos motivos que no son de mi interés, contrario a su actual pareja porque a él si le afecto tal ausencia en la que yo fui testigo por varios meses de su denigrante estado de ánimo. O mejor dicho del de ambos al ser su persona de confianza y desahogo en los típicos problemas mezquinos y superficiales de las personas ciegas de la verdad.

—Es un gran alivio para muchos— se separa para poder ver a Brandon con placidez.

—No lo dudo— comento saludando al mismo tiempo al mejor amigo del susodicho y sentarme a su lado.


—Pero yo extraño más a la cuatro ojos—bromea Cristóbal generando que Brandon lo vea mal y éste ría al ver a Camile con el rostro carmesí.

Sonrisa Fingida |TERMINADA|Where stories live. Discover now