Capítulo 33: Tranquila

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Conservo el silencio tenso en el auto sin preguntar lo que ya sé. Aunque ya era de extrañar que no estuviera junto a David en mi espera como la última vez en aquel lugar.

Mi madre es un ser humano débil pero el cual me tengo que encargar de mantener con vida, su partida por los momentos no es nada satisfactoria. Su muerte traería fracaso así que su salud solo me causa infortunio. Amy tiene que estar bien por el bienestar de ambas.


Al llegar al hospital David le pregunta a la recepcionista sobre el paradero de mi madre. Y al poseer la información de su estado de salud estable nos dirigimos a su habitación por aquellos pasillos gélidos y enfermizos rodeados de soledad al ser de madrugada un fin de semana muerto.

Entrando a la habitación lo primero que observan mis ojos es la desdichada presencia de Eduardo sentado en el incómodo sofá que adquiere la estancia nívea. Por ende poso mi atención en lo que verdaderamente es de mi interés; mi madre. La cual yace sobre blancas sabanas que protegen también su cuerpo mientras ella se encuentra sufriendo en la inconsciencia

— ¿Cómo paso? —destruye el silencio mi acompañante mirando a su amigo el cual soltando un suspiro cansino se levanta de su asiento para vernos a la par.

—Íbamos de camino a la estación como teníamos previsto, pero de un momento a otro en donde ella se la pasaba llorando en silencio, me avisa de un dolor agudo en su pecho que le proporcionaba mucha fatiga y malestar. Por eso de inmediato cambie mi ruta hasta el hospital más cercano— destinamos nuestra atención a ella— me preocupé mucho al ver su dificultad para respirar— descubro como sus ojos se nublan conteniendo su llanto lastimero. Él tampoco quiere perder a su madre— te llame cuando estaba en emergencia. Hasta hace poco que la trajeron sedada no sabía nada de su situación.

— ¿Qué te dijo el médico? — le interrumpo interesada demostrando abatimiento.

—Que fue una angina de pecho inestable— contesta arrugando su entrecejo y haciendo que yo asienta finalizando nuestra breve conversación.


—Lo bueno es que ya se encuentra mejor— añade este volviendo su atención a su madre

—Y lo seguirá estando— refuta David situándose a mi lado— no te preocupes más—me sonríe un poco acariciando fugazmente mi mejilla con sus nudillos.

Los fuertes pitidos de la maquina cardiaca hacen que todos centremos nuestra atención a la mujer que acaba de despertar confundida. Por lo que decido acercarme mejor a su cuerpo notando que ella al darse cuenta de nuestra presencia y del lugar en donde se encuentra, una lagrima traicionera revela nuevamente su estado consternado.

—Pensé que todo había sido una pesadilla, pero el ya no está aquí—solloza inconsolable haciendo que mi hermano se acerque a su cuerpo hasta acariciar su espalda

—No llores ma... No es bueno para tu salud que te alteres— le informa preocupado. Ella asiente comprendiéndolo y con manos temblorosas seca sus lágrimas, alza la cabeza de nuevo y me mira, una sonrisa triste se le dibuja en el rostro

—Mamá...—la nombro dudosa sentándome a su lado

—R-rose—su labio tiembla antes de abrazarme con fuerza y volver a llorar— No debería dar más preocupaciones así que discúlpenme hijos— se separa limpiando nuevamente la humedad de sus mejillas

—Tranquila mamá— repito aquellas palabras con falso consuelo que tantas veces he escuchado dirigidas a mi hoy también— Eres fuerte y estamos contigo, podremos con esto y con más

—Lo se hijita, lo sé— sorbe su nariz regalándome una pequeña mueca antes de suspirar y tomar mis manos— pero ahora si quiero que me expliques que fue lo que paso—inquiere levemente desesperada reteniendo su dolor para verme con atención.

Sonrisa Fingida |TERMINADA|Where stories live. Discover now