Crees que vas a morir,pero solo quieres ser salvada

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Se escuchó el típico "Riiiiiiiiiiiing" y al instante cientos de alumnos abandonaron sus aulas. Era el sonido de la libertad o eso parecía, aunque por las mañanas el mismo sonido era sinónimo de encarcelamiento.

    Serenna cogió su mochila, una bandolera negra de su marca preferida, Converse, y arrastrando los pies se encaminó hacia su habitación en aquel internado.

    Ella era la típica adolescente triste y solitaria, tímida y hasta cierto punto anti-social, que se pasaba todo el día escuchando música para aislarse del mundo. Menos mal que tenía la música, sin ella seguramente se hubiera vuelto completamente loca, si es que ya no lo estaba. A sus 17 años se sentía sola y muy desgraciada, estaba en 2º de Bachillerato en aquel internado que tanto detestaba, y aunque tenía algunos amigos, no tenía la suficiente confianza con ellos como para contarles cómo se sentía.

    Después de cruzar todo el jardín que separaba el instituto de la residencia se dirigió hacia su habitación. Tenía la suerte de no compartir aquel habitáculo con nadie, o al menos era lo que pensaba. Odiaría tener que fingir una sonrisa cada vez que llegase a su cuarto. Al menos en aquel espacio podía ser todo lo antipática, odiosa y malhumorada que quisiera, podía llorar sin tener que tragarse sus lágrimas debajo de las sábanas y no tener que dar explicaciones de nada.

    Entró en la estancia y fue dejando todo por el suelo, su mochila, el abrigo y los zapatos. Cogió del escritorio su Ipod, se puso los auriculares y se tumbó finalmente boca abajo en su cama. Del reproductor empezaron a sonar los primeros acordes de una melodía que conocía a la perfección, se trataba de Join Me In Death de su grupo preferido, HIM. Una vez más, cerró los ojos e intentó olvidarse de toda la tristeza que la consumía, pero fue inútil.

. . .

(En un lugar alejado del mundo físico, se encontraban cuatro personas que hace tiempo habían dejado de pertenecer al mundo de los vivos)

-Ella parece triste de nuevo-_dijo un chico de cabello largo y rubio que se hacía llamar Dead*.

-Será por esa jodida música que escucha, debería poner algo de los Sex Pistols-_intervino otro joven que se encontraba detrás de él observando lo que a Dead tanto le llamaba la atención.

-No creo que sea la música, Sid. Yo me sentía igual, y ya ves como acabó-_dijo Kurt intentando soltar una risa que no sonó muy convincente.

-¿Crees que sea capaz de sui...-_intentó preguntar Sid Vicious pero antes de que pudiese concluir su frase fue interrumpido.

-¡Cállate! no digas esa palabra, no la menciones. Su vida no va a terminar trágicamente como la nuestra, ella va a vivir muchos años y será muy feliz, se lo merece-_añadió Michael Jackson.

-Cierto...pero, no sé hasta qué punto hay que seguir manteniendo la existencia cuando esta se torna tan dolorosa-_concluyó Dead.

-¡¿Acaso estás sugiriendo que es buena idea que muera?!-_volvió a decir Michael exaltado.

-Pues no es que me entusiasme la idea, pero ¿por qué no? no volvería a sufrir- contestó Dead.

-Michael, admite que sólo estás así por que eres su preferido-_soltó Kurt Cobain.

-¿Y? ¿Qué pasa si soy su preferido? ¿Es que estáis celosos o qué?

-No es eso, simplemente no quieres que muera por que te gusta que ponga tus canciones a todo volúmen e intente bailar como tú, adoras ser su inspiración y verla sonreir cuando escucha de casualidad alguna melodía tuya por la radio.

El moreno de rizos suspiró, en parte Kurt tenía razón, pero sólo en parte, claro que le gustaba que Serenna hiciese todo eso, así se seguía sintiendo vivo, pero ella era más importante que todo eso, Michael estaba convencido de que ella haría cosas realmente grandes, sólo necesitaba más seguridad en sí misma y a alguien que la quisiera de verdad.

Notas finales:
Bueno, por si no está claro, los 4 "angeles" aunque no me gusta designarlos así son: Kurt Cobain (líder de Nirvana), Michael Jackson, Sid Vicious (bajista de los Sex Pistols) y Dead, este creo que es el menos conocido, fue lider de Mayhem, una banda noruega, se suicidó a los 22 años, primero intentando cortarse las venas y luego con un tiro en la cabeza.