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-Estoy aterrado...esa es la palabra. Si no llego a tiempo, ella tan solo...-_Michael era incapaz de continuar ante la atenta mirada del resto.

-Ella parecía tan alegre últimamente, tenía esa sonrisa en su cara todo el tiempo, desde que nos encargamos de ella nunca la había visto así-_aseguró Kurt_-y ahora...está peor que nunca.

-Todo es culpa de ese puto niñato-_dijo Sid furioso_-lo mataré con mis propias manos, ¿cómo se atreve a jugar con su delicado corazón?, aunque eso no es lo peor.

-¿A qué te refieres?-_preguntó Kurt.

-¿No es obvio? Eros... creía que él, no sé, se supone que sería como un cuento Disney, rockero conoce a chica bonita, se enamoran y viven felices para siempre escuchando a los Sex Pistols.

-No se puede ser feliz para siempre escuchando a tu grupo-_comentó Dead quitándole hierro al asunto.

-¡HA, HA, HA!-_ rió sarcásticamente el moreno_-ya sabéis de qué hablo. Creo que nos hemos equivocado con ese tío.

-Sí, yo también lo creo-_dijo esta vez Michael_-y pensar que casi la obliga a mantener relaciones con él.

-No desesperemos, es cierto que el tío en cuestión es un poco...¿cómo decirlo? GILIPOLLAS, pero confío en sus posibilidades y en cierto modo Serenna se siente atraída hacia él.

-Ahora lo más conveniente es estar pendientes de Serenna, no quiero un susto más-_ dijo Michael.





Serenna se sentía tan abatida, no podía creer que Alexi se fuera a marchar para siempre y que nunca más volvería a ver sus ojos color miel puestos en ella. ¿Alejarse de ella de aquel modo solo era una forma de que se olvidara de él por que se iba a ir? Su cabeza tenía mil dudas, pero entre todo ese caos había una imagen que retumbaba en su mente, la de Michael abrazándola de esa forma tan encantadora, con su dulce aroma envolviéndolo todo y sus palabras "Déjame salvarte, por favor".

Se dispuso a hacer algunos deberes que tenía, era temprano, pero no tenía sueño y pensó que era la mejor forma de distraerse y no pensar demasiado, en nada ni en nadie. Abrió su mochila y se encontró con aquella botella de Jack Daniel's , vacía, ella misma había vaciado el poco contenido que quedaba antes de guardarla. La sacó, apestaba a whisky, la dejó sobre la estantería, no por nada en particular, sólo le gustaban las botellas de esa marca, con su etiqueta negra, todo un símbolo de la vida rockera.

Después empezó con un comentario de historia, eso la mantendría ocupada un rato.

Haber hecho aquello terminó por agotarla y sin pensarlo se metió en su cama pensando en recuperar las horas de sueño que había perdido.

Se introdujo en la cama, estaba totalmente impregnada por el olor de Eros, no le desagradó, olía muy bien y una leve sonrisa se formó en sus labios, luego se reprendió mentalmente así misma por haber sonreído ante aquello, se suponía que estaba furiosa con él. Se deslizó entre las sábanas dando vueltas intentando encontrar una posición agradable, pero en sus movimientos se encontró con algo en su cama, alargó la mano y sus dedos rozaron con un rectángulo, lo cogió sin saber aún que era y lo sacó de entre su cama, era una cartera. Era negra, de tela, de las que se pegan con belcro, decorada con una calavera y rosas al estilo de los tatuajes de Ed Hardy "Se le habrá caído a Eros" pensó ella. Y no se pudo resistir a abrirla.

Lo primero que vio fue su permiso de conducir, lo sacó y lo vio con detenimiento. La foto no le hacía justicia, salía muy poco favorecido, Serenna no pudo evitar lanzar una risa al verlo. También se fijó en la fecha de nacimiento, 18 de Junio de 1989, 22 años, hizo rápidamente el cálculo, y pensó en que se llevaban 5 años.

Sacudió su cabeza y metió el permiso en su correspondiente apartado, luego abrió una cremallera, allí tenía algunos billetes arrugados, cerró de nuevo la cremallera, vio las tarjetas que tenía, y se percató de un papelito que asomaba por uno de los recovecos. Serenna cogió de la punta y tiró del papel. Era una hoja de cuaderno doblada. Lentamente la fue desdoblando, con cuidado de no no dañarla, tenía curiosidad por saber de qué se trataba. Se quedó perpleja, reconocía aquel lineado negro que poseía y aquellos garabatos que ella misma había trazado escupiendo torpes palabras, según ella, en uno de sus muchos momentos tristes y convirtiéndolos en una canción. Sin duda se trataba de la hoja de su Death Note que le faltaba desde aquella vez que había desaparecido, y cuyo misterio Sid trataba malamente de ocultar. Aquella era la prueba que necesitaba para demostrar que estaba en lo cierto con respecto a la canción que Full Metal, el grupo de Eros, había tocado al final del baile.



En un lugar lejos del San Francisco High School, Eros se encaminaba a uno de sus lugares preferidos. Desde que salió de la residencia del instituto no había pasado por casa, no quería hacerlo, tenía que distraerse y olvidar ciertas cosas que no lo dejaban tranquilo. El frío aire de la mañana le golpeaba en la cara, lo que le ayudaba a despejarse. Cruzó unas cuantas calles y en seguida entró en un pub. Sí, era un sábado por la mañana, pero a Eros le constaba que aquel antro siempre estaba abierto.

Se aproximó a la barra y se sentó en uno de los taburetes, no había nadie allí, sólo el dueño del negocio.

-Una cerveza-_pidió Eros con su voz algo más ronca de lo normal.

El hombre se la sirvió y se retiró a otros quehaceres. Eros dio un trago largo a la cerveza, acto seguido se encendió un cigarrillo, necesitaba relajarse, pero no podía, la expresión de Serenna cuando le dijo que Alexi se marcharía lo atormentaba, así como la forma en la que ella lo había echado de su habitación casi llorando.

Simplemente no podía soportar ser culpable de sus lágrimas, pero ¿qué otra cosa podía hacer? A su mente acudieron los recuerdos de hacía unas semanas.



* * *

Estaba en aquella discoteca por primera vez, los chicos de la banda, Dan, Corey, Christopher y Mikko habían insistido para salir a aquel lugar. Al principio Eros no estaba muy convencido pero al final le pareció una idea genial. Ya llevaba algunos días encerrado en casa, algo impropio de él, y necesitaba distraerse.

Entraron todos en el local, había buen ambiente. Música alta, luces parpadeantes, alcohol y chicas bonitas ¿qué más se podía pedir? Eros no pudo evitar fijarse en algunas de las mujeres que había allí. Sus bonitos ojos verdes rastreaban el lugar en busca de su presa, tenía demasiadas ganas de tener sexo salvaje, como él lo llamaba, con alguna desconocida.

Pero antes de eso se dirigió a la barra a pedir un cubata. Luego se encontró con sus amigos y estuvo haciendo el tonto con ellos bailando en la pista.

Después de un rato algunas gotitas de sudor aparecieron en su frente, así que dejó de bailar, ya tenía lo que quería, había visto a una chica de su agrado, una exuberante rubia con un vestido que no dejaba demasiado a la imaginación. Antes de ir a por ella decidió ir al baño, necesitaba mear y de paso vería si estaba lo suficientemente irresistible.

Entró en el habitáculo, no era muy grande. Eros procedió a bajarse la cremallera del pantalón cuando unos gemidos lo sobresaltaron, sin duda se trataba de una pareja manteniendo sexo en una de las cabinas donde estaban los sanitarios.

A Eros poco le importó, eran escenas habituales en ese tipo de antros. Aunque aquella chica tenía buenos pulmones, su voz se hacía más chillona por lo que dedujo que estaría al borde del orgasmo. Eros terminó de mear, y se paró un momento frente al espejo, acomodó su ropa y entre tanto aquella chica de chillona voz salió de allí, avergonzada por encontrarse con alguien en aquella situación se marchó rápidamente del baño. Al rato, salió el chico, Eros solo lo vio a través del espejo y ante su asombro se volteó para ver si estaba en lo cierto. Y sí, lo estaba, era Alexi, todavía se estaba abrochando los pantalones.

En un movimiento rápido Eros lo empujó contra la pared.

-Dame sólo una razón para que no te parta la cara-_dijo furioso mientras lo acorralaba y agarrándolo del cuello de la camisa.

-¿Pero de qué vas? ¿Estás loco o qué?-_fue la única respuesta de Alexi intentando soltarse.

-No, aquí el que está mal de la cabeza debes de ser tú, ¿qué haces con esa tía?

-Creo que es obvio-_dijo con una sonrisa en sus labios. Eros volvió a empujarlo.

-¿Y qué pasa con Serenna?-_ preguntó el de ojos verdes.

-Creo que eso no te importa, es muy guapa, pero es una estrecha y me aburro con ella-_dijo el rubio indiferente_-¿qué pasa? No me digas que te gusta-_Alexi comenzó a reír_-¿Sabes que es un delito, no?

-¡Delito será que yo te mate a hostias!, así que no vuelvas a acercarte a ella, ni la mires siquiera-_fue diciendo Eros mientras lo golpeaba contra la pared.

-Ehhh...tranquilo-_dijo Alexi intentando soltarse_-es toda tuya, pero dudo que pases de la 2º fase con ella.

Finalmente Eros lo soltó y se largó de allí, no entendía lo que le pasaba, él era el primero que defendía la infidelidad en los hombres, creía que estaba en su naturaleza ser infieles, después de todo ¿quien no se aburre al estar sólo con una chica? Pero aquella vez era diferente, Serenna no le hacía ni caso y el único chico por el que se interesaba era ese malnacido.

* * *

Eros le dio el último trago a su cerveza. Su cigarrillo ya se había consumido y ahora no era más que una colilla en el cenicero.

Metió la mano en su bolsillo para pagar su consumición, pero no encontraba la cartera, rebuscó por todos los bolsillos y recovecos pero no aparecía, ¿dónde la habría perdido? Se preguntaba el moreno.

-Esto...me dejé la cartera en algún lugar ¿te puedo pagar luego?

-Claro, sin problemas-_dijo el dueño.

-Gracias Frank-_dijo Eros antes de desaparecer por la puerta.

Crees que vas a morir,pero solo quieres ser salvadaWhere stories live. Discover now