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A punto estuvo Serenna de empezar a echar humo por las orejas ¿Cómo ese hijo de la grandísima puta podía haberle hecho eso? Estaba realmente furiosa y por un momento dudó en aporrear de nuevo la puerta para partirle la cara a ese cabrón. Demasiados improperios había formado su pensamiento hacia aquel individuo, y eso no era propio de Serenna, definitivamente Eros estaba sacando lo peor de ella. Sin más, se dio la vuelta, todavía enfadada, irritada, indignada y sobre todo, muy triste. Le habían robado su primer beso, y eso no se olvida.
Semi-desnuda como estaba atravesó todas las instalaciones del colegio hasta llegar a la residencia y a su habitación. Dio gracias al cielo por que no se encontró con nadie en el camino, habría sido súmamente vergonzoso, y a estas alturas ya no podría aguantar otra humillación.
Se adentró en su cuarto esperando encontrarse con Sid, pero él no estaba. Simplemente se desmaquilló, se puso el pijama y se metió en su cama, intentando dormirse lo antes posible, pero su maldita cabeza no paraba de reconstruir una y otra vez ese horrible momento cuando sus labios chocaron y él la besó de esa forma.
Tardó varias horas, pero finalmente consiguió dormirse y tenía la suerte de que al día siguiente no tenía clase ya que era sábado por lo que podría recuperar esas horas de sueño.
A la mañana siguiente la luz del sol incidía directamente en la cara de Serenna, un momento, ¿alguien había subido la persiana? "Sid" pensó y lentamente abrió los ojos encontrándose con la mirada del chico.
-¡Al fin despiertas! ¡Anoche debió de ser brutal ¿tienes resaca?-_cuestionó el moreno.
- Mira, si quieres seguir con vida no me hables de anoche-_amenazó Serenna tocando el pecho de Sid con su dedo índice.
-Bueno...teniendo en cuenta que soy un fantasma no creo que eso me afecte-_dijo Sid en tono gracioso.
-¡Genial!-_gritó sarcástica_-ni siquiera puedo amenazarte-_dijo mientras hundía su rostro en la almohada.
-Oye nenita, no desesperes ¿vale? ¡Hoy será un gran día! Ya lo verás, así que vístete, desayuna y luego nos vemos.
- ¡Espera, espera!-_dijo Serenna con la intención de impedir que este desapareciera antes de resolver sus dudas_-¿qué va a pasar hoy?
Demasiado tarde, Sid ya se había ido, dejándola totalmente desconcertada. Resignada, hizo caso de las instrucciones de Sid. Se duchó rápidamente, se vistió con lo primero que encontró en su armario y una vez lista bajó al comedor de la residencia para desayunar. Allí se encontró con Jenna, la cual estaba sentada con otras chicas de clase, Kat y Olivia, hablando animadamente. Serenna se sentó con ellas para tomar su desayuno, una taza de leche con cereales y dos tostadas con Philadelphia.
-Al fin te veo-_dijo en forma de saludo la pelirroja.
-¿A mí?-_preguntó Serenna.
-Sí, no te hagas la sueca...ayer te perdí la pista después de que acabara el baile, tenía pensado volver contigo y contarte todos los detalles de mi cita con Zack.
-Bueno...yo...volví pronto, estaba cansada-_mintió Serenna.
-¿En serio?-_preguntó Jenna algo desconfiada, y la castaña asintió.
-Bueno, cambiando de tema-_intervino Olivia_-¿Os fijasteis en lo bueno que estaba el cantante de Full Metal?
En ese momento Serenna se arrepintió mil veces de haber bajado a desayunar, en ese momento lo único que deseaba era pegarse un tiro o en su defecto salir de allí.
-Oh, Dios, nunca en mi vida he visto un hombre así, era extremadamente sexy_-comentó Kat.
-Pues sí que era lindo-_dijo Jenna seguido de un suspiro_-¿Tú que opinas Serenna?
-¿Yo? Mmm...bueno, en mi opinión no era nada del otro mundo, tíos como ese los hay a patadas.
Todas las chicas de la mesa se quedaron mirando a Serenna como si hubiese dicho la peor de las blasfemias.
-¡¿Qué?! Bromeas, ¿no?, por que no me negarás que era como el hermano gemelo perdido de Ville Valo, y hasta donde yo sé tu adoras a Ville Valo-_soltó Jenna.
-Exageras-_dijo Serenna fríamente llevándose una de sus tostadas a la boca.
-¿En qué? ¿En que te gusta Ville Valo o en que el cantante era clavadito a él?
-Ya está bien-_intervino Kat_- busqué la página del grupo en facebook y allí vienen todo tipo de detalles, resulta que el bombón de ojos verdes se llama Eros, ¡Eros! Como el Dios del amor y el sexo.
-¡Creo que le viene como anillo al dedo!-_dijo Olivia.
-¡Pero no sabéis lo mejor!-_intrigó Kat al resto de chicas, menos a Serenna que estaba entretenida con su desayuno.
Kat hizo una pausa dramática, lo que provocó que el resto de chicas se desesperaran.
-¿A qué esperas para decirlo?-_preguntó Jenna para instigarla a hablar.
-Pues...ayer, después del baile subí a mi habitación, como es lógico y me puse a buscar la información sobre ese grupo, y encontré la página de facebook, como ya os dije...y bueno, ya sabéis que soy la delegada de clase y hoy a las 7 de la mañana me reuní con la directora...no veáis, es una mujer tan ocupada...la verdad es que no tuve que madrugar, me pasé toda la noche en vela sin poder dormir por lo emocionada que estaba, bueno, al grano, me reuní con la directora y le propuse que nuestro querido Dios de ojos verdes y el resto de su grupo nos dieran unas clases extra-escolares a todos los alumnos de nuestro curso.
Otra vez la pesada de Kat hablando atropelladamente y con demasiada información inútil por el medio. Pero entre aquella información Serenna se dio cuenta de lo que hablaba y con el horror reflejado en su rostro preguntó
-¿Y? ¿Qué dijo?
-Pues...-_otra pausa dramática para dar tensión, cuanto las odiaba Serenna y más en esos momentos donde su corazón no aguantaría el suspense_-¡HA DICHO QUE SÍ!- gritó Kat eufórica.
-¡Es genial!-_dijo Olivia_-podremos estar cerquita de él-_dijo guiñándole un ojo a Kat.
En esos momento Serenna deseaba que una grieta enorme se abriese bajo sus pies y la engullese para siempre, y todo por esa tonta de Kat ¿no podía mantener su enorme boca cerrada? Seguro que empezó a marearle la cabeza a la directora con esa labia que tenía y sólo por no aguantarla la Señora Reeves había aceptado.
Según Serenna, Sid Vicious nunca podría ganarse la vida como vidente, su premonición de que hoy sería un gran día había fallado por completo nada más levantarse. Y en su corazón no creía que las cosas fueran a ir mejor durante el resto de la jornada.
Terminó de desayunar y se despidió de las chicas que se quedaron allí comentando la "maravillosa" noticia.
Serenna se adentró en su habitación con cara de pocos amigos, quería gritar, chillar, patalear y romper cosas, estaba tan furiosa. Cogió la cuchilla del sacapuntas y se fue al baño, iba a cortarse de nuevo, pero una voz la detuvo.
-No lo hagas-_dijo Sid detrás de ella.
Serenna levantó la vista y vio la figura del chico reflejada en el espejo.
-Creía que los fantasmas no podían reflejarse en los espejos.
Sid rió_-eso sólo les pasa a los vampiros.
Acto seguido, el chico le arrebató la cuchilla de entre los dedos y la cogió de la mano arrastrándola fuera del baño. La sentó en la cama y continuó diciendo:
-¿Recuerdas todas las preguntas que tenías para mí?, pues bien, ha llegado el momento de aclararlas, pero necesito ayuda, así que le pediré al resto de la panda que baje, pero a cambio debes hacer algo
-Odio los intercambios de favores-_dijo seca mientras entrecerraba los ojos.
-Oh, ¡vámos! Hazlo por mí-_dijo Sid poniendo carita de cordero degollado.
-¡Está bien! Como quieras, ¿qué tengo que hacer?-_preguntó resignada.
-Deberás...cantarnos una canción
-¿Te has vuelto completamente loco?, ni de coña. ¿Sabes? Me gustan los días lluviosos, pero ¡demasiada lluvia puede matarte!
-Creeré que cantas mal cuando te oiga cantar, y aún así no creo que desafines tanto como Johnny Rotten-_dijo Sid concluyendo con una risa.
De inmediato, tres potentes luces alumbraron aquella estancia, eran similares a las que Sid proyectaba cuando aparecía y desaparecía. De esta forma hicieron su aparición tres personas que se posicionaron frente a Serenna. Esta por su parte frotó sus ojos en un acto reflejo para asegurarse de que aquello no era un sueño.
Vio a Dead, con su cabellera lacia y rubia cayendo por sus hombros, esta vez se había pintado los ojos como hacía en Mayhem.
A su lado, se encontraba un hombre con el pelo más corto, pero también rubio y algo despeinado, barba de tres días y unos increíbles ojos azules que resplandecían. Suéter a rayas, vaqueros rotos y unas Converses All Star, no podía ser otro que Kurt Cobain.
Y finalmente, al lado de Kurt, otra persona, de pelo negro con rizos perfectos, algunos de los cuales caían de forma rebelde por la frente del susodicho. Ojos grandes y preciosos de un color avellana intenso, y adornando su carita la más bella de las sonrisas, digna de un anuncio de pasta dental.
Serenna no lo dudó más veces y se abalanzó sobre este último que no era ni nada más ni nada menos que el gran Michael Jakcson. Lo abrazó y lo abrazó con todas sus fuerzas, con el miedo de que se desvaneciera entre sus brazos. Quería retenerlo a su lado para siempre. Pronto las lágrimas florecieron en sus ojos, ya no las podía evitar.

Crees que vas a morir,pero solo quieres ser salvadaWhere stories live. Discover now