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Estaba estúpidamente nervioso.

Había comprado dos libros que Vio tenía en su lista de libros que le gustaría leer en Facebook. Esperaba que no los tuviera. ¿Y qué tal si los tenía? Se me salió un gallo al pedir el papel de regalo en la tienda, cosa que no ayudó con mis nervios.

¿Estás en tu casa? 4:12

¿Dónde más voy a estar? 4:13

Es en serio, Vio... 4:13

Significa sí ¡jaja! 4:13

¿Por qué? 4:14

Ya verás... 4:14

¿Cómo que ya veré? ¿Iba a venir? ¿No iba a venir, verdad?

― ¿Qué te pasa, Letta? ¿Una mala noticia?

Mi hermana no podía enterarse de Uber. Iba a ser investigado y yo iba a recibir un sermón horrible y triste sobre lo malo que eran los chicos. Sólo porque ella había tenido malos noviazgos no significaba que me iba a pasar lo mismo.

―Me acordé de algo, es todo.

¿Por qué había pensado eso? No iba a tener un noviazgo con él ¿No? Por dentro estaba gritando y halándome del cabello.

En casa estaba de visita mi tío Oswaldo, su esposa y mis primos morochos Ronaldo y Hector. Mi mamá no estaba contenta con la visita inesperada y se la había pasado casi todo el rato callada, tomando vino, mientras mi tía intentaba inútilmente hacerla conversar. Así que mi tía había decidido que sólo ella sería la que hablase en un monólogo aburrido sobre cómo lidiar con sus hijos adolescentes adictos al animé.

Rolando y Héctor se parecían mucho. Ronaldo era de piel más clara, y leía muchos cuentos de terror. Hector estaba obsesionado con los mangas, y había heredado de mi abuela los ojos grises.

Mi hermana Astrid estaba enseñándoles sobre música y películas de culto. Ella tenía veintidós años, era alta, con ojos de un verde grisáceo extraño... y ganas de demostrar que los hombres son todos iguales.

Ninguno de ellos me dejaría en paz si se enteraban de Uber.

― ¿Letta? Te estoy hablando.

― Ah, perdón, Hector. ¿Qué dijiste?

― ¿De qué te acordaste?

Les conté de Tania, y su escándalo de las fotografías en todo el salón. Como buen público, lo recibieron con buenos insultos.

― ¡A la verga!

― Mierda...

― ¿Y quién le hizo eso? Pobrecita.

― No se sabe... pero tengo la teoría de que... Fue ella misma.

Exclamaron y exigieron saber más. Les conté que Tania era muy inmadura, y eso me hizo distraerme del mensaje que había recibido antes.

― Y tú, ten cuidado con eso.

― ¿Eh? –Héctor me agarró fuera de base- ¿Yo? ¿Con qué?

― Con enviar fotos así.

― Yo no...

― Héctor, estás loco. Letta no es ninguna...

― ¿Ninguna qué, exactamente? –Astrid interrumpió a mis primos con un tono tan autoritario que no pudimos evitar reírnos. - ¡Eso no la haría ninguna puta! Sólo si se...

Mis primos compartieron una mirada idéntica.

― Eso es putear.

― ¡Claro que no! Una mujer puede escoger si...

― Bueno, las putas son libres.

Mi teléfono sonó nuevamente y recordé el mensaje de Uber. ¿Vendría de verdad? ¿No estaba demasiado formal? Tenía puesto un vestido que Astrid me había regalado y... ¿Y si mi papá lo invitaba a subir? ¿Y si mi mamá lo conocía como...? No ¿Y si mi mamá entendía que...? Mi mamá no aceptaría que yo tuviera un...

― Pero si Letta no tiene novios, ni pretendientes...

Eso, tal vez mamá no aceptaría que yo tuviera un... Espera ¿qué?

― ¡Hey!

― No seas malo, Rolan. Seguramente pretendientes tiene... Letta es bonita, pero no hay que decírselo porque se lo va a comenzar a creer.

― ¿De qué se supone que estamos hablando?

― Estás toda distraída... ¿qué te pasa?

― ¡Nada!

¿Por qué tuve que decir esa palabra? Nada era un suiche, una provocación.

― ¿Cómo que nada?

― ¡Quítale el teléfono!

― ¡No, no! ¡PAPÁ! ¡Déjenme!

Me senté sobre el teléfono pero Astrid con su característica falta de tacto me lo quitó igualmente, y aunque luché... tres pares de manos eran más fuertes que yo. Y leyeron el mensaje.

― ¿Quién viene?

― ¿Su novio?

― ¡Violeta tiene noooooviooooo!

Todos en la casa rieron la gracia, menos mi madre. Que se tomó el resto de su copa como si fuera agua, y volvió a servirse vino.

Me obligaron a bajar con mis primos a recibir a Uber.

~

Editado el 8 de julio de 2018

Madurez voluntaria (o algo así trágico)Where stories live. Discover now