60. Nuca

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-¡THANYA! ¡CONNOR!- gritó John desde el interior del aquel enorme agujero

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-¡THANYA! ¡CONNOR!- gritó John desde el interior del aquel enorme agujero.

Ambos hermanos miraban petrificados al cadáver de Azel Roth. Parecía como si la hubieran matado tan solo unos minutos antes. Su piel estaba totalmente conservada y no presentaba ni una sola zona de putrefacción. Pero, evidentemente, su cuerpo entero estaba lleno de magulladuras, moratones y heridas, las cuales parecían recién hechas. Sus brazos amputados estaban apoyados sobre su pecho, dejando a la vista una escena desgarradora.

Thanya apartó la mirada y suspiró profundamente mientras Connor no despegaba la vista de aquello. Ella comenzó a andar hacia el agujero y se asomó a él, para poco tiempo después decir :

- ¡Hemos encontrado su cadáver!

- ¿Ya?- preguntó Zack colocando sus manos alrededor de su boca.

Thanya no contestó durante varios segundos, ignorando a Zack. Sin embargo, Connor, que escuchaba la conversación desde poca distancia, se asomó al tremendo agujero y contestó a Zack :

- Sí... ella nos lo ha colocado enfrente. Tenemos su cuerpo justo aquí.

Zack y John se miraron fijamente hasta que el padre de los Mason volvió a elevar su mirada y gritó :

- ¡Coger su cadáver y llevarlo hasta el ascensor!

- ¿Y tú qué?- preguntó Thanya.- No podemos dejarte aquí.

- Zack y yo vamos a buscar la forma de volver a subir. Vosotros ir hacia el ascensor y esperarnos allí. Si en media hora no hemos llegado, iros y enterrarla. Lo importante es que la enterréis y acabéis con esto.

Thanya y Connor se quedaron mirando a su padre durante bastante tiempo, ya que se veían incapaces de dejarle allí abajo. Ya habían perdido a su madre y no querían quedarse sin padre también.

- ¡Vamos! ¡Pronto os alcanzaremos!- gritó John.

- ¡Prometeme que nos reuniremos aquí arriba!- contestó Thanya.

- ¡Te lo prometo! Y ahora... iros, no hay tiempo que perder.

Los dos hermanos asintieron y tras hacer un esfuerzo psicológico, se alejaron del agujero y se acercaron al cajón de Azel, dispuestos a transportar su cadáver hasta el ascensor que les llevaría de nuevo a la superficie.

Tras ver que las siluetas de sus hijos desaparecieron, John se giró hacia Zack, el cual miraba pensativo al suelo.

- Vamos. Tenemos que subir allí arriba con ellos.- dijo John.

Zack asintió y comenzó a seguir al padre de los Mason, que ya caminaba a través del extenso entramado de duchas y grifos.

Decenas y decenas de duchas se encontraban allí, colocadas una al lado de la otra. Multitud de goteras se encontraban esparcidas a lo largo del desgastado techo de hormigón, provocando un estridente y molesto sonido al chocar las gotas contra el suelo.

John se encontraba al frente, caminando firme, con su escopeta apoyada en el hombro y apuntando a cada rincón. No tenía ni una sola bala, pero tenerla en sus manos le hacía sentirse más protegido y seguro. Por su parte, Zack seguía sus pasos, analizando detenidamente aquel lugar, impresionado ante la enorme cantidad de duchas que allí había.

Cruzar el pasillo de duchas les llevó más de dos minutos y al llegar al final, se encontraron en una especie de vestuario donde se hallaban multitud de taquillas, perchas y bancos de madera donde los presos se sentaban para secarse y vestirse en después de la ducha que efectuaban una vez a la semana.

Cruzaron aquel lugar de bancos de la misma forma que avanzaron por el pasillo de duchas, con mucha atención y revisando cada esquina y recoveco de aquella sala, hasta que llegaron a un amplio espacio donde se hallaba un viejo ascensor, muy parecido al que usaron para bajar hasta el psiquiátrico.

Al lado del ascensor, se hallaba otra puerta metálica, la cual parecía pertenecer al cuarto de generadores de allí abajo.

Zack se aproximó con velocidad hacia aquel ascensor y pulsó repetidas veces su botón. Pero tras varios segundos, parecía que aquel ascensor no iba a moverse jamás. Zack apretaba furioso el botón hasta que notó como una mano se apoyaba en su hombro. Al girarse, observó a John mirándole a los ojos.

- ¿Qué?- preguntó Zack.

- Parece que el generador que encendió Thanya no llega hasta este piso.

Zack dio la vuelta sobre si mismo y observó a aquella puerta negra, la cual, al igual que la puerta del primer cuarto de generadores, tenía una señal triangular con un pequeño rayo en su interior.

- Pues tendremos que encender el generador otra vez.- contestó girándose hacia la puerta negra.

Zack abrió la puerta con energía, provocando que las bisagras crujieran estridentemente. Se introdujo en aquel cuarto seguido por John, pero, a diferencia del primero, este cuarto era pequeño y a penas tenía generadores en su interior.

- Será aquel.- dijo John señalando un generador que era más grande que el resto.

Zack se aproximó a él y bajó la palanca. Las luces del generador se encendieron y poco a poco comenzó a escucharse un molesto ruido que hacia evidente que el resto de generadores secundarios se habían puesto en marcha. Pero todo aquello, duró a penas unos segundos, ya que rápidamente las luces se apagaron de nuevo y el ruido desapareció.

Zack volvió a estirar de la palanca y ocurrió lo mismo, pero al igual que antes, tan solo duró unos segundos.

Zack miró a John, el cual tenía su rostro plagado por la confusión y la preocupación. Si no conseguían activarlo, tendrían muy difícil, prácticamente imposible, poder volver junto a Thanya y Connor. Volvió a estirar de la palanca una y otra vez sin éxito hasta que finalmente salieron despedidas del generador multitud de chispas y rápidamente este fue cubierto por el fuego. Zack retrocedió lo más rápido que pudo, sin poder evitar recibir algunas pequeñas quemaduras en sus brazos.

¡Mierda! ¡Joder! - gritó Zack.

Frente a ambos se hallaba el generador en llamas, el cual no dejaba de expulsar chispas y se fundia bajo el rojo fuego. Tras esto, el ascensor jamás se pondría en marcha y las posibilidades de volver junto a los hermanos se habían desvanecido.

Zack caminaba hacia atrás mientras miraba al fuego, pero de pronto, notó algo rígido y frío apoyarse en su nuca. Cuando se disponía a girarse, escuchó a sus espaldas :

- No muevas un músculo o te vuelo la cabeza.- dijo John.

John mantenía el cañón de su escopeta apoyado sobre la nuca de Zack, mientras este se preguntaba a qué venía todo aquello.

John mantenía el cañón de su escopeta apoyado sobre la nuca de Zack, mientras este se preguntaba a qué venía todo aquello

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