Un bello regalo de amor.

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Ante el juez pudimos casarnos felizmente por el civil. Con mucha confiable Ben pedía absoluta discreción para que esta boda en secreto no llegara por ahora a oídos de Hollywood. Ya lo haría después y con más calma y decisión.
Me levanté un poco tarde, ya eran las 8:30 am de la mañana. Pasaron los minutos y no quería levantarme, me sentía muy cansada esta vez, pues Ben y yo estuvimos haciendo el amor toda la noche. Fue un brusco a decir verdad.

En ese momento entra el amor de mi vida, seguro el muy pillo me iba a preguntar el porqué no me levantaba.

- ¿Alice pasa algo? — Me pregunta preocupado.

- No cielo, es solo que... Me siento un poco mareada. Necesito quedarme aquí ¿puedo?

Benedict me miró preocupado después de aquella sonrisa pícara de sus labios.

- ¿Mi amor, te sientes bien cariño? Te veo pálida ¿quieres que llame a mi médico para que te revise? — Dijo mientras tomaba el celular que estaba junto a la recámara.

- Ben, estoy bien no te preocupes, no es nada grave. — Levantándome de la cama algo débil, al parecer casi me caía al suelo.

- ¡Alice! Mi amor espera, te vas a caer ¿algo te hizo daño durante el vuelo?
— Sujetando mis brazos firmemente para que no cayera.

- Mr. Holmes estoy bien. Enserio no pasa nada.
— Sonriéndole.

- Te quedarás aquí, llamaré al doctor y no discutas por favor. Dijo él muy serio en su voz.

- Okay. — Fruncía el ceño y no tuve más remedio que darle la razón.

- Bien. — Sonrió.

- ¿Amor te puedo pedir un gran favor?
— Sentándome en el borde de la cama y él asiente.

- ¿Dime mi cielo?
— Mirándome con total atención.

- ¿Podríamos dar después un paseo?

- Claro que si 'Preciosa', pero antes tengo que llamar al doctor. Que te revise y asegurarme de que estarás bien
¿de acuerdo?
— Volviendo a tomar el teléfono y dispuesto a salir de la habitación.

- Gracias mi amor — Le di un beso en la mejilla antes de que saliera afuera.

Me sonrió y se retira cerrando la puerta sin hacer mucho ruido. Por mi parte me recuesto de nuevo en la cama sobre una almohada porque mi cuerpo se encontraba un poco inestable. Pues mi extraño mareo era totalmente desconcertante, ya que no había bebido ni una sola gota de alcohol. Bebí un poco de agua fría de un vaso de cristal azul y decido no moverme para nada, hasta que Ben me diera noticias si el doctor vendría o no.

Pasaron quince minutos. Benedict me dijo que el doctor vendría a más tardar en media hora.

- Perfecto. — Resoplando con fastidio.

El doctor llegó un poco más temprano de lo que yo pensaba. Se sentó a mi lado en una silla, bueno a decir verdad, su gesto parecía amable y servicial.

El señor de nombre Ryan Thompson me revisa cualquier malestar que pudiese ver en mi.

- ¿Que tiene mi esposa doctor? — Pregunta angustiado.

- Lo que su esposa tiene no es en lo absoluto grave. Usted lo que tiene que hacer es cuidarla, brindarle los máximos cuidados y cariños. Pues su malestar durará nueve meses. — Dice él con una sonrisa amplia.

- ¿Quiere decir que ella...? — Poniendo cara de asombro.

- Claro mi señor Cumberbatch. — Me volvió a sonreír.
- ¡Felicidades pues ella está embarazada!

Miradas Seductoras (Benedict Cumberbatch) [Completada] Where stories live. Discover now