Capítulo 2

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No... no podía creerlo, temblé por completo, necesitaba rectificar que las palabras de Pattie fueran ciertas.

— ¿En serio?, ¿De verdad?

—Claro... ¿Acaso lo dudas?

—Sí, bastante...—suspiré atormentada.

—Es verdad, así se llamaba el fallecido. Paul McCartney.

P-pero... ¿De verdad podía ser posible? Él... había hablado con él hace unas horas, lo vi... su nombre era el mismo. No, no... colgué de un golpe sin despedirme. Retrocedí del telefóno con una verdadera expresión de horror y casi iba a gritar. Entonces, sentía que alguien me estaba mirando, lo comprobé cuando volteé atrás.

—Jane...—dijo Paul.

Casi me caía, no podía creerlo, era él... ¡ÉL!

—Supongo que ya sabes... estoy muerto.

—S-sí—asentí con mucho terror,

—No debes temer, no te haré nada malo.

—Los fantasmas n-no existen...

—Estoy muy triste porque ya lo hayas descubierto—dijo con la cabeza baja—, pero sí... soy un fantasma.

—No... ¡No! —grité horrorizada— ¡No! ¡Vete!, ¡No eres un fantasma!

—Lo soy, lamento que lo sepas.

Colgué a Pattie sin despedirme ni nada por el estilo. Ahí estaba, el buen chico al que yo había creído vecino y todo eso... no, no, ¡En verdad no era él! Tenía que ser una auténtica pesadilla.

—Lo sé... ya lo sé, ¡Moriste aquí!

—No, morí en la bañera, el cuarto de abajo—señaló Paul.

Se iba acercando cada vez más a mí, yo me alejaba con cada uno de sus pasos. Tenía tanto miedo, sentía que el corazón se me iba a salir en cada momento. Me palidecí totalmente.

—No debes temer... no te haré nada malo.

—N-no... ¡Debe ser una locura!

Me fui corriendo a la parte de abajo, ahí estaba el segundo teléfono, rápidamente llamé a Pattie.

—Pattie... Pattie—dije temblando.

—Jane, ¿Qué pasa?, ¿Por qué me colgaste?

—No me creerás lo que te diré, hay... hay un tipo que dice ser Paul McCartney...

—Jane, ¿Alguien entró a tu casa?

Le iba a responder, pero me quedé paralizada al ver como Paul podía traspasar las paredes. Se puso frente a mí nuevamente.

—Soy un fantasma, te lo he demostrado.

—. ¡AY! —solté el teléfono y volví a huir.

Regresé a arriba, sentía que tenía una persecución conmigo misma, pues no escuchaba los pasos de nadie más. Las luces bajas apenas si podían dar algo de iluminación, pero volví a llegar al lugar donde estaba antes. Cerré la puerta, pensando que eso podría detener a Paul. Hice otra llamada, pero está vez a otra persona.

—Cyn... Cyn... ayúdame, esto te parecerá loco... pero es real.

—Jane, hola—no me contestó ella—, soy John... ella está muy cansada y dormida. ¿Gustas que le dé un mensaje?

—John...—lloraba y gemía de tanto miedo— Por favor, dile... dile qué...

Antes de que le fuera a decir algo, Paul volvió a traspasar por la puerta, lo hacía con mucha normalidad, y sin interés de asustarme. Pero tenía tanto terror, no podía dejar de temblar y alterarme en cuánto veía a Paul frente a mí.

He's Leaving HomeWhere stories live. Discover now