Capítulo 20

130 16 3
                                    

ÚLTIMO CAPÍTULO.

Lo siento si me he demorado, pero es que estuve muy ocupada esta semana :c

**********************************************************************************************

Jane Asher's POV

¿Qué?, ¿de verdad? ¿Todo acabó tan rápido?

—¡Desgraciada! Zorra interesada—grité a la patrulla cuando ya se llevaba arrestada a Linda— ¡Paul era maravilloso y perfecto! Y tú lo mataste, jamás te lo voy a perdonar.

—¡Paul merecía morir!—me respondió, poniendo resistencia a su arresto.

—Señora McCartney, cualquier cosa que diga puede ser usada en su contra en un juicio. Por favor, guarde silencio—pidió el buen Gilmour.

—¡Ah!—exclamó con dolor.

¡Sí! La victoria llegó por fin.

(...)

Fue muy obvio que después de los dos meses de libertad condicional ya no volví a aquel terrible y horroroso lugar. Fue mágico, quiero decir, olvidé todo eso que ese maldito doctor me obligó a aprender y repetir de memoria. Volví, volvió Jane con su clara y evidente misión, volvió recordando al indudable y único McCartney, aquel que pude conocer después de muerto. Está de más decir que no diríamos la versión del fantasma, nadie quería terminar en un loquero.

Hablando de eso, Maureen, Pattie y yo fuimos a rectificar nuestra versión del juez, dijimos que encontramos un vídeo donde Paul hablaba de que si le pasaba algo, todo caería en responsabilidad de Linda, pero que...

—Jane exageró las cosas—añadió Maureen.

Era cuestión de decir que ese vídeo fue destruido con la antigua casa, así que no lo pudimos usar de prueba (porque no existía, je)

En fin, es sorprendente ver como el dinero puede tejer toda una red de malicia, y de cómo los humanos se unen para perjudicar a otras personas, vivas o muertas.

El reporte final arrojó resultados impresionantes. Hubo alrededor de 20 personas que trabajaron para Linda y encubrieron su crimen, su cruel asesinato, y todos ellos recibieron una cuantiosa cantidad de dinero, ¡cómplices! Desde policías, peritos, sirvientes, y el más destacable: El maldito Doctor Robert Sullivan, lo destaco a él porque es el único que no ha podido ser localizado, es como si hubiera desaparecido de este mundo.

Según lo que dijo su ayudante, el doctor sabía muy bien que, algún día, iba a llegar una persona que cuestionaría los verdaderos motivos de la muerte de Paul. Él notificó a Linda, y así, ella descubrió que yo vivía en el 7 de la Cavendish Avenue, así que era muy fácil saber que yo podía hablar y contactarme con el fantasma de su esposo. Fue todo muy inteligente de su parte, no lo voy a poder negar.

Todo este proceso tardó un largo tiempo, así que durante ese tiempo, no me sentí con ganas de ir a ver a Paul, aunque toda la Themis ya estuviera desmantelada. No quería verlo, ya sabía que me esperaba y eran un fantasma, ¿pero sería bueno ir a verlo? Esas fueron las dudas que me impidieron ir.

Quería que ya todo acabara, que todo estuviera bien y de maravilla. Todavía me tardé tiempo en asimilarlo, y ya me habían pagado una gran cantidad para indemnizarme, ¡era lo mínimo que merecía!

Pero ni todo el puto dinero del mundo podría recompensar el tiempo que perdí, lo que sufrí, y los grandes traumas que tuve, ¡nada!

—Ya, Janie—me dijo Peter cuando escuchó mi justificada queja—. No importan los estragos del pasado, estás completamente libre ahora, y le pudiste hacer justicia a Paul.

—¡Oh, cierto!—dije olvidadiza— había olvidado a Paul.

—¿Qué?

—Ya lo había recordado a él, pero olvidé darle la buena nueva.

—Jane, hace tres meses que acabó la locura, que Linda fue condenada y se supo la verdad de la muerte de McCartney, ¿y tú no has ido a verlo?

—No—dije apenada.

—¿De verdad?

—Desgraciadamente, sí.

—¿Por qué no vas?

—No sé qué ha sido de esa residencia.

—La Themis fue desmantelada, y ahora es un almacén vacío.

—No creo que Paul siga ahí.

¿Ven? Yo y mis absurdos pretextos.

—Sabes muy bien que no importa que sea una casa o no, ¡Paul sigue ahí!

—Sí—dije vencida y con los ojos caídos—, es cierto.

—¿Qué esperas? ¡Debes ir a verlo!

—Oh, por favor Peter. ¿Para qué iré?, ¿cuál es mi motivación? No hago más que deprimirme porque nunca estaré con él, ¿así que cuál será mi necesidad?

—Porque no eres una cobarde, prometiste a Paul justicia, y eso le diste. Pero no fue lo único que le prometiste.

—Sinceramente, no creí que tú fueras capaz de creerme.

—Lo hago porque tienes razón, todo era verdad. Aunque sonará tonto decirlo, pero los fantasmas existen. Y hay uno que te espera en el número 7 de la Avenida Cavendish, debes darle muchas explicaciones.

Peter tiene razón, ¡no me puedo quedar así! Yo no soy una cobarde, así que iré ahora mismo a hablar con Paul.


He's Leaving HomeWhere stories live. Discover now