Capítulo 13

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Mientras Cynthia conducía directo a la estación de policía, yo no dejaba de pensar en lo que había sucedido ayer, era simplemente... espectacular, raro, fumado, loco, cualquier cosa que quieran decir y que se les ocurra. ¿De verdad había besado a Paul? Juro que lo sentí tan real, pero parecía ilógico. Desde que supe que la persona fallecida llevaba como nombre Paul McCartney, y que, curiosamente, era mi vecino al que había conocido... fue un shock, algo terrible. Creo que no he podido asimilarlo, a pesar de que ya llevemos unos meses desde que lo conocimos. En serio, parece mal viaje de drogas, una pesadilla espantosa de la que no puedo despertar, aunque no quiero así.

—¿Lista?—me preguntó Cynthia cuando estuvimos frente a la estación policial.

—Sí, ¿Ustedes?—me referí a Pattie y Maureen.

—Por supuesto—asintieron al unísono.

—Bien, ya saben lo que deben decir. Ni una palabra del fantasma Paul—aclaré.

—Ni una sola—especificaron.

Salimos del automóvil y caminamos cual divas en secundaria, fue algo muy extraño. Era como si tuviéramos la respuesta a todas las preguntas existenciales de la vida, pero no, llegamos a la oficina del alguacil en turno, aquel buen hombre que había ido a proteger mi casa cuando creí que Paul era un vándalo.

—Señorita Asher—alzó la mirada y nos vio en conjunto— ¿En qué les puedo ayudar?

—Comandante Gilmour, venimos a hacer una acusación formal.

—¿Acusación formal?, ¿De qué asunto?

—Señor Gilmour—Cynthia me vio emocionada, así que ella decidió intervenir—, lo que pasa... es, ¿Qué registros y asuntos tiene respecto a la muerte del famoso empresario Paul McCartney?

—Mmm...—revisó en sus cajones, tenía un montón pegados a la pared, así que podía buscar ordenadamente— Aquí está.

Leyó lo siguiente:

—James Paul McCartney, hijo de James y Mary McCartney, nació el 18 de junio de 1942 en Liverpool, se desarrolló en pequeños ámbitos, aunque logró una considerable fortuna gracias a su padre James, quien fue un músico medianamente exitoso. Se casó con la fotógrafa neoyorquina Linda Eastman, adoptó a una hija de ella llamada Heather, y tuvieron sólo a una hija llamada Mary Anna. McCartney tenía antecedentes penales y de drogadicción, por lo tanto, el 2 de enero de 1971 fue hallado muerto en su bañera, por una sobredosis de heroína.

¿PENALES?, ¡PAUL NO DIJO NADA DE ESO!

Calmada, Jane.

—Pues lamento decirle que eso es falso. Paul McCartney no murió de sobredosis—dijo Maureen.

—¿Qué? Pero si el doctor mostró la biopsia y pruebas médicas que lo rectificaron de esa manera.

—No señor—agregó Pattie—, a Paul McCartney lo asesinaron, fue su esposa, la ahora viuda Linda Eastman de McCartney.

—Eh... ¿En que se basan para decir eso? —preguntó con el ceño fruncido.

—Ella lo confesó pura y libremente. Así lo hizo, y tenemos pruebas. Jane...

Yo me quedé estática, pensando en un montón de cosas, mi ojos quedaron clavados a la pared de la oficina, sin emular nada, ninguna acción ni movimiento. Hasta que sentí el codazo de Cynthia.

—¡Jane!

—Ah... sí... este... aquí está.

Metí la mano a mi bolso donde teníamos la cinta con las pruebas necesarias, Linda confesando que ella asesinó a Paul, mi mano viajo por alrededor de toda la bolsa, intentando buscarlo, pero no lo encontraba. Sentí como mi corazón se iba a detener por microsegundos, hasta que, afortunadamente, lo encontré.

He's Leaving HomeWhere stories live. Discover now