Capítulo 3

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Cuando pasó todo eso, juro que sentí haber despertado de una pesadilla tremenda. Me recosté en mi cama y paseé por toda mi pequeña casa con tal de rectificar y comprobar que no hubiera nadie. Afortunadamente, así fue, nadie estaba presente, no había ningún Paul, estaba solamente yo en mi casa. Y eso me dio la seguridad más grande del mundo.

—Hola Cyn—dije al teléfono.

—Hola Jane, ¿Todo mejor?—preguntó con interés.

—Sí... ¿Por qué tu duda?

—Es que llamaste muy preocupada en la noche, nos quedamos con el pendiente.

—No, no te preocupes. Fue... algo sin importancia.

— ¿Segura que no hay ningún imitador o un loco que se hace pasar por Paul McCartney?

—Fue una broma, estoy segura. Pero ya estoy mejor, ya no hay nadie... créeme.

—Bueno pequeña, cualquier cosa que ocurra... por favor, no tardes en decirme.

—Claro Cyn, gracias.

Colgué, tenía que convencerlas a ellas y a mí misma que todo había sido algo de mal gusto. Así que también me aseguré de que Pattie no tuviera motivos para preocuparse.

—Pattie, hola.

—Jane, me alegro oír tu voz... ¿Todo bien?—cuestionó amablemente.

—Sí, sí... todo bien—me cepillaba el cabello de un lado—, no hay nada de qué preocuparse.

—Es que, ayer sonabas tan exaltada. Creo que te sugestionaste después de lo que te dije de Paul.

—Yo estoy segura de que era alguien, de seguro un maleante o un holgazán que no tiene nada que hacer, y por eso me asustó—argumentó.

— ¿De verdad?

—Pattie, te asevero que todo era tan real. La persona, Paul mismo... me dio mucho miedo, corría y gritaba, esperando que todo fuera una simple locura.

—Tranquila, ¿Ya revisaste la casa de nuevo?

—Sí Pat', la revisé, vinieron policías también, no había nada.

— ¿Ya viste? Te preocupaste demasiado y por eso empezaste a ver, supuestamente, a Paul.

—Sí... puede ser. En fin, ya estoy mucho mejor, muchas gracias por preocuparte.

—Por nada Jane, cualquier cosa... no tardes en decirme.

—Así será.

¿Podría ser posible? Parecía tan real, Paul... frente a mí, sus palabras de que no me haría daño. Pero como decía Pattie, probablemente, me sugestioné y aterré inconscientemente por la noticia de su muerte. Volví a registrar muy bien la casa para asegurarme de que no estuviera nadie ajeno. Miraba por la ventana hacía el patio trasero, me concentré muy bien en el jardín que crecía, en aquel escondite de guerra... ¿Qué habría debajo de todas esas yerbas? Tenía ganas de verlo, examinarlo, pero era cierto. Las yerbas y el asfalto hacían ese lugar un sitio potencialmente peligroso, y podías asfixiarte ahí.

De todos modos, no despegué mi vista, pero estaba alerta por si ese imitador volvía a aparecer. Pero el sonido del teléfono me distrajo.

— ¿Hola?—contesté.

—Señorita Asher, soy el alguacil de Scotland Yard, el señor Gilmour...

—Buenas tardes—dije con confusión.

—Sólo llamaba para preguntar si se encuentra bien.

—Sí señor Gilmour, todo muy bien—acepté.

—La Cavendish Avenue tiene más seguridad, por si ese estafador o imitador vuelve a incomodarla.

—Agradezco infinitamente eso, pero todo estará mejor. No creo que ese delincuente vuelva a aparecer.

—No dude en llamarnos, señorita Asher.

—Así será, hasta pronto, y gracias por su preocupación—dije alegremente.

Necesitaba algo para relajarme y poder controlar estos nervios que me jodian cada vez más. Así que puse el agua caliente y preparé un perfecto baño de burbujas en la tina. Se veía exquisito y perfecto, puse un poco de música en la grabadora provisional que tenía. Añadí polvo floral para hacerlo más refrescante.

Me quité mi ropa, el agua me había quedado realmente espectacular. Mi piel sintió la frescura en la tina y me relajé por completo, me acosté y las burbujas daban un olor maravilloso. Suspiré y exhalé pacientemente, como si estar en la tina fuera lo único que quería hacer.

Luego, me acosté sintiendo todo el agua por mi nariz, obviamente, aguanté la respiración. Cerré los ojos, pero sentía algo debajo de mí, no eran las burbujas o el vidrio de la tina, no... no, se sentía carne, huesos... un tórax, sentía cabellos por mis mejillas -y no era el mío-.

Tuve que abrir los ojos y... ¡¡AHH!! Vi un cuerpo justo debajo de mí, ¡ERA UN CADÁVER, ERA PAUL!

Rápidamente, salí de un salto de la tina y me cubrí con mi toalla. No dejé de gritar, ni siquiera quería volver a mirar la bañera, apagué la música de un golpe. Me asomé lentamente a través del agua, por si volvía a ver ese cuerpo sin vida, pero no volví a ver nada. Solamente las burbujas y los polvos florales que había puesto, espuma flotaba por los alrededores. ¡Estoy segura que vi un cuerpo!

—Dios santo...—dije muerta de miedo.

Toqué lentamente la bañera, y ahí sí sentí lo que debía ser. Parecía que no había nada, pero yo juro que vi un cadáver. Era un hombre, tenía los cabellos negros y hasta el cuello, una piel blanca mortecina, unos ojos hazel reconocibles, medía algo así como 1.80, estaba desnudo, totalmente desnudo. Pero no, no era nada.

Temblé y ni ganas me daban de volver a estar en esa bañera, volví a ponerme mi bata y sacudí mi cabello. Miré mi rostro en el espejo, toqué mis mejillas e intentaba tranquilizarme, pero... otra cara hizo compañía en el reflejo.

—Hola Jane.

Era... de nuevo, Paul.

Vi que era a quién había visto en la bañera, así que solamente abrí los ojos. No pude decir nada, porque me desmayé al instante.

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#PreguntaMcAsher

¿Qué le dijo Jane a Pattie para tranquilizarla?

Ya saben, quien responda correctamente, se le dedicará el siguiente capítulo n_n

¡Gracias por leer!

He's Leaving HomeWhere stories live. Discover now