Doctor Styles. La Sombra Del Pasado.•S.E• ||Larry Stylinson||

Capítulo 01❀.

Despertó tras el sonido de la alarma, se removió con desagrado en su cama, estaba envuelto entre las mantas; llevaba puesta su pijama de Spider-Man. Se limpió los ojos y bostezó. Indeciso, se sentó y miró un punto fijo en la habitación, había pensado demasiado en todo lo que le dirían al volver a la escuela, en todo lo molesto que se pondrían con él por su ahora estado.

En lo difícil que le volvería a sentar la vida, pero no sucedió así.

Había hablado casi toda la noche anterior con Niall por teléfono, mientras estaba acostado en el sofá cambiando los canales de la televisión para encontrar algo bueno para ver. Estaba solo, como de costumbre, Sofía tendría una hora de haberse marchado y su padre algunas cinco, ya que en cuanto volvió de clases se había marchado, disculpándose por volver a salir tan repentinamente a una junta de trabajo.

Hablaron sobre el estado en el cual se encontraba, un estado humillante y despreciado por él mismo y el resto, lo seguiría de por vida y no sabía cómo viviría con ello, lo que sí sabía era que no quería eso.

No quería ser un omega.

No quería ser así.

Niall escuchó atento cada palabra de su amigo e intentó calmarlo cuando los sollozos se volvían menos claros, más intentos.

—Soy igual que tú, Lou. Estamos juntos en esto.

—Tú no lo entiendes, jamás lo entenderías. Todo es tan fácil para ti, eres omega desde algunos años, Niall y la vida ha sido perfecta desde entonces, lo tienes todo...—lo escuchó tomar aire y soltarlo de golpe. —Tienes tranquilidad, unos padres que te aman y están contigo, hermanos con los cuales pasar el rato en casa y ahora un alfa.

La envidia es un veneno que carcomen a quien lo emana y aunque todos lo poseemos, Louis no se opacaba por el brillo ajeno. No envidiaba la vida de Niall, porque aceptaba lo bueno que tenía su amigo y no se lo quería arrebatar, únicamente se preguntaba ¿por qué él no podía tener todo aquello? ¿Qué el amor no era para todos? ¿O era él el único que no era merecedor?

No envidiaba nada, lo anhelaba todo, porque su corazón también merecía amor, porque él merecía compañía.

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Soltó un suspiro cuando sus pies tocaron el suelo frío, camino hacia el espejo y por decimoquinta vez se miró; estaba más flaco, su pijama le quedaba más suelta, sus pómulos se marcaban al igual que su mandíbula, sus ojos se veían un poco más hundidos y su perfil ya no era tan atractivo como lo era hace unas semanas.

Trataba de convencerse de que había sido el celo y lo deshidratado que lo había dejado, pero a él mismo no se podía mentir.

—¿Louis?

—dos pequeños golpes en su puerta lo hicieron apartar la mirada del espejo, caminó hasta quedar frente esta y la abrió, de pie, con una sonrisa llena de arrugas y una dentadura postiza, estaba Sofía, sus ojos verdes brillaban al igual que sus mejillas rojas.

—Hola, nana. — el omega se dejó ir a los brazos de la anciana y la abrazó con fuerza.

—¿Cómo está mi niño? Baja, el desayuno ya está. —El omega asintió y ambos dejaron un tierno beso en la frente del otro.

—Bajo en un momento.

Louis quería mucho a Sofía, era como su abuela, su única compañía en la casa desde que tiene uso de razón. Ella era una mujer tan tierna y llena de mucho amor para darle, un ángel en todo aquel infierno donde él vivía. La consideraba más familia que a su mismo padre y eso se podía hasta oler, pero tenía claro una cosa; ella hacía solo su trabajo: cuidarlo y quererlo perfectamente podía ser parte de ello.