Capítulo 20.

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POV LAUREN

Miro nuevamente hacia la ventana, me siento diferente saber que cuando salga ella no va a estar allá afuera. Es raro porque antes no me preocupaba por nadie, no me interesaba si alguien venía a la escuela o no, nadie me tomaba en cuenta así que yo no tenía por qué hacerlo.
Las cosas no han cambiado, sigo sin existir para mucha gente pero lo hago para ella y ella lo hace para mí. Supongo que es comprensible que la extrañe, en estas semanas he estado junto a ella, tal vez demasiado juntas y un cambio tan repentino me parece raro.
-¿tu porque crees que no vino? Yo pienso que tal vez se encontró a alguien más con quien divertirse, sabía que no tardaría en aburrirse de tener novia.
Ignoro su comentario y continúo mi camino hacia la cooperativa. Tomo asiento en la mesa vacía y espero a que Normani se siente a mi lado.
-no ignores lo que digo, sabes que es una posibilidad.
Iba a contestar pero Dinah me interrumpe sentándose enfrente de nosotras.
-¿Qué es una posibilidad?
No entiendo porque le encantar estar molestando, según Camila, Dinah es la chica más heterosexual que conoce, pero yo no creo eso.
Nadie es completamente heterosexual.
-le hablaba a Lauren sobre la posibilidad de que Camila no haya venido por encontrar a alguien más con quien divertirse.
Dinah ríe mientras niega con la cabeza, me sorprende el hecho de que no haya soltado ningún comentario halagador hacia mi novia. Tal vez empieza a valorar su vida.
-Romeo no es la mejor persona para llevar una relación, tampoco es la mujer más romántica ni la más cariñosa, pero si algo caracteriza a Romeo es su forma de entrega todo a lo que ama, de lucha por lo que quiere hasta conseguirlo, tal vez ella aun no lo acepte, pero ama a esta enana como ama a sus dibujos y eso es decir mucho. No hay nada más importante para Romeo que no sean sus dibujos excepto lo que en sus dibujos representa, y varios de sus dibujos tienen una Lauren plasmada.
Siento mi corazón acelerarse, ignoro el apodo que le tiene puesto a mi novia solo para analizar cada una de sus palabreas. Todas son ciertas, Camila solo plasma las cosas, personas y momentos más importantes de su vida. Y yo tengo un lugar en eso.
Respiro profundo para no saltar de alegría y salir corriendo a casa de Camila para abrazarla.
El receso transcurre entre una Normani irritada cacheteando a Dinah. No puedo evitar reír, uno porque Normani me causa gracia, dos porque me encanta ver a Dinah siendo asesinada.
Mis clases transcurren con la naturalidad que lo hacían antes de que Camila llegue a mí, claro sin contar los roses “accidentales” que Normani le hace a mi cuerpo. Yo reacciono de la misma manera a todos, le golpeo la mano.
Una vez que las clases dan su fin, reviso mi celular para ver si tengo algún mensaje de mi novia.
Nada.
Suspiro y regreso mi celular a mi bolsillo, me despido de Normani y camino hacia la reja que ahora está abierta de par en par.
Y ahí esta ella, recostada sobre la puerta de su auto con una rosa en su pecho. Me sonríe y no puedo evitar bajar la mirada, me da miedo lo que me hace sentir, me da miedo la emoción que siento cada vez que la veo. No puedo evitar ser tímida cuando ella sonríe.
Me sobresalto cuando siento una caricia en mi brazo, levanto la vista pero la tengo tan cerca que inmediatamente la vuelvo a bajar.
-te vez muy linda cuando te sonrojas.
No soy capaz de mirarla así que me abrazo a su cintura, siento sus brazos sobre mis hombros y sonrió, me encanta abrazarla de esta manera, me siento pequeña y vulnerable pero al mismo tiempo me siento protegida. Camila tiene una manera peculiar de demostrar cariño, no lo hace siempre y cuando lo hace siento como me estremezco.
-¿tienes la tarde libre? No vine a la escuela y quiero estar contigo.
Empiezo a jugar con mis dedos, no puedo ir con ella sin pedir permiso a mis padres.
-Camila yo…
-llámale, sé que necesito permiso del suegro.
Pero el problema no era solo ese, hoy en la noche hay una cena en mi casa, asistirá la familia de un socio y eso significa que Gustavo estará allí, mi padre jamás me perdonara faltar. Desde pequeños nuestros padres siempre vieron por mantenernos juntos, las cosas nunca les salieron bien, yo nunca tuve ningún tipo de interés en él, tampoco es que a él le importe mucho. Él siempre me alagaba ante mis padres, a tal manera de que ellos piensen que sus planes para nosotros funcionaran. Sin embargo, lejos de ellos apenas y nos dirigimos la palabra.
-tengo una cena familiar.
Es lo único que digo, no sé cómo pueda reaccionar Camila si le digo la verdadera razón.
-prometo que regresaras a casa antes de la cena-me iba a negar pero en ese momento su rostro se puso serio y me dio miedo hablar-. Te quiero dentro del auto ahora.
Decido no negarme, y simplemente camino hacia el auto. Ella ya tiene abierta la puerta y sería un gesto hermoso si no me mirara como si quisiera matarme en cualquier momento.
Al entrar su madre me abraza, lo que me dice me hace arrepentirme de haber hecho que Camila se moleste.
-espero que no termines envenenada. Camila se despertó temprano para ponerse a cocinar, en toda su vida nunca ha puesto agua a hervir y hoy, me prohibió ayudarla porque quería hacerlo por ella misma, me hizo un desastre, allí si limpiamos juntas.
Mi mirada seguía en Camila, quien está sentada en el sofá mientras su madre me cuenta su aventura en la cocina. En cuanto su madre termina de hablar, Camila suelta un gruñido mientras se levanta y camina hacia las escaleras.
Me siento mal instantáneamente, ella había faltado para cocinarme, ella solo quería una tarde conmigo, ella solo quería que su esfuerzo valiera la pena.
No puedo creer que iba a caminar esto por llegar a mi casa para que mi madre empiece a arreglarme para Gustavo.
En cuanto su madre me dice que vaya a verla comienzo a subir las escaleras de dos en dos, tengo que arreglar esto.
La encuentro sentada en su escritorio, su lápiz se mueve muy veloz y puedo escuchar el sonido de sus pies contra el suelo.
Está dibujando.
No me acerco, mommy tiene reglas y una de ellas es no molestarla cuando dibuja.
Me siento sobre el suave colchón, no hago ningún ruido, no quiero que se enoje aún más conmigo.
Pasan alrededor de treinta minutos cuando ella gruñe y arruga la hoja recién arrancada entre sus manos. No voltea, pero la escucho sollozar con aquella hoja contra su pecho.
Miro la rosa en la mesa, esa rosa que ninguna me entrego. Todo por mi culpa.
-¿Por qué siempre te termino haciendo a ti?
Pregunta mientras mira al techo, quiero hacer que note mi presencia pero tal vez solo la molestaría más. ¿Por qué tener novia tiene que ser tan complicado?
Tal vez haya una manera de llamar su atención sin que se moleste, tal vez puedo. Sí, eso es.
-mommy, creo que me he ganado un castigo.
La silla da un giro hasta que la mirada de Camila esta sobre mí. Tengo miedo, ella no me ha castigado y esta puede ser la primera vez.
-eso sin duda, pero aquí no tengo lo necesario para hacerlo.
-es el primero…
-es el segundo, el día que querías ir a una cita, ese fue el primero.
Me miedo aumenta, ese día la pase realmente mal. Desde ese día me dije a mi misma no enojar a Camila nunca más.
Creo que falle.
-no quiero estar mal contigo, me gusta que estés cerca de mí pero es horrible que me mires como si quisieras matarme, prefiero que me beses, prefiero que me abraces, prefiero que me acaricies.
-no te vas a salvar de tu castigo, tienes que obedecerme ¿no lo entiendes? Joder.
-lo sé, mommy. No estoy tratando de liberarme del castigo, pero quiero comer contigo y pasar la tarde juntas. Puedes darme el castigo cuando quieras.
No tuve que decir más para recibir una sonrisa de mi novia.
Comimos juntas, la comida no supo tan mal para ser la primera vez que cocina. La tarde se os paso de volada entre risas mías y de su madre, pues Camila se la pasaba gruñendo, ya que, su madre no hacía nada más que contarme cosas de Camila cuando era bebe o de hace unos años. Sin duda lo que más me gusto fue estar sentada a su lado mientras ella rodeaba mi cintura. Yo aprovechaba cualquier momento para voltear y dejar un beso sobre sus labios. Tuve que dejar de hacerlo pues Camila cada vez me ponía más. Cuando la besaba aprovechaba para morderme, para bajar de mi cintura a mis muslos, para acariciar mi abdomen y sin duda parar era difícil. No quería tener relaciones enfrente de mi suegra.
Pero nada dura para siempre y este momento tampoco lo haría. Cerca de las seis de la tarde, Camila se ofrece a llevarme a mi casa. Me niego, mi madre puede soltarle lo de Gustavo y ese es un terreno peligroso.
Pero lo pide por segunda vez y recuerdo que Camila no tiene una tercera. Acepto, pues no quiero que se enoje de nuevo.
Al llegar Camila insiste en acompañarme hasta la puerta de mi casa y es imposible negarme sin que se moleste.
Suspiro, lo único que me queda es rogar para que mi madre o padre no arruinen mi día.
Mis suplicas no son escuchadas porque mi madre es quien abre la puerta.
-hasta que llegas, apúrate que aun tienes que arreglarte. Esta noche tienes que lucir estupenda para Gustavo.
No necesito mirar a Camila para saber que ha fruncido el ceño.
-mamá, ella es Camila.
Se saludar pero no me siento tranquila. Mi cabeza trabaja en una manera de decirle a mi madre que Gustavo no me interesa sin que se ofenda. Pero termino diciendo algo realmente estúpido.
-Camila cenara con nosotros.
Mi madre acepta, Camila me abraza eufóricamente. Sin embargo, me arrepiento de haber dicho eso.
Esto puede terminar mal.

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Historia original de Lilu_MJ

"Mommy and Kitten" - CamrenWhere stories live. Discover now