Capítulo 31.

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POV NARRADOR

Una semana, había pasado ya una semana desde que Lauren termino con Camila. Sin duda alguna la ojiverde esperaba a Camila rogando por ella, pero la morena no lo hizo, no se acercó, no la miro, ni siquiera dio indicios de que el rompimiento le doliera. De nuevo estaba siendo ella, había tomado el consejo de Dinah, y la primera parte ya estaba hecha. La pequeña de cierta manera necesitaba a Camila llorando por ella, o tan siquiera tratando de buscarla. Lauren estaba tan al pendiente de Camila que se podría decir, estaba a sus pies. Y era precisamente eso lo que la mayor quería, una vez logrado, puso en marcha la fase dos.
Lunes, 7.30 am.
El timbre retumbo por toda la escuela dando por entendido que las rejas de entrada se cerrarían en cualquier momento. Pero eso no le importaba a nadie en ese momento, no cuando Camila se paseaba por los pasillos con una falda exageradamente corta, que apenas alcanzaba a cubrir su trasero. Sin duda había muchas miradas clavadas en ella, muchos chicos con cierto problemita bajo sus pantalones, montones de chicas criticándola “disimuladamente” y otras viéndola sorprendidas ante aquel cambio.
Camila no era una chica de vestidos ni faldas, los usaba solamente cuando se reunía con su padre, pues él aún no había aceptado completamente los gustos de su hija. La mujer que podía ser la más caliente del mundo, odiaba enseñar su cuerpo, odiaba tener gente morbosiandola, pero allí estaba, meneando sus caderas con un solo objetivo. Hacer babear a Lauren.
-¡wow!-Dinah examina a su amiga de pies a cabeza, incluso frota sus puños contra sus ojos para volver a mirar si la morena piel de su mejor amiga sigue tan expuesta. Y así era, no estaba soñando, su mejor amiga tenía una falda, su mejor amiga tenía unas piernas…
Se cacheteo mentalmente a sí misma, no Dinah no, esa mujer tiene dueña y tú también.
Lauren, por su parte, ignorando todas las erecciones en un salón del edificio de enfrente, resolvía problemas matemáticos con Calvin a su lado. Ya que su supuesta mejor amiga no le había dirigido la palabra desde hace tres días, pues la pelinegra había aceptado una cita con el hombre sentado a su lado. Eso enojo de manera notoria a Normani, aceptaba a Lauren, su pasado amor, con Camila. Pero con ese estúpido, cara de pizza. Jamás.
Lauren iba a pasar nuevamente el día entero con el mismo chico de toda la semana, se sentía asfixiada, se aburría. Necesitaba algo que él no le podía dar, o mejor dicho, alguien que no era él.
Después de varias horas de clases ambas salieron al receso, Camila y Dinah antes que las menores, ese día, por primera vez, Camila no se negó en acompañar a Dinah para ir a buscar a la mujer habladora que su ex novia tenía como mejor amiga.
Lauren, por su parte, salió después de Normani, encontrándose a quien menos se esperaba encontrar, y vistiendo de una manera que pensó nunca haría. Hizo su más grande esfuerzo para no abrir la boca, pero para eso tuvo que morder su labio. Pero, lo que la pequeña no pudo evitar, fue analizar a su ex novia de arriba abajo. Tuvo unas ganas terribles de gemir cuando llego a sus muslos, y ni hablar cuando vio sus pechos, incluso se relamió el labio.
[N/AD: imaginación con los pechos de Camila, plz]
Joder, que mujer.
Entonces llego a su rostro, analizo sus apetitosos labios, dios, como extrañaba tener esos labios devorando todo su cuerpo. Entonces llego a su parte favorita, los ojos de su amada, pero allí termino su encantamiento. Camila la había estado mirando todo ese tiempo, vio cada uno de sus gestos y se felicitó internamente por causar todo eso en su ojiverde.
Lauren, sonrojada y avergonzada, alejo la mirada de aquel cuerpo, cuando volvió a subir la mirada, dispuesta saludar a Dinah y de paso a su ex, Calvin salió del salón, impidiendo cualquier acercamiento entre las chicas, la pequeña no sabía si odiarlo o agradecerle.
Odiarlo por no permitirle ir, abrazar a Camila, y darle un buen apretón a aquel majestuoso trasero o agradecerle por no haber permitido que Lauren cometiera el error de ir y volver a caer en los brazos de Camila.
Aunque ya era tarde, pues la pequeña cayó nuevamente con solo mirar a su ex novia.
Las tres mujeres, que no le dirigían la palabra a Lauren, comenzaron a alejarse, pero la mujer de ojos chocolates no se fue sin antes regalarle una risita burlesca a la pequeña. Quien se enojó por el cinismo de aquella mujer, y también se enojó con ella misma, pues ese gesto había logrado encenderla. La pequeña, sin ya poder ocultarlo, comenzó a caminar detrás de aquellas mujeres, se tropezó una vez en el camino, pues no miraba por donde andaba, su mirada estaba fija en el balanceo de las caderas de su muy caliente ex novia.
Calvin caminaba a su lado, diciendo mil y una tonterías que Lauren ni entendía ni escuchaba, estaba tan ocupada tratando de lidiar con la sustancia pegajosa entre sus piernas. El chico, al darse cuenta de donde tenía la mirada su acompañante, soltó una fuerte carcajada. Él podía competir contra eso, él era mil veces mejor que un trasero ladeándose de aquí para allá.
-me caí jugando futbol-comento deteniendo a Lauren, quien muy a regañadientes, alejo la mirada de Camila.
-¿ah sí?-pregunto la ojiverde.
-me raspe el estómago-seguido de eso, levanta la camisa dejando a la vista su abdomen perfectamente marcado.
-aja-fue todo lo que respondió la morena, pues su mirada fue atraída nuevamente cuando su supuesta mejor amiga le dio una nalgada a su ex novia.
Su corazón casi se le salía del pecho cuando Camila se acercó hacia ella, no tenía los ojos tristes, su sonrisa ladina se posaba en su rostro como el primer día, y la pelinegra no pudo evitar sentir que su cuerpo temblaba, Calvin el abrazo, pero lejos de calmarla la tenso aún más.
-hola, Lauren.
Y murió, su barrera casi cayo cuando Camila hablo, sin inseguridades, sin tartamudear, sin demostrar que algo le lastimaba. Su barrera casi se destruyó con un simple saludo, si, así de mal estaba la ojiverde por la hermosa chica que tenía frente a ella.
-¿Qué quieres, Camila?-tratando nuevamente de no caer en sus encantos, recordándose a ella misma la imagen de aquel día, le había contesta con una indiferencia, que al final se llenó de inseguridad, el nombre le dolía.
-que agresiva-se burló la morena, su sonrisa burlesca apareciendo-. Al parecer no puedo venir a saludarte…
-no, no puedes-interrumpió el ojiazul-. ¿Recuerdas lo que hiciste?, ni siquiera deberías hablarle.
Lauren en ese momento no sabía cómo reaccionar, esperaba que Camila empezara a excusarse y a llorar. Pero aquella mujer solo sonrió de nuevo.
-recuerdo muy bien cómo me beso la zorra con la que te acuestas todas las noches. Que hipócrita eres amigo.
Lauren, estúpidamente se aferró a la idea de que lo que había dicho Camila era mentira. Pero Calvin se limitó a mirarla con odio, lo había delatado, cuando quiso defenderse y tirar una más de sus mentiras, era demasiado tarde, la pequeña ya había comprobado con su actitud que lo dicho por Camila, era verdad.
-Lauren, ella miente, ¿le vas a creer luego de que te engaño?
Pero Lauren no necesitaba explicaciones de él, no le importaba, no eran nada.
-no me importa si tienes algo que ver con Alexa. No es como si sintiera algo por ti.
Y aunque la intención de Lauren nunca fue ofenderlo o lastimarlo, él se levanto enojado, yéndose sin despedirse.
-anda de un humor-dijo Camila apuntándolo con su pulgar.
Lauren permaneció callada y seria, a pesar de que tuvo ganas de reír, se resistió. Camila, muy consciente de sus actos, se sentó sobre la mesa en la que Lauren estaba, dándole una sensacional vista, que causaron en la pequeña, ganas de tomar a su ex novia sobre esa mesa en la que se encontraban sentada.
-¿me vas a decir que quieres?
De nuevo, su barrera salió a la luz, quería permanecer indiferente a aquel magnifico cuerpo pero era imposible. Sus ojos volvieron a caer en las piernas de aquella mujer, y justo cuando su mirada llego a sus muslos, Camila contesto.
-te diré si dejas de mirar de mas, mis ojos están aquí arriba, no te pierdas-nuevamente se burló de la más alta, quien, totalmente indignada se cruzó de brazos.
-no es como si tuviera mucho que mirar-esperaba que su ataque dañara a la mujer sobre la mesa, o por lo menos quitara esa insoportable sonrisa. Pero, la mayor solo arqueo la ceja.
-entonces no entiendo que has estado haciendo mirándome todo el tiempo, desde que fui a buscar a Normani, hasta que baje de las escaleras, tu vista no se despegaba de aquí-coloco una mano sobre su muslo y de apoco fue subiendo, acariciándose a sí misma hasta llegar a su trasero-. Hasta aquí-con dificultad, se inclinó hacia delante, sus pechos se hicieron notar más, justo a la altura del rostro de la morena-. Y ni hablar de cuando mirabas acá. ¿Qué pasa Lauren? ¿Acaso te he dado permiso de mirarme? Quita los ojos de allí.
La pequeña, enojada y frustrada por las burlas de Camila, se levanta y comienza a enojarse. Camila, por su parte, se recuesta en la mesa.
-no que no.

"Mommy and Kitten" - CamrenOnde histórias criam vida. Descubra agora