Futuro

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-¿Qué estas haciendo aquí?-dijo con un hilo de voz.

-Hola, Keith.-cerró la puerta y comenzó a andar hacia él.- Qué rápido me has olvidado...

-Atrás.-cogió las tijeras de podar con ambas manos y las sujetó frente a él.- No te me acerques.

-Vamos... no te pongas así.-sonrió.- Me han llamado y me han contado eso de que... ya no estamos asociados... -ahora su rostro parecía molesto.- ¿Ni siquiera viniste a decírmelo a la cara? Después de todo lo que hemos vivido juntos...-se mordió el labio y dio otro paso hacia delante.

-N-no tengo na-nada que decirte...-estiró los brazos frente a él apuntándole con las tijeras.- No te acerques... -comenzó a temblar. Aquella voz era de súplica. Estaba aterrado.

-Shhh....-andó hasta que las tijeras se posaron sobre su vientre.- Te conozco... no eres un chico malo... eres obediente...-apretó su cuerpo contra ellas. Las manos de Keith temblaron y sus codos se flexionaron hacia él al notar el peso del cuerpo de Lotor contra el filo. -¿Ves? No quieres hacerme daño... -le acarició la mejilla.

-Para...-dijo con los ojos llenos de lágrimas. ¿Por qué no podía defenderse? ¿Por qué no era capaz de clavarle esas tijeras al hombre que lo había violado, maltratado y destrozado? ¿Cómo podía ser tan débil? Era inútil. Un completo inútil.- Por favor...- dijo entre lágrimas silenciosas.- Déjame...

-Nadie va a salir herido... mira... te gusta ese chico, Lance. Lo se. Piensa en él. -le cogió las manos y le quitó las tijeras sin apenas emplear fuerza.- es un buen chico. ¿Vas a pegarte a él y vas a llevarle tu mierda? No le hagas eso. ¿Por qué tiene que sufrir él por tu culpa?

-Él... él no... -apretó los ojos con fuerza al notar sus manos sobando su cintura. Lotor lo tenía otra vez en sus garras.

¿Lo que decía era cierto? ¿Acaso iba a arrastrar a Lance a aquel infierno? No podía dejar que un chico tan bueno y hermoso sufriera, menos por alguien que ya estaba perdido.

-Hagamos una cosa... te vienes conmigo...-se inclinó y lamió su mejilla. Keith se estremeció y cerró los ojos con aun fuerza de miedo- dejamos que Lance viva tranquilo... y yo seré bueno. Lo prometo. No tocaré jamás a Lance. ¿Qué me dices? -lo tomó de la barbilla. Su voz sonaba amenazante.

-No quiero... que le pase nada...-susurró asustado.

-Bien... entonces se mío... -lo besó mientras colaba su mano por debajo de la ropa de Keith. Notó como aquella asquerosa lengua volvía a invadir su boca. Trató de apartarse pero... ya no había fuerzas.

-¡¡APÁRTATE DE ÉL AHORA MISMO!!-gritó Lance dando un portazo al salir de la trastienda. -¡No lo toques! ¡¡¡¡SUELTALE!!!!

-Vaya. El novio al rescate.-dijo de malhumor poniendo los ojos en blanco. Agarró a Keith de la muñeca y tiró de él.- Keith y yo nos vamos.-tiró para arrastrarlo tras él.

-¡¡KEITH!!- fue corriendo hacia ellos.

-Lance... yo... no quiero llevarte a mi mundo.-dijo entre lágrimas desolado.- no tienes que estar en la oscuridad...

-Maldita sea, Keith. -sus ojos se inundaron.- ¡Prefiero caminar en la oscuridad a tu lado a tener que vivir en la luz sin ti! -extendió el brazo hacia él.

Su corazón gritó al oírlo. Levantó su mano libre hacia él, pero Lotor tiró con todas sus fuerzas para arrastrarlo lejos de Lance. Entonces se giró hacia él y con rabia clavó sus uñas en su brazo para soltarse.

-¡Maldito mocoso!-gritó enfadado, tirando a Keith contra una vitrina de cristal.

El pelinegro cayó plano sobre esta, rompiéndola en mil pedazos.

La Floristería [Klance]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora