Disyunción II

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Keith se llevó la mano al pecho. Su corazón dolía. Era como si se lo hubiera arrancado y lo hubiera apretado en sus asquerosas manos hasta destrozarlo.

No quería creer aquello, pero sí sabía que Lance había tenido una pareja en el instituto con la que duró bastante. De todos los hombres del mundo...¿tenía que ser ese?

Le incomodaba saber que se habían acostado. Le molestaba saber que ese tipo había hecho disfrutar a su novio, y que por lo contrario él no. ¿Y si hoy comenzaban a hablar de nuevo? ¿Y si Lance de veras tenía necesidades?

Sus ojos se llenaron de lágrimas, haciendo que aun se sintiera peor. Sólo sabía llorar y bajar la cabeza. Era un débil y un cobarde. ¿Pero qué podía hacer contra Robby?

Alto, guapo y con el doble de masa muscular que Keith. Sin hablar de su nivel de autoestima que rozaba el egocentrismo severo. Competir contra él era estúpido. Un paliducho débil y cabizbajo del que parecía ser fácil abusar. Con la única alegría depositada en un moreno que parecía alejarse cada vez más de él.

Cuando vio a Robby entrar en la pista fue a peor. El maldito bastardo hijo de su madre iba pegado a Lance, riendo y a veces tocándole el hombro y haciendo cosas juntos. Se les veía felices. También había otras parejas en el hielo. Era algo romántico. Le hubiera gustado saber patinar para poder hacerlo con Lance. En cambio, ahora su novio tenía una escena de película con su ex.

Vio como Robby se colgaba de los hombros de su novio y entre carcajadas acercaba la mano a su trasero.

-¡¿Eh?!-casi se levanta de la impresión al ver como Robby asestaba una cachetada a Lance en el trasero.

Lance se apartó algo incómodo por el gesto y miró hacia la grada. Durante un segundo pudo compartir mirada con Keith. Mierda, lo había visto. Vio como el pelinegro mantenía la vista hacia otro lado. Estaba tenso. Podía notarlo desde allí. Tenía que ir a por él. Y debía pedirle perdón por que Robby lo hubiera tocado así.

Lance salió con los patines y se acercó a donde estaba Keith sentado.

-Hey... Keith venga, vamos.-le tendió la mano. Que no le contestase no le gustó. - Oye... si te ha molestado "eso"...

-Da igual. -no lo miró.

-No parece que de igual... -se rascó la cabeza nervioso.- Venga, ven conmigo. -lo tomó del brazo y tiró de él un poco.

-No...no me apetece.-opuso resistencia.

-No seas cabezón.-sonrió Lance.- Veeenga.

-¡Que no!-dio un tirón y se soltó de su agarré. Lance lo miró algo sorprendido. - Vete con tus amigitos y tu ex.

La sorpresa fue a más en el rostro del moreno. Mierda. ¿Cómo se había enterado? Conociendo a su chico, había preferido no cargarlo con la idea de que su ex pareja fuera a estar con ellos aquel día. Ahora se sentía horrible por ocultarle la verdad. Parecía desolado con la idea, que sin duda había sido infundida por el maldito Robby.

-Keith...-susurró.- que sea mi ex... no significa nada. Fue hace mucho, y ahora estoy contigo.

-¿Por qué has dejado que te diera así?-dijo sin mirarlo aun. Lance vio que el pelinegro estaba aguantando las lágrimas.

-Es... sólo una cosa de amigos, en el equipo lo hacíamos todos. - se acercó a él y lo tomó de la barbilla. -Eh... mírame por favor.

-No...-rechistó Keith. Si lo miraba rompería a llorar.

-Mi tonto celoso.-Lance se acercó a él y lo besó. - Tú eres mi novio. Y si te molesta que haga eso, te aseguro que le diré que no vuelva a hacerlo. Lo siento. -sonrió al ver que Keith parecía algo mas satisfecho.

La Floristería [Klance]Where stories live. Discover now