Capítulo 27

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Me siento como en un sueño unodel cual no quiero despertar y quisiera que este momento fuera eterno. Que nome deje de besar ni de abrazar como lo hace ahora. Estoy segura de que puedoestar así por siempre con él. Nos separamos muy lento a mi pesar comenzó aacariciar mi mejilla sin dejar de mirarme a los ojos.

— ¿De verdad siento lo mismo que yo? — preguntó en voz baja

—Si

— Me gusta oírte decirlo— dijo sonriendo le devolví la sonrisa y luego lo abracé por la cintura y el paso su brazo por mis hombros y comenzamos a caminar.

—¿Y ahora qué hacemos? — le pregunte

—Primero celebrar tu cumpleaños ¿Va a sonar raro si te pido que seas mi novia? — pregunto, me detuve a mirarlo y solté una risita.

—Suena muy raro dado el hecho de que estamos casado, pero como quiera acepto— le di un beso corto en los labios y seguimos caminando en completo silencio, hasta que Mark hablo.

—Te debo un regalo— dijo

—Pero si ya yo tengo mi regalo— dije sonriente.

—¡Ah sí!, ¿Y cuál es? — pregunto con curiosidad

—Tu

Su rostro se ilumino con una sonrisa cuando escucho mi respuesta. Abrió su boca para decirme algo, pero las palabras no alcanzaron salir de su boca cuando Stephanie apareció.

—Aquí están los estuve buscando para la foto —dijo sin quitar la mirada de Mark.

—Iremos ahora— dije a lo que Stephanie me dedico una sonrisa sínica como respuesta la cual le devolví.

La seguimos hasta llegar a una especie de sala con muchos camarógrafos y personas, cuando nos vieron todos se pusieron juntos. Todos comenzaron a sonreírnos y a saludarnos como si fuésemos la realeza. El camarógrafo comenzó a decirnos en donde ponernos. Mark apretó mi mano, lo mire y me sonrió. Me acomode a su lado, pero Stephanie se metió en el medio de los dos, miren a Mark y el solo se encogió de hombros. Posamos para foto y luego cada uno cogió por su lado.

Mark y yo nos quedamos, él aun necesitaba presentarse con otras personas. El negocio que logro que nos casáramos, jamás se aparta. No es que ahora le deteste, es que siempre me hará dudar y tráeme de vuelta a la realidad. Un hombre mayor se llevó a Mark a toda prisa, el trato de resistirse, pero no pudo más que mirarme. Suspiré y me senté los zapatos me están matando, estoy tan cansada que me estoy cayendo del sueño.

Mark se está tardando mucho comencé a buscarlo con la mirada, pero no lo veía ninguna parte, caminé un poco por el salón para poder ver mejor. Igual sigo sin verlo, decidí que lo mejor es que lo busque más allá claramente aquí no está. En eso sentí unas manos en mi cintura y me quedé paralizada.

—¿Qué buscabas? — pregunto casi en susurro, me voltea para verlo para contemplar esa sonrisa y esos ojos que para mí son perfectos.

—A ti

—Ya estoy aquí ¿Qué te parece si nos vamos? — pregunto con una mirada algo extraña.

—Pensé que nunca dirías eso.

Me sonrió tomo mi mano y nos fuimos sin despedirnos de nadie lo cual es perfecto para mí, no tengo ganas de estar fingiendo interés en sus conversaciones.

*

Mark abrió la puerta de la casa yo entre detrás de él, tiré mis cosas en el sofá, me senté y comencé a quitarme los zapatos los cuales me estaban matando en lo que Mark iba a la cocina. Mark regreso con unas copas y una botella de champaña se sentó a mi lado me dio una de las copas y destapo la champaña me sirvió en la copa e hizo lo mismo con la suya.

— ¿Y esto? — pregunte mirándole intrigada

—Por nosotros y porque, aunque los deteste es tu cumpleaños, lo cual si hubiera sabido esta noche hubiera sido diferente— dijo

—Por nosotros, me gusta cómo suena eso y por cierto esta noche no la cambiaría por nada— dije y brindamos.

Luego Mark me quito copa y me beso tan tiernamente. Aún sigo sin asimilar lo que ha sucedido esta noche me siento perdida en el paraíso o algo así. Cuando estoy con el me siento tan feliz, tan abrumada de emociones que nunca había sentido por alguien. Creo que nunca me he enamorado de esta manera de alguien lo que me asusta. Pero me gusta y no me quiero alejar, por primera vez me sintió realmente feliz, soy feliz gracias a Mark. Salí de mis pensamientos al escuchar su voz.

— ¿En qué piensas? — dijo acariciando mi mejilla con su pulgar.

—En nosotros, en lo feliz que soy – dije soltando un suspiro.

Como respuesta Mark me sonrió y rozo sus labios contra los míos e intensifico el beso apretándome más contra él. Lamiendo suavemente mi labio inferior con la punta de su lengua. Incitándome a abrir mi boca lo cual hice de inmediato nuestras lenguas se entrelazaron apasionadamente. Mientras me recuesta en el sofá sus manos viajan por todo mi cuerpo, dejo un rastro de beso desde la comisura de mis labios hasta mi cuello. Empuje su saco hacia atrás hasta quitárselo luego le quite la corbata y comencé a quitarle botón por botón la camisa dejándolo solo con sus pantalones, pero no por mucho.

—¿Deberíamos ir al cuarto? — alcance a decir antes de que sus labios atraparan los míos de nuevos.

Separo sus labios de los míos y me cargo hasta el cuarto me bajo e inmediatamente comenzó a besarme de nuevo. Mientras se deshacía de mi vestido dejándome solamente en ropa interior. Lo seguí besando hasta estar al pie de la cama me separe de él y lo empuje hasta que cayó en la cama. Me senté encima de él lo besé en los labios. Luego su cuello, su pecho y fui bajando lentamente, mientras más bajaba más él se estremecía.

Le quite la correa y luego le desabroche los pantalones y le beso por encima de la tela de su bóxer haciendo que su erección crezca bajo mis labios. Lo mire y me miro de vuelta comencé con mi trabajo. Él se llevó una mano a la cara y dejo ir su cabeza hacia atrás mientras soltaba un gemido de placer, con la otra mano me tomaba con cuidado del cabello. Volví a subir a besar su abdomen y con mis manos seguí frotando su miembro. Me dio la vuelta para colocarse encima de mí y terminar de quitarme mi ropa interior.

Me besa y noto como sus caderas se van separándose un poco de las mías y me preparo para embestida que no tarda en llegar. Comenzamos a movernos al mismo compás ambos jadeamos ligeramente. Nos miramos a los ojos un momento y el siguió con las embestidas volviéndonos uno. Y de esta manera me aferre de sus nalgas y tire de él llevándolo más profundo dentro de mí. Estábamos a punto de llegar al orgasmo, podía sentirlo por la forma en la que comenzó a acariciarme. Lo hacía presionando con más fuerza sus manos en mi piel, grité su nombre cuando llegué al orgasmo, él soltó un gemido casi mudo cuando él también llegó.  Respirábamos de forma agitada, yo me giré para verlo y él me abrazo y me dio un beso en la frente.

—Feliz cumpleaños — susurro y de esta manera me fui quedando dormida, entre sus brazos el cual se ha vuelto mi lugar favorito.

Dime Que SiWhere stories live. Discover now