Capítulo 2

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Hace exactamente una semana que la fábrica estalló, y no puedo sacudirme la consternación que me embarga al pensar hasta qué extremo está dispuesta a llegar la raza humana para eludir el dominio de las almas. La tragedia nos arrebató cinco almas y dejó a otras cinco gravemente heridas. Ese dantesco escenario refuerza mi resolución como buscadora: mi misión es convencer a estos mortales recelosos de que nuestras intenciones son pacíficas, y que aspiramos a una coexistencia tranquila en este planeta.

"A costa de nuestra propia libertad," me recuerda sarcásticamente Barbará cuando reflexiono en el penoso saldo de almas perdidas.

Ella conoce mi sentir mejor que nadie –mi anhelo por una paz duradera– y aun así, se irrita, provocando mi enfado con su escepticismo.

"Por supuesto, porque la paz es lo único que persigues," dice ella con una ironía que aumenta mi irritación.

El interrogatorio me saca de mis cavilaciones como buscadora. La oficial a cargo es una mujer de baja estatura, cabello negro como azabache, y de talante particularmente agrio. Lleva más de un año buscando un alma desaparecida que responde al nombre de Wanderer, y su frustración ha venido a ensombrecer su trato hacia los demás.

-Esperanza, ¿rememoras el suceso?- interroga con una voz teñida de urgencia.

-Perdón, estaba recapacitando,- contesto ante su mirada inquisidora.

-Como le explicaba, nos encontrábamos tras la pista de siete sujetos cuando ocurrió la explosión,- prosigo, reconstruyendo los hechos. "Una pérdida de conciencia momentánea me sobrevino, y si Luis no hubiese estado a mi lado, no estaría relatándoles nada. Lamento profundamente la pérdida de los demás buscadores," concluyo con solemne firmeza.

Sus ojos escudriñan los míos, buscando alguna señal de falsedad, y con un gesto severo declara, -Debemos estar listos para la defensa; llevaremos armamento en adelante.- Su proclamación es disruptiva, choca con nuestras bases pacifistas, y Barbará no tarda en hacerse oír en mi fuero interno.

Es imperativo que me oponga; portar armas es un concepto ajeno y hostil para mí. Expreso mi negativa con convicción, ante lo cual ella dictamina mi integración en su grupo. Algo en la manera en que ella pronunció la palabra "Wanderer" me habla de una fijación que bien podría oscurecer cualquier juicio racional.

La conversación con Luis llega días después, un descanso en el remolino de mis deberes. Él entra a mi hogar, su presencia es un bálsamo frente a las recientes tormentas. Hablamos de mi reasignación y él ofrece su perspectiva sobre la "temible y diminuta buscadora", como se ha ganado la fama.

Entre risas y café, las diferencias entre nuestros mundos ancestrales –Fuego y Hielo– salen a relucir. La voz interna de Barbará no se sustrae de hacer observaciones cínicas sobre nuestra oposición elemental, pero se deleita en la ironía de nuestro encuentro.

Mientras le sirvo una taza del aromático líquido, la conversación fluye con naturalidad, aunque Barbará no puede evitar demostrar una pizca de amargura, incluso celos, por la camaradería emergente. Sin embargo, desde mi perspectiva, es claro que Luis simplemente está mostrando gratitud y una sincera disposición a fortalecer nuestra incipiente amistad.

Un Alma Especial (basado en The Host)Where stories live. Discover now