Capitulo 10

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─Esperanza, la Buscadora solicita que te apures; tiene en mente efectuar un vuelo de reconocimiento sobre el desierto y aguarda tu informe─. Era Luis quien irrumpía con noticias inesperadas.

─Muy bien, dile que estaré abajo enseguida─. Le contesto mientras me humedezco el rostro en un intento por relajarme.

Cuando Luis abandona mi habitación, tomo una toalla, me seco el rostro y Barbará comenta:

<<Parece que interrumpir cuando estás al borde de una revelación se está volviendo costumbre.>>

<<¿Cómo? ¿A qué te refieres?>>. Le replico, riendo un poco.

<<A que siempre nos interrumpen cuando estoy a punto de descubrir algo interesante>>. Se lamenta, poniendo gesto de contrariedad.

<<Jajaja, Barbará, nadie conoce mejor mis pensamientos que tú>>. Le respondo, riéndome de su actitud.

<<Es que tienes algunas ideas resguardadas detrás de muros que yo no puedo traspasar. Y además no soy de las que invaden la privacidad de las personas sin su consentimiento>>.

<<Bueno, la verdad es que esos muros son más por tu bien que por el mío>>. Comento, pero ella agrega:

<<Lo entiendo, pero a veces desearía conocer cada detalle sobre ti>>.

<<Cuando llegue el momento, conocerás todo. Te lo prometo>>. Le aseguro mientras estoy en el ascensor. En cuanto las puertas se abren, veo a la Buscadora esperando con un rostro que evidencia su estado de impaciencia.

─Aquí está, Buscadora: el informe de mes y medio de trabajo─. Le anuncio, entregándole un archivador con todos los datos que hemos recopilado.

<<Espero que no hayas incluido la información de anoche>>, insiste Barbara llena de ansias.

<<Por supuesto que no. Esa información está resguardada en el mejor lugar que pueda haber>>. Le aseguro, enseñándole su contenido.

<<Perfecto. Ahora, ¿cómo nos quitamos de encima a la Buscadora?>> me dice mientras ella la observa.

─Estos datos son... son fascinantes─ exclama la Buscadora, quedándose absorta en la lectura de los documentos.

─Ojalá pudiéramos haber recolectado más información, pero...─ intento disculparme, pero ella me interrumpe.

─No te preocupes, está perfecto. Con esta información y la que yo recopilé, podremos dar con Wanderer en poco tiempo─. Dice con la mirada brillante por la emoción.

Espero a que termine de revisar la información, y luego le pregunto:

─¿Cuál es el próximo paso? Si desea hallar a Wanderer rápido, deberíamos planificar qué se hará a continuación─. La Buscadora cierra el archivador y me mira con una expresión desafiante.

─Nuestra siguiente movida es encontrar un helicóptero para hacer una nueva búsqueda aérea.

─¿En serio? ¿Sabes cuánto tiempo nos tomará eso?─. Comenta Patrick, incrédulo al escuchar sus palabras.

─Tú y los demás irán en vehículo; Esperanza y yo tomaremos el helicóptero, ya que ha estado investigando de manera más exhaustiva.

─Vale, como prefieras─. Dice Patrick, encogiéndose de hombros.

Salimos del hotel con rumbo al aeropuerto de la ciudad. Un helicóptero nos espera, junto a un par de motos y un automóvil. Cada uno se ubica donde corresponde. Una vez en el helicóptero, la Buscadora me consulta:

─¿Sabes pilotar? Porque yo no tengo idea.

─Por supuesto que sé, no te preocupes, Buscadora─ respondo y tomo mi lugar.

Me coloco los auriculares, me ajusto el cinturón y cierro la puerta. Subo y enciendo el aparato apretando un par de botones, esperando que sean los correctos.

<<Nunca has manejado uno de estos, ¿verdad?>> dice Barbará, aterrada.

<<Bueno, en mi otra vida. Era piloto, pero...>>

<<¿Ves? ¿Qué harías sin mí?>> me interrumpe, mostrándome imágenes de cómo manejar el helicóptero, dada su experiencia de hija de un general del ejército, quien le enseñó a utilizar un sinfín de vehículos.

<<Gracias, eres un ángel>> le respondí con cariño.

─¿A qué estás esperando? ¡Vamos!─ intervino la Buscadora con impaciencia.

─Solo dame un segundo─ le contesto, mientras ella me mira ceñuda.

Barbará me da una lección acelerada sobre cómo manejar un helicóptero. Dado que aprendo rápido pude despegar sin mucho problema y direccionamos la aeronave hacia el desierto. La Buscadora se comunica con los demás Buscadores a través de la radio mientras avanzamos.

Después de una estadia me indica: —Ve rumbo al este, en esa dirección— y me muestra hacia dónde con su lápiz.

Le obedezco y avanzo hacia el este sin preocupación, ya que ambas sabemos que no es la dirección correcta. Desactivó los datos del resto del equipo y luego le pregunto de nuevo:

—Ahora, ¿podría decirme su nombre?

—¿Por qué estás tan obsesionada con ello?— responde haciendo una pregunta para evitar contestar.

—No, yo pregunté primero— argumento con risas para suavizar el ambiente.

—Está bien, te lo diré, pero solo porque eres especial— anuncia, provocando que quede atónita un instante.

—Mi nombre es ShadowIce, pero aquí me llamo Sharon— confiesa como si revelara un terrible secreto.

—Mucho gusto, Sharon. Pero, ¿a qué te refieres con que soy especial? No entiendo— bromeo, y aunque Barbará se pone inquieta.

—Mira, Esperanza, sé que te resultará extraño pero...— Empieza, mirando hacia adelante.

Un Alma Especial (basado en The Host)Where stories live. Discover now