Capítulo 20

249 15 0
                                    


—Esperanza dice que llamar "parásitos" es ofensivo —dice Barbará, esbozando una sonrisa.

—Perdón, pero es lo que son —responde el hombre con amabilidad.

—Padre, no digas esas cosas. Y Barbará, ¿cómo es que pueden cambiar?

<<Por eso no deberías mostrarte tanto. Estoy cansada de explicar lo mismo>>, digo molesta, más por el comentario del hombre que por la pregunta de la joven.

—Es una larga historia. Solo necesitan saber que somos únicas al hacerlo —responde Barbará, intentando ser lo más amable posible.

—Oh, entiendo —responde Laura, con una nota de tristeza en su voz.

—Es que su madre fue atrapada y ahora es una buscadora que nos persigue —se lamenta el hombre mientras se sienta al lado de su hija.

<<Eso sí me da tristeza>>, le confieso a Barbará, sintiendo una punzada de empatía al pensar en que su propia madre es ahora el enemigo.

—En verdad lo siento. Si estuviera en nuestras manos, les ayudaríamos —responde Barbará, acercándose con compasión.

—No se preocupen, al menos tengo a mi padre —responde Laura, apretando la mano de su progenitor.

—¿Qué necesitan de nosotros? —pregunta el padre, dispuesto a ayudar.

—Casi se me había olvidado. Queríamos saber si conocen a más humanos o si vivieron con más personas —digo.

El hombre niega con la cabeza y responde con tristeza: —Desafortunadamente nuestro pequeño grupo fue capturado. Solo nosotros escapamos porque nos escondimos en una cueva.

—Lamento mucho oír eso. ¿Y cómo sabían que María los cuidaría?

—Mi padre la llamó y ella ha sido mi nana siempre. Casi no lo creí cuando la vi, todo en sus ojos.

—Nos cuida y es como si mi madre estuviera presente. Tiene todos sus recuerdos y sentimientos anteriores al cambio —añade el padre. Barbará parece pensativa.

<<¿Estás pensando lo mismo que yo?>>, pregunto, sabiendo ya la obvia respuesta.

<<Sí, pero ¿cómo podemos ayudar?>>, reflexiona Barbará.

<<Déjame hablar con ellos>>.

Realizamos el cambio y nuestros ojos de color café gradualmente tornan al gris con el anillo plateado. Ellos observan sin alterarse y les digo: —Parece que han tenido suerte.

—¿Esperanza?

—Sí, Laura. Barbará está descansando —respondo con una sonrisa.

<<"¡Descansar!" Ah, eso quisieras>>, me replica Barbará entre risas.

—Solo quería decirles que mi misión es encontrar un refugio para humanos, y si lo logro, los llevaré con ellos.

Al escuchar esto, sus ojos se iluminan con la ilusión de encontrar a más personas.

—¿En serio nos prometen llevarnos con más personas? —pregunta el padre con tanta emoción que casi eleva la voz.

—Shhh, sí, haré todo lo posible, pero deben permanecer ocultos y cuando sea el momento correcto, vendré a buscarlos. No pueden decir nada acerca de nuestra conversación o nuestra relación —les susurro.

—¿Se refieren a sus cambios? —pregunta el hombre.

—Exactamente, todo esto será nuestro secreto —aseguro y añado—: Gracias por la información, pero debo irme ya.

Se levantan y al ponerme de pie frente a ellos, Laura me da un abrazo cálido y familiar.

—Solo prométanme que se mantendrán escondidos —les solicito al separarme.

—Sí, Esperanza. Mucho no pensamos que un buscador podría ser tan humano y compasivo —agrega Laura con gratitud.

—Tuvieron suerte de encontrarse conmigo —respondo, sin poder evitar que las lágrimas broten de mis ojos.

—Eres una señal del cielo —halaga el padre.

Les miro con una pizca de tristeza, me seco las lágrimas y le digo a Laura:—Prométeme que no llorarás más, pase lo que pase —y levanto el meñique.

—De acuerdo, lo prometo —responde ella, entrelazando su dedo con el mío.

—Ves, papá, te dije que las almas podían cambiar y ser buenas —le dice a su padre, dando un abrazo.

—Me voy ahora; es tarde y mañana debo continuar con nuestro plan —les informo y me encamino hacia la puerta.

—Perdón por el ataque, pero cuando mi hija dijo que eras una buscadora...

—Te entiendo; nuestra raza les causa miedo, especialmente  los buscadores, pero no se preocupen, yo no soy como ellos —respondo antes de salir al pasillo.

Un Alma Especial (basado en The Host)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora