Continuando el camino

1K 118 40
                                    

Prompto despertó sintiéndose mejor de su anterior condición. Sufrió mucho en el poco tiempo que tuvo que esforzarse por no caer a consecuencia de sus dolores. Más allá de eso, no decirle nada a Noctis, su mejor amigo. Divisó aquel fuego que el príncipe encendió para él para luego darse cuenta de que estaba acostado en una cómoda cama. No tenía idea de cuánto tiempo había permanecido dormido. Recordó unas de las cosas más preciadas para él: El celular. Obviamente era una cosa importante, específicamente un objeto. Increíblemente, habían pasado 2 días desde que partieron del campamento. Era impensable y absurda para él esa cantidad de tiempo. Por supuesto, no había contado el tiempo que pasaron dentro de la cueva antes del accidente. Se sentó despacio y vio a su amor platónico sentado con la cabeza hacia abajo estando completamente dormido. Sonrió levemente entrecerrando sus pequeños ojos y tomó en sus manos el preciado Siemprejuntos. Recordó cuando él se lo había regalado especialmente a él y su anonada actitud. Lo volvió a guardar con cuidado por su valor sentimental más que útil. Al sentarse, hizo un pequeño sonido que fue suficiente para despertar al pelinegro. Este se alarmó y se paró de golpe al verlo.

- Prompto! - Enunció en voz alta retumbando en todo el lugar. - ¿Cómo te sientes? - Continuó casi gritando.

- ¡Mucho mejor! Hombre, como duelen las caídas. ¡Me hubiese gustado tener tu poder para aferrarme a los lugares para frenarte! - Dijo tranquilo parándose y bromeando al respecto. Noctis frunció el ceño. Al darse cuenta de sus palabras, le subió la temperatura y quiso cambiar de tema. - Ehhhh ¿En dónde estamos? ¿Es como un hotel subterráneo o algo así?

- Es un pequeño refugio de una expedición. - Explicó Noctis levantándose con cuidado. - Prompto ¿Cómo te lastimaste así? - Preguntó Noctis cruzándose de brazos e intrigado por saber qué ocurrió. - ¿Y a que te referías con "frenarme"? - Prompto desvió la mirada evitando el contacto con Noctis. No quería mentirle a su amigo así que decidió que lo mejor sería contar lo que ocurrió. Moriría de vergüenza y seguramente sería regañado por el pelinegro, pero era mejor eso que mentirle y no decirle la verdad.

- Tu... cuando te caíste, yo no podía dejar que cayeras solo. La roca te golpeó y caíste inconsciente. Yo no quería que estés solo y que mueras por la caída así que...me tire contigo. - Noctis abrió los ojos por aquellas palabras. Le parecía ridícula la idea y ganas no le faltaban para retarlo. Aun así, dejó que continuase. Quería saber todo. - Me tiré y pude alcanzarte. No había tiempo así que cuando estábamos por tocar el suelo, hice que tu caigas encima mío para que no salgas herido. A cambio, mi cuerpo recibió el impacto. - Terminó de explicar evitando hacer contacto visual y ser lo más conciso posible. Sabía que tarde o temprano, Noctis se enteraría. Si no sería por los hechos, sería por el cargo de conciencia.

- ...- Noctis suspiró conteniendo su enojo por la infantil acción de su amigo. No podía decir que nunca el rubio hizo estupideces. Desde la secundaria las hacía, pero arriesgar su vida y quedarse atrapado por él superaba a las demás. ¿Era realmente un acto estúpido o era un acto de fidelidad? Una fidelidad la cual superaba cualquiera de los miedos y los riesgos con tal de lograr la unión de unos amigos. -... La próxima vez, el golpe que te daré será más duro que la roca que me golpeó. - Finalmente dijo el futuro rey sorprendiendo a un nervioso Prompto - Gracias por no abandonarme, pero no arriesgues de esa manera tu vida, rubio. Si te perdemos, ¿Quién sacara fotos en medio de una batalla? - Prompto sonrió mostrando sus resplandecientes dientes feliz de no haber recibido una reprimenda.

- ¡No me imagino a Gladio con una cámara! - Bromeó haciendo que desaparezca completamente el ambiente tenso. - A todo esto, ¿Que haremos ahora? - Preguntó cambiando de tema y sonando mucho más relajado que antes.

- Abre tu mano. - Ordenó Noctis.

- ¿Así? - Prompto abrió su palma en dirección a Noctis. No entendía muy bien porque le pidió, pero lo hizo automáticamente.

- Úsalo. - el pelinegro le dio una ultrapoción. Quería que Prompto se recupere lo más pronto posible. No quería perder más tiempo en el refugio. Quería continuar de una vez y seguir avanzando.

- ¡¿QUÉ?! - Exclamó Prompto dejando casi sordo a Noctis. Este cerró los ojos y su cuerpo saltó como reacción. Luego de darse cuenta de lo que hizo, chasqueo la lengua. - P-Pero...!

- Úsala, Prompto. Sin peros. Es importante que estés en buena forma. Tu condición tardará días en sanar y no podemos quedarnos por mucho tiempo. A duras penas...podremos con un día más. - Lamentó Noctis recordando la comida que recolectó.

- B-Bien - Tartamudeo al comienzo, pero luego su voz se fue tornando segura. Era verdad lo que decía. Él hubiese preferido guardarla para otra ocasión más importante, pero, al fin y al cabo, él en una condición pésima no sería eficaz en batalla o ni siquiera durando en el camino. La usó y se sintió muchísimo mejor. Ya podía moverse con mayor flexibilidad y los dolores dejaron de existir. - Gracias, Noc. Y perdona por ser una molestia mientras estaba...

- ¿Por qué me pides disculpas? - Le interrogó interrumpiendo su oración. - Tú me cuidaste y yo tengo que cuidarte también ¿No? Saldremos juntos de este lugar. - Noctis comenzó a caminar saliendo del cuarto. Prompto le seguía. Podía notar como sus heridas desaparecieron.

- Si, es verdad. Todavía tenemos muchas cosas que hacer. ¡No puedo esperar para contarle a Cindy nuestra aventura! - Imaginó quedando genial enfrente de una chica posando.

- ¿Tan hechizado te tiene? - Preguntó Noc con media sonrisa y alzando una ceja.

- No tienes idea. - Debía admitir que le atraía la apariencia de Cindy, pero él sabía muy bien a que le pertenecía su corazón. Si no mostraba una atracción hacia alguna mujer, le iba a parecer sospechoso para sus amigos. - ¿Y a ti la Dama Lunafreya? - Un tema delicado para Prompto. Evitaba a toda costa pensar en ello, pero era inevitable. Pensaba que sería raro no preguntarle eso a su amigo. Finalmente salieron del refugio y continuaron su camino encendiendo la linterna. Su corazón latía con más fuerza mientras esperaba la respuesta de su amigo el cual se tomaba su tiempo.

- Es...muy especial para mí. Solo espero que un día pueda decirle todo lo que siento por ella. Yo...quiero estar siempre con ella, como era antes. - Prompto guardó silencio. Puede que su cuerpo no sienta dolor, pero lo estaba sintiendo en su corazón y alma. Esas palabras dichas por Noctis le dolieron incluso más que todos los golpes que sufrió. - La extraño. - Terminó Noctis terminando su momento.

- Tan cerca y tan lejos- Pensó Prompto triste llorando internamente. - Hombre...Eso fue intenso. - Dijo tratando de sonar lo más normal posible sin que su voz se rompa. - ¡Haré todo lo posible para que volvamos a la superficie!

Siempre a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora