Recuerdos Lejanos

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Noctis buscó desesperadamente el cargador. Tenía mucha curiosidad por saber que diría esa carta. Él conocía a su amigo, pero, aun teniendo una amistad de casi toda la vida, quería saber cuáles pudieron ser las últimas palabras del rubio. Muchas veces, su amigo pistolero se guardaba sus propios pensamientos, aquellos que no le gustaba hablar a menos que esté sin ayuda o que no llegue a ninguna conclusión o cuando ya no podía soportarlos.

Era normal, él era también humano.

Hizo memoria, mientras dejaba el celular cargando en el pasillo y él se sentaba en una silla a su lado, sobre una pequeña pero memorable situación que pasaron a finales de su último año de colegio. Sabía que, de esa manera, podría pasar el tiempo más rápido y no estaría tan nervioso por la espera.

Estaban en la ceremonia de fin de año, en la cual todos los padres de los alumnos que terminan el colegio vienen para entregarles las medallas a sus hijos. Esas ceremonias son muy queridas por todos (o la mayoría de las personas) ya que ocurren en primavera y es el último día que los alumnos asisten como una sola clase, estando todos unidos.

Las diferencias se apartan junto con los conflictos, las amistades se endurecen, los recuerdos quedan y casi todos terminan llorando y abrazándose, sabiendo que posiblemente esa sea la última vez de verse como un solo grupo. Un solo grupo que compartió alegrías, penas, situaciones, problemas, soluciones, pero, más que nada, una etapa de la vida.

Noctis, aunque sea el príncipe más deseado y adorado por todo el colegio teniendo casi todos alrededor a sus pies, no consideraba importante esa ceremonia. Para él, era simplemente un evento para liberarse el colegio y de los estudios. A pesar de eso, deseaba que su padre venga a recibirlo y pueda verlo recibir su medalla y el diploma. Era solo un deseo porque era imposible. Su padre tristemente estaba muy ocupado en asambleas y discusiones políticas. A cambio, vinieron Ignis, Gladio e Iris a felicitarlo en el escenario cuando le entregaron las cosas. Al fin y al cabo, vinieron. Noctis, mostrándose siempre distante y frio, apreciaba eso en el fondo de su corazón. Una tímida sonrisa se mostraba en sus labios mas cambió cuando llegó el turno de Prompto.

Él no tenía a nadie y Noctis lo sabía. Sus padres no estaban presentes en su casa y él no tenía ningún pariente. Todos los demás alumnos si tenían a alguien esperándolo para felicitarlo. Por esa razón, sus ojos empezaron a llenarse lágrimas mientras caminaba cuando fue llamado. Noctis pudo verlas cuando él bajaba y el rubio subía al escenario.

Cuando los profesores le pusieron la medalla y le dieron el diploma, no vieron que haya nadie detrás de él para felicitarlo. O eso creían. Noctis se teletransporto con Lux hasta el escenario, quedando detrás de Prompto. Todos comenzaron a aplaudir y a gritar (especialmente sus fanáticas) por la acrobacia del príncipe. Ignis por poco se desmaya al ver la acción de Noctis, mientras que Iris se reía y Gladio lo sostenía al cocinero por detrás.

Prompto se giró para ver que Noctis estaba esperándolo con los brazos extendidos diciendo: Felicitaciones. Prompto sonrió y asintió teniendo toda la cara roja y empapada de lágrimas para luego abrazar a Noctis. En ese pequeño instante, tuvieron una pequeña conversación que solo ellos dos pudieron oír:

- ¿Creíste que nadie te iba a felicitar por todo tu esfuerzo? - Le susurró Noctis, sintiendo como su hombro estaba húmedo.

- Gracias, Noc. Eres el mejor. - Contesto Prompto acomodándose mejor en el hombro del pelinegro, deseando poder permanecer así más tiempo.

- Si, lo sé. - Dijo Noctis con una falsa grandeza para luego escuchar las palmas y silbidos de todos los presentes por la situación de ambos.

- ¡BIEN HECHO, NOC! - Gritó Gladio entre los silbidos.

- ¡Son tan lindos! - Dijo una Madre de alguien.

- Esto es demasiado TIERNOOO - Gritaron unas compañeras de ellos.

Ellos simplemente se despegaron para luego sonreírse al mismo tiempo.

Noctis se quedó embobado al recordar ese hermoso recuerdo de ambos para luego darse cuenta de la situación actual. Sabía que tenía que leer la carta. Su corazón se sobresaltó y sentía como este chocaba contra su pecho violentamente, producto de la ansiedad. Su mano comenzó a temblar y transpiraba a pesar de estar quieto y tener su cuerpo helado. Miró al celular el cual se había cargado un 20%. Lo desconecto y fue hasta la habitación de Prompto dando pasos largos y rápidos. Se sentó quedando a su lado. Juntó sus manos entrelazando sus dedos mientras respiraba profundamente cobrando energía y aclarando sus pensamientos para poder leer la carta.

- Sea lo que sea lo que Prompto escribió, él ya está aquí. Él está conmigo y se recuperará. - Susurro manteniendo la posición con sus manos mientras apoyaba estas en su frente. - Tranquilízate, Noctis. Tranquilo. - Guardó aire en sus pulmones para luego liberarlo sonoramente mientras relajaba su cuerpo. Lo desbloqueó y luego comenzó a leer:

Siempre a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora