Esperándote

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El tiempo vuela. Siempre ha sido así y siempre será así hasta el fin de los tiempos. Para Prompto, ese tiempo que pasaba, ese tiempo que se vuelve frustrante e irritante para él y sus pobres nervios y esperanzas, le quitaba diariamente su energía y optimismo por su rescate.

Una de las cosas que más le molestaba era estar solo con el mismo como una noche en la que no puede dormir. En esas típicas noches, vuelves a recordar tus errores y vergüenzas como si no tuvieran un fin acompañadas del amargo que trae de las miradas ajenas. Se ruborizaba para luego taparse la cara con las manos a veces. Otras veces, lloraba hasta quedarse dormido. Recordar situaciones tristes, vergonzosas o en las que te sentías impotente.

Sin embargo, esos pensamientos suelen olvidarse una vez que duermes. Al despertar, lo anterior es parcial o completamente olvidado. Pero para este rubio no era así. Se repetían una y otra vez en su cabeza, haciendo que todos esos pensamientos regresen continuamente.

Ya había perdido la noción del tiempo que había permanecido allí y también la noción de que era real y que un sueño. No podía distinguirlo y cada vez se le dificultaba más. No sabía si estaba viviendo esos momentos o si su realidad era la de estar atrapado en esa cueva. Cuando regresaba al presente, dudaba si eso era un sueño horrible y si el simplemente estaba en la Regalia con sus amigos disfrutando el viaje y teniendo malos sueños.

Su cuerpo estaba muy débil, estaba mucho más flaco y tenía fuertes mareos y dolores de cabeza a pesar de estar en la misma posición.

En ocasiones soñaba que venían a rescatarlo, pero siempre se despertaba y nunca podía salir de esa cueva. Se repetía que iba a morir, que solo eso iba a pasar. Lloraba para luego repetir todo lo anterior. No se daba cuenta cuando soñaba y cuando no. Tampoco se dio cuenta cuando por fin vinieron a rescatarlo.

Cuando por fin, aquellas personas vestidas de trajes raros pudieron perforar la "salida". Un gran taladro rompió las rocas caídas por el artefacto de Prompto las cuales tapaban la salida. El gran taladro, retrocedió dando paso a que esos hombres con trajes extraños puedan avanzar. Entraron con armas y, al ver a Prompto, comenzaron a chillar.

- ¡Lo encontramos! - Gritó uno de ellos. Prompto simplemente los miraba sin entender nada. El aún creía que estaba en otro sueño. - ¡Cárgalo con cuidado! - Le gritó a otro. Este último tomo al débil pistolero cargando. Prompto simplemente cerró los ojos rogando que no sea un sueño.


- Noctis, deberías descansar - Aconsejó Ignis apoyando una mano en el hombro del príncipe. - Ya está a salvo. Relájate y come algo.

- Quiero quedarme con él un rato más. - Contestó el pelinegro sin siquiera ver al mayor. Su mirada estaba perdida en el cuerpo de Prompto.

Luego de haberlo trasladado de urgencia al Hospital en la ciudad de Lestallum, Noctis no se despegó de su lado. Recordó las palabras de la doctora:

- Unos días más y el joven no hubiese sobrevivido. - Explicaba la doctora horas anteriores, estando parada al otro lado de la camilla donde Prompto yacía dormido estando inyectado con todos los líquidos y medicamentos necesarios. - Su peso corporal bajó demasiado y su estado es muy delicado. Necesitará permanecer aquí algunas semanas. - Noctis sostenía la mano del rubio sin despegar su vista de él, como si en cualquier momento este saldría volando o moriría estando ya a salvo.

Noctis no comentaba nada. El tiempo pasaba lentamente hasta que anocheció. Cuando estaba cediendo al sueño, el celular de Prompto, el cual estaba encima del escritorio junto con la libreta que encontró, hizo un sonido de batería baja. Noctis se despabiló y se quedó intrigado por aquel sonido. Pensó en algunas personas que pudieron haber llamado a Prompto o simplemente algún mensaje que recién ahora pudo llegar. Al tomar el celular, vio que había un texto muy largo escrito. Era como un documento o una carta. Pudo leer solamente: "Para Noctis... "porque el celular se apagó debido a su escasa batería. Se levantó como un resorte de la silla al no creer la casualidad que ocurrió recién.

- Mierda. - Murmuró temiendo despertar a su amigo.

Miró a Prompto. Estaba durmiendo tranquilamente a pesar de que le están inyectando líquidos y su cuerpo esté demasiado flaco y sus piernas estén dañadas. Noctis recordó la última vez que lo había visto. En ese momento se veía tan seguro y feliz de haber hecho eso. No tenía idea de lo duro que habrá sido para el sobrevivir allí. Intentó sacrificar su vida para salvarlo a él. Recapacitaba sobre su futuro rol como rey y sobre su fuerza e imprudencia para accionar.

- Estuvimos al borde de la muerte por meternos en esa maldita mazmorra. Si no nos hubiéramos arriesgado tanto, si no hubiera arriesgado al grupo, si hubiera sido más fuerte para poder matar a aquella bestia y salvarnos a ambos, todo sería diferente. - Pensaba mientras ejercía demasiada presión sus dientes inferiores con los superiores mostrando su impotencia y su frustración ante sus acciones. - Puse a los seres que amo en peligro. Yo... ¿merezco ser rey? ¿Merezco ser llamado de esa manera? - Chasqueó la lengua mientras buscaba un cargador para el celular de Prompto.


Dando una vista al pasado, Noctis pidió ayuda a sus amigos mayores para poder rescatarlo a Prompto y también para ayudarlo a él. Su estado no era tan delicado como el de Prompto, pero aun así estaba débil y desnutrido. Sus amigos llamaron a su amiga en Lestallum para ver si ella podía ayudarlos. Ella dispuesta a ayudar comunicó lo ocurrido a unos compañeros, los cuales tenían máquinas para estas situaciones. Toda la zona siempre tuvo mazmorras, cuevas o pasajes secretos, es cuestión de tiempo que algún curioso intente probar su valor y habilidad (o por retos) adentrándose en ellas. También ayudaban a otras criaturas pacíficas cuando se encontraban en problemas o conflictos.

A todo esto, los hombres con sus maquinarias llegaron a donde Noctis había escapado y explicado donde estaba Prompto. Sin embargo, al comenzar su trabajo Noctis no estaba allí con ellos.

Él había sido trasladado al hospital para que se recupere. Obviamente, era una acción imprudente y desconsiderada para su salud que él esté presente allí a pesar de que sea alguien clave en la búsqueda.

- Fue una buena idea recorrer la zona y buscarlos con el GPS del celular de Noctis - Admitió Gladio observando cómo las máquinas llegaban al lugar acordado tiempo más tarde.

- Lo instale sin que él se dé cuenta. Cuando salía a hacer sus travesuras de adolescente, lo buscaba por todas partes hasta que un día decidí instalarlo. Desgraciadamente, no funciona si hay señal nula. - Lamentaba Ignis bajando la mirada pensando en cómo esta situación se hubiese evitado.

- Noc ya está recuperándose. - Apoyó una mano en su hombro. - Ahora, lo importante es buscar a Prompto. - Gladio miró fijamente a Ignis lleno de determinación. Ignis asintió y ambos se acercaron para ayudar a los rescatistas.

Siempre a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora