Temblando, ¿nervios o frío

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(Sam)

Típico, en esta casa nunca está la nevera llena y esos dos están apurando si último día juntos.

-Mamá no hay nada para hacer de cenar.-dije asomando la cabeza por su despacho luminoso donde pasaba horas.

-Hija a partir de ahora vas a tener que encargarte de hacer tu la compra, mañana después de llevar a Charly ve al supermercado coge dinero de mi cartera. Por hoy encarga pizzas.

¿¡Pizzas?! ¿Porque?? Asentí con la cabeza y pedí las pizzas. Mientras esperaba todo lo acontecido en el día apareció en mi cabeza, ese hombre es realmente grande su ego es superior a él. Si, es guapísimo pero no iba a dejar que se notara, eso hincharía más su ego. Y ahí lo estaba en la puerta con la pizza. Acercándose a mí, oliendo su pelo impregnado del olor de la pizza y sonriendo con esa sonrisa suya que solo él sabe. ¿Realmente sabe el poder que tiene su sonrisa? Si es así es malo, sabe como jugar con las mujeres, pero no me voy a dejar. Y se lo hice notar.

Tom, Charly , Mama y yo disfrutamos de mi cumpleaños y de la última noche con Charly.

A la mañana siguiente llevamos a Charly temprano al aeropuerto. Prometimos llamarnos todos los días cuando recuperara mi móvil. Lloramos, lloramos mucho. Tom y yo la vimos irse en su avión. Nos abrazamos y soltamos nuestra tristeza que nos mataba por dentro.

Hacer la compra no fue tarea fácil, todo me lo recordaba a ella pero en navidades nos veríamos. Tom y yo caminábamos como muertos en vida. Fuimos a comer al lago y que nos diera el aire, la casa nos recordaba a Charly. Nos metimos en el agua y al final nos acabamos riendo.

A las 4 me fui hacia la casa de Robin. Me abrió Alexia.

-Robin baja ahora, fue a por tu blackberry. Yo me tengo que ir a clase de piano, vengo dentro una hora, ¿te quedarás?

La niña me hizo un puchero y no me pude negar, cuando se fue estuve esperando en el hermoso jardín con piscina. Sus padres debieron trabajar duro para tener esta casa. Entre tanto silencio se escucharon voces desde el interior de la casa. Se abrió la puerta y apareció Robin con unos 5 chicos más. Todos se me quedaron mirando.

-¿Quién es esta?-preguntaban a Robin sin despegar la mirada de mi, haciéndome sentir incomoda.

-Una amiga mía y de Alexia. Venga granujas fuera.- les pegó una colleja a los que no arrancaban y los fue empujando hacia la puerta grande.-Vengo ahora-me dijo ahora a mi.

Después de eso apareció un chico guapísimo echándose el pelo hacia arriba con la mano y me miró extrañado al verme allí.

-¿Tu quién eres?-me escrutó con la mirada, y se acercó a mi.

-Soy Sam-fue decir mi nombre y fue como si ya supiera quién soy. Me dio dos besos .

-Alex, mejor amigo en funciones de Robin-me reí de su frase y apareció Robin.

-¿Que es tan gracioso?-nos miraba serio.

-Nada-dijimos los dos. Robin se fue hacia la piscina y yo me quedé embobada mirando sus musculosos brazos y se tumbó en la toalla-Me voy. Y ten cuidado, cuando quiere puede ser muy malo- y que razón tenía, solamente con acercarse sutilmente ya era malo conmigo.

Me acerqué a su toalla y Robin se puso de pie muy cerca de mi.

-Puedes bañarte o tomar el sol. Sé que Alexia te dijo que la esperaras a que llegara.

-¿No te molesta?-dije torciendo la boca.

Él se rió y negó con la cabeza. Nos tumbamos los dos en la toalla y me pasó la toalla.

-Tuve que apagarla porque no paraba de sonar con mensajes del chat de la blakberry o whatsApps

-Lo típico en los cumpleaños. y...¿me has cotilleado?-me apoyé en los codos boca abajo en la toalla y el me imitó.

-No te cotilleé pero si que te llamó un tal Peter-se puso a jugar con la hierba, juntando fuertemente los labios.

-Oh Peter!- mi mejor amigo me olvidé de él desde que vine de NY. Charly, Peter y yo eramos inseparables, hasta hace unos días.

Encendí el móvil y le marqué pero no lo tenía encendido.

-¿Tu novio?-dijo clavándome sus ojos verdes. Podría decirle que sí, que lo es que se muriera de envidia pero para qué. No creo que sienta celos por mí. Pero no me quita que tuviera curiosidad por saber porque utilizó ese tono tan serio.

-¿Porque? ¿Estás celoso?-me acerqué a su cara que ahora estaba a milímetros, retándolo. Picando como él hacía.

-Si. Mucho- lo dijo serio, muy serio. Me quedé boquiabierta. Pero apareció la madre . “Oportuna la madre” pensé.

-Mamá, esta es Sam. La chica alérgica. -¿la chica alérgica?-Alexia la invitó a la piscina.

-Puede venir cuando quiera, eres bien recibida en esta casa.-me dio dos besos.

-Muchas gracias. Tiene usted una casa preciosa.

No dejó solos otra vez me explicó que soy”famosa” en su casa. En cuanto acabó de contármelo me puse en bikini. Si estaba celoso como había dicho iba a ponerlo más con el mini bikini que Charly me había hecho comprar el primer día. Le dí las gracias a Charly por ello. Pero la jugada me salió mal, porque aunque si se quedó embobado mirándome de reojo y clavándome la mirada en la nuca, fui yo la sorprendida cuando se sacó la camiseta y pude ver sus músculos y que decir cuando se quedó con ese mini bañador. Ambos nos pusimos las Ray-ban para así poder disfrutar de ese cuerpo. Robin se metió en la piscina y yo me acerqué y mojé los pies.

-Uf está helada-un escalofrío me recorrió el cuerpo. Robin se rió por lo bajo y me fui a tumbar en la toalla, boca abajo mirando hacia la piscina para no perderme el monumento. No soy tan tonta para no darle una alegría a mis ojos.

Robin corrió hasta el trampolín e hizo una voltereta. Es un creído. Hace un mortal para que flipe. Seguí en mi posición tomando el sol. Pasados uno minutos noté unas manos frías que me agarraban.

-¡¿¿Que haces??!! ¡Suéltame!!-pataleé en sus fuertes brazos. Le pegué aunque la verdad es que mas bien toqué. Y en el agua se tiró conmigo en brazos.

-¿Que tal el agua?-dijo burlón.

-Fría. TE MATO!!

Nadé hacia él. Él escapó sumergiéndose en el agua. Pero en cuanto subió lo alcancé. Me abalancé sobre él y le pegué. Se zafó de mi agarre y se volvió a sumergir mientras yo injuriaba contra él. Me asusté cuando algo me tocó, Robin me agarró por la cintura y yo me quedé en shock aún del susto. Robin me miró intensamente, a los ojos, a la boca. Y yo también, estaba tan sexy recorriéndole el agua por sus músculos, me mordí el labio inferior. Estaba temblando, pero no podía describir la sensación de donde provenía, pero cuando el temblor pasó a mi estomago lo tuve clarisimo. Ambos lo deseábamos y pasó. Me agarró de la cintura y acercó sus labios dulces y tiernos a mis labios deseosos de recibirlo.

Estaré aquí, contigo.Where stories live. Discover now