Estaré aquí, contigo.

Cena con la nueva familia.

ROBIN

Que estuviera aquí Ryan no me gustaba nada de nada. Y mucho menos encontrármelo intentando tirarle los tejos a mi novia.

Subí a mi cuarto, cuando desde el pasillo escuché a dos personas, sonidos ininteligibles, jadeos callados con besos, venían de mi cuarto cuando escuché la voz de Ryan, ¿?llamando a Sam?¿

Me desperté agitado, con la respiración entre cortada, me había quedado dormido en la toalla, sólo había sido un mal sueño, una pesadilla mejor dicho. Mi novia, mi dulce y hermosa Sam, no podía hacerme eso, y mucho menos con alguien como Ryan.

Cuando la vi tenía en brazos a mi primo pequeño de 1 año, hermano de Ryan en brazos, le quedaba tan bien, parecía toda una madre, Ryan jugaba con él, los tres se reían y parecían felices, una familia feliz. Sam vio que estaba despierto y me dedicó una sonrisa, se acercó a mi con el pequeño Eric aún en brazos.

-Que te pasa cariño?-dijo preocupada.

-Un mal sueño.

-Muy malo?

-Horrible.

Cogí al pequeño Eric y lo llevé al agua a mojarse los pies, para que no me preguntara más. Sam se sentó a mi lado en las escaleras anchas de agua apoyando su cabeza en mi hombro.

Mi tia, la madre de Eric apareció detrás nuestra, sentándose a mi lado dándole un beso en la cabecita del pequeño.

-Venía a llevarme a Eric para que no os molestara, pero me da mucha pena, os queda tan bien, parecéis los padres y todo.

-Tía, somos muy jóvenes para eso, ya habrá tiempo.

-No, nada de niños hasta que os caséis.-apareció mamá por detrás de la tía.

-Mujer, son otros tiempos, la gente ahora ya no se casa, cualquier día te vienen con uno.

-Podéis estar tranquilas que eso no va a pasar.-Sam interrumpió su conversación con los colores en la cara, roja como un tomate, a juego con su pelo. La abracé fuerte para que pudiera esconder su cara en su pecho, Eric y las dos mujeres se fueron a la mesa con los hombres, mi tío, mi papá y mi primo Ryan.

Nos metimos a bañar y a jugar con Alexia y sus amigos a pasar el balón, algunos ya se iban, ya pasaban de las 8 de la tarde. Luego de unos minutos Alexia me abrazó por la espalda, me giré para tenerla de frente y poder así unir mis labios con los de ella que desde hacia mucho los reclamaba. Antes de que nos carraspearan o nos dijeran algo nos separamos, y me dedicó una de sus pequeñas pero hermosas sonrisas.

-Ya me tengo que ir, es hora de que por fin este en mi casa.

No quería separarme de ella, pero accedí, no me quedaba de otra. La acompañé a mi cuarto para que pudiera cambiarse, se metió al baño y yo me cambié en el cuarto.

-Robin!-me llamó desde el baño. Me asomé por la puerta, y con un pequeño rubor en sus mejillas me dijo-me ayudas con la cremallera?

-Por supuesto.-le sonreí.

La camiseta era tan ajustada y la cremallera tan dura que era normal que no la pudiera subir, se la fui subiendo lentamente depositando pequeños besos en su cuello en su espalda desnuda, en sus hombros, hasta que una vez subida se lo deposité en sus suaves labios igual que su piel.

-Yo ya me voy, me voy a despedir de tu familia. Me encanta ser parte de ella.

-Y a mi que lo seas.

Nos dimos un ultimo beso más pasional y bajamos al jardín arrastrando su maleta, esta vez vestido correctamente.

-Yo ya me voy.-les dijo Sam a todos.