La verdadera historia

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ROBIN

Todo era maravilloso. La casa, incluso Anthony. Sam hacia un esfuerzo muy grande tratando de tratar con él, y todo por Tom. Estaban muy unidos, quizás más que Alexia y yo y eso que nosotros dos no es una relación de hermanos, es más de amigos.

-Vas a ser feliz aquí?-le pregunté a Sam que seguía en mis brazos.

-Lo estoy intentando.-dijo levantando la cabeza, mirándome a los ojos.- Quiero que Tom sea feliz, él hizo muchas cosas por mi es hora de pagarle. De todas formas, Anthony no es tan malo y yo no soy quién para juzgarlo si no estuvo cuando Tom era pequeño.

-Me alegro mucho que pienses así. -besé su frente y acaricie su pelo que con la luz del sol parecía que tenía luz propia.

-A comer.-se asomó Tony por la puerta.

Ambos nos separamos y bajamos al comedor agarrados de la mano. Las sirvientas nos hacían sentir reyes, Sam no se veía a gusto, no le gustaba que se lo hicieran todo. Cada vez que le recogían un plato sentía su pierna moverse intranquila como si en cualquier momento se levantaría y cogería su plato y ella misma lo llevaría a la cocina. Tony, como nos dijo que le llamáramos, a pesar de estar rozando los 50, tenía alma de joven, nos hacía reír aunque también se puso serio para hablar de su empresa contándonos lo que hacía, y lo mucho que tuvo que trabajar para tener todo esto ahora.

Cuando Sam acabó el postre, cogió sus cubiertos y los fue a llevar a la cocina, cuando regreso, vino con una sonrisa en la cara, como si se hubiera liberado de un peso. Al igual que yo, Tony también se dio cuenta de ese detalle pero preferimos no decirle nada, y ya se incorporó a nuestra conversación.

Eran las cuatro y media, estábamos tomando un café en terraza del jardín, disfrutando del buen día, pero yo ya me tenia que ir. Alexia estaría sola en casa, y seguro que también me mandaban a repartir alguna pizza.

-Yo ya me tengo que ir.

-Ya?-dijo Sam con cara de pena.

-Si amor. Nos vemos mañana en la Universidad.

-Te llevamos a tu casa?-dijo Tony

-Si!!-dijo Sam poniéndose de pie.

-Porque no lo llevas tu en el coche? Eso si, con mucho cuidado. Un gusto haber compartido contigo unas palabras.-me estrechó la mano..

-Igualmente Tony.

Acepté que me llevara, no lo hacía mal y así practicaba para su examen del viernes, y por supuesto, porque así podríamos estar solos sin una figura paterna que puede que me amenazara. Sam aparcó delante de la puerta de mi casa, y preferí que fuéramos en silencio durante el camino para que se concentrara.

-Llevas muy bien lo de conducir.

-Si. Pero es de locos conducir este coche, es para profesionales, su misión es acelerar y yo no hago más que tocar el freno en vez de el acelerador.

Me reí de su cara de consecuencia, realmente tenía razón, pero conduciendo este coche se veía muy sexy. Me acerqué a ella y sin que se lo esperara la besé, la tomó por sorpresa pero acto seguido me siguió el beso que tantas ganas tenía de darle pero no pude por estar Tony delante. Ella se separó, tomo aire y yo también lo hice.

-Hasta mañana cariño-me dijo melosa

-Hasta mañana amor

Salí del coche con una gran sonrisa, y con esa misma sonrisa entré en casa. Subí a mi cuarto a preparar mi maleta para la vuelta a la universidad. Le mandé un WhatsApp a Sam.

“Quieres que te lleve yo a la Universidad? O te lleva Tony”

Seguí haciendo la maleta y cuando acabé encendí la tele, no había nada interesante, los domingos por la tarde no suelen echar nada. Luego sonó el sonido del móvil.

Estaré aquí, contigo.Where stories live. Discover now