"Tu sonrisa perfecta"

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—Y eso fue lo que vimos con el Señor Port, ¿Entendiste? —Explicaba, con sus orejas de gato en sincronía con lo que expresaba la mirada de la morena.
—¡Cielos, Ruby Rose! Como pudiste haber faltado a clases... Digo... !Eres nuestra líder! ¡Estoy muy decepcionada! —decía con enfado la chica de blanco como la nieve.
—¡Yei! ¡Mi hermana es toda una rebelde! ¡Oh Vamos, Weiss! No seas aburrida, Ruby solamente nos daba una lección de amm... ¿Prioridades? ¡Sí, eso es! Prioridades —decía la rubia defendiendo a su hermana ante la mirada de incredulidad de las otras dos.
—No, Yang, simplemente no —con mirada negativa y los brazos cruzados finalizaba Weiss.

Las 3 chicas discutían ante una Ruby a la expectativa y tratando de entender toda la lección que aquel parlanchín profesor había explicado. No obstante, finalmente se escuchó aquella pregunta que sí o sí debía hacerse...

—A todo esto, ¿Qué fue tan importante? o mejor dicho, ¿por qué se te hizo tarde, Ruby? —preguntaba la chica fauno, quien notó inmediatamente la postura nerviosa que había adoptado la cuestionada. En ese momento se escuchó con mucho asombro a Weiss.
—¡Oh my gosh! ¡No digas nada! ¡No lo puedo creer! ¡Sí, mejor sí di algo! ¡Ruby Rose te hemos descubierto! —señalaba la albina, con mucho asombro y curiosidad por saber lo que sospechaba al ver la reacción de Ruby a la pregunta de Blake.

—Yo no entiendo.
—Oh, Yang... ¿No es obvio? Nuestra pequeña Ruby está enamorada, y yo... Yo quiero saber los detalles.
—Yo también quiero saber... —confesaba la chica gato.

En ese instante Ruby fue rodeada por sus amigas ante su rojizo rostro, y una profunda resignación ante el intento de ocultar lo que le sucedía. Finalmente a Ruby no le quedó de otra más que confesar.

—No sé por donde iniciar...
—¡Pues por el comienzo! —una impaciente Weiss mencionaba.
—Déjala, Weiss. Acomoda tus ideas Ruby y ¡cuenta todos los detalles! Digo... Explica que sucede —decía Blake, ante una Ruby nerviosa que jugaba con sus dedos.
—Bueno... fue hace una semana. Recibí unas cartas.... —. No acababa de explicar cuando fue interrumpida por su hermana.
—¿Cartas? ¿Qué cartas? ¿Las tienes aquí? —preguntaba su hermana mientras buscaba con desesperación dentro de la mochila de Ruby, pero solamente encontró galletas, cuadernos y más galletas...

Blake le dio un coscorrón a Yang, y las tres obligaron a Ruby nuevamente a empezar la historia...

—Fue hace una semana... Me encontraba sola en el cuarto cuando de pronto escuché que alguien tocaba la puerta, y entonces las vi, alguien me había mandado cartas... —Contaba la chica quien empezaba a ruborizarse. Y entonces fue interrumpida...
—Nos vas a enseñar las cartas ¿No?
—Shhh Weiss, no seas desesperada ¡y no interrumpas! —decía la rubia ante una mirada incrédula y sarcástica de su compañera de negro.
—Bien, sólo fueron dos cartas... No sé como explicarlo... Pero me gustaron mucho... —Confesaba la ojos plateados mientras sacaba de un cajón aquellas par de cartas. Ni bien sacaba las cartas cuando estas le fueron arrebatadas y eran leídas en voz alta ante la vergüenza de la pequeña Ruby.

"Hola Ruby Rose, quizás no lo sepas, quizás sí, pero tienes una hermosa sonrisa. Esa sonrisa tan propia de ti alegra mis días, y de sólo recordarla me inspira a escribirte estas simples cartas. Me conoces y yo te conozco, pero hasta ahora me armo de valor para plasmar en letras lo que siento por ti. Ruby Rose, no dejes de sonreír, y te escribiré cada semana, cualquiera de los 7 días lo sabrás, para hacerte sonreír por medio de mis palabras. Sabrás que eres muy especial y te lo recordaré cada que te lleguen mis cartas. Con profundo amor te escribe..."

—Que cursí —Pronunciaba inconforme la rubia.
—Oh, tú no entiendes este tipo de cosas. Tranquila Ruby examinaré ese tipo de letra, lo que sea por mi líder favorita —expresaba Weiss en su afán de descubrir al autor de las cartas.
—Es lindo, tienes un admirador secreto Ruby, y eso te tomó desprevenida ¿No es verdad? — Afirmaba la joven fauno a su amiga. Blake entendía perfectamente la ilusión que generaba en Ruby el saber que tenía su primer admirador secreto.

Las 3 chicas, una por una, leían la primera carta, mientras se preguntaban quien podría ser el remitente. Ruby solo observaba tirada en su cama, con vergüenza pero a la vez la ilusión invadía su rostro... Ella lo sabía, esas cartas le hacían sentir por primera vez algo especial dentro de su corazón... Entonces se escuchó una duda más en el cuarto...

—¡Momento!... Muy lindo y todo pero ¿Qué tiene que ver esto con que faltaras a tu primera clase del día? —preguntó Weiss.
—Jejeje, bueno eso tiene que ver con la segunda carta...

Y entonces otra explicación más sobre una duda no resuelta aún, comenzaba...

Rosas en rojo carmesíWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu