"Si el jardín florece es por tu presencia"

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"Hola rosa carmesí, hoy puede ser el día, tan espontáneo como esperado, ¿podré ver tus ojos plateados deambulantes por mi mente? ¿Al fin dedicaré palabras presenciales ante la flor de verano que roba el encanto del jardín? La moneda esta en el aire, y tus ojos plateados abarcando cada espacio de mi ser. Sonríe, mañana mis escritos serán nuestras voces de encuentro..."

—¡Así que hoy lo conocerás, Sis!  ¡Owwww, qué emoción! —Exclamaba, con exagerada alegría, la rubia, tomando de un brinco las mejillas de su hermana menor.
—¡Ouch... Yang!... Me duele... —recriminaba la menor mientras sobaba los extremos de su rostro.
—¡Por qué tanto alboroto! ¡Algunas intentamos dormir!
—¡Hey! No seas tan floja, ya es tarde, además... ¡Adivina quien tiene carta nueeevaaaaaaaa! —cantando, esta última frase, dirigiendo su mirada sin discresión a Ruby.
—Sis... Basta... —Apenada respondía la joven Rose.
Y de repente... De un salto, Weiss se encontraba a un costado, reclamando su derecho como amiga, para leer el nuevo escrito.
—¡Ooooww! ¡Qué emoción!
—¡Hey, eso dije yo! —interrumpía Yang.
—¡Lo conocerás hoy! —Expresaba la albina apartando con una mano a la rubia.
—Hey... ¿por qué tanto alboroto? —Con bostezo y sueño en su mirar, preguntaba la fauno.
—¡Adivina quien tiene carta nuevaaaaaa!
—Eso mismo dije yo... —susurraba con puchero Yang.
Y de repente... La fauno se encontraba al otro extremo leyendo la carta. Ruby con vergüenza, pero ilusionada, volvía a observar el manuscrito junto a sus amigas. El día de hoy era especial, pasadas las horas en este fin de semana, las cuatro chicas se embellecieron para partir a sus destinos con un objetivo en común... La fiesta de Coco.

Rosas en rojo carmesíWhere stories live. Discover now