La fiesta de Coco: Parte IV. Decisión y Destino.

560 48 16
                                    

Era una noche larga, parte del team JNPR lo sabía. Ya en su habitación, la joven comenzó a explicar su comportamiento al muchacho del loto.

—¿Estás segura? Nora... Eso no puede ser... Ruby y Pyrrha son amigas... Dios...
—¡Lo sé! ¡Pero yo lo vi! ¡Ren... No sé como se lo diré a Pyrrha!... Ren... ¡Dios! —Sollozante, entre los brazos de su novio, la Valquiria se quebraba en dolor. Por su parte, el muchacho reconfortaba a su pareja, o al menos lo intentaba.

—¡No puedo creerlo! No es posible que esté cerrado... Yang, Blake ¡¿Dónde están?! —Desesperada, comentaba la albina.
—¿Weiss? No grites tan fuerte... Auch, me duele mi cabeza... Quiero dormir ¿sí?
—¿Ruby? ¿Estás consciente, amiga? ¡Ay, gracias al cielo! ¿Te encuentras mejor tontita? —con pequeñas lágrimas cubriendo sus ojos, abrazaba fuertemente a su compañera.
—Ay... Sí, sí, pero no me aprietes tan fuerte... Me siento un poco mareada, ¿podemos ir a dormir, por favor? —suplicaba la muchacha con evidente dolor y somnolencia.
—¿Segura, Ruby? No quieres ir a un médico? Podemos buscar otro lugar donde te atiendan...
—Segura, sólo quiero descansar.
—De acuerdo... Te llevaré a nuestro cuarto.
Ya instaladas, la Schnee recostó a la paciente para que pudiera guardar reposo.
—Weiss...
—¿Sí, Ruby?
—Lo vi —mencionaba con una sonrisa en su rostro.
—¿Lo viste? ¿A quién viste?
—Vi a... —sin poder finalizar la frase, la pequeña Rose cayó en un profundo sueño.
—¿Ruby? —Con incertidumbre, Weiss la observaba. Consecuentemente, reintentó llamar a Yang para avisarle de lo acontecido.
—Por favor... Contesta ahora sí... —ensimismada, susurraba la chica.
—¿Weiss? ¿Cómo está mi hermana? ¡Ya vor para allá! Neptune me contó todo, disculpame por favor, ¡soy una tonta! —se lamentaba la rubia con desesperación.
—¡Ya era hora de que respondieras! —enfadada, refutaba la joven, sin embargo, apaciguó su tono de voz y prosiguió a decir: —ella está bien ¿sí? Parece que ya sé encuentra mejor y ahora está descansando. Vente con calma, parece que no era nada grave. Esta durmiendo plácidamente en estos momentos.
—De acuerdo, Weiss. En serio, muchas gracias por hacerla de hermana mayor, sin duda te debo una enorme, Weiss... Lo siento... Deje sola a mi hermanita en la fiesta —Con un tono entrecortado, mencionaba Yang.
—Calma, calma, está bien. Somos amigas todas, Ruby estará bien, no es tú culpa, Yang, yo también la dejé sola y me siento muy culpable por eso ¡Y sigo molesta conmigo misma por haberlo hecho! Pero ya lo hecho hecho está, no podemos cambiarlo y por fortuna nuestra querida Ruby ya está descansando.
—Sí, gracias, Weiss. Ya voy para allá, cuida a mi hermanita, por favor. Hablamos mejor cuando llegue a la Academia.
—De acuerdo, y tranquila. Todo estará bien.
Ambas colgaban sus Scrolls y procedían a enfocarse en Ruby, una cuidándola y la otra encaminada hacia su destino. Por otro lado, Blake finalmente se encontró con Weiss en su habitación. Ambas charlaron sobre lo acontecido y de igual manera apaciguaron sus ánimos fundiéndose en un emotivo y melancólico abrazo.
Blake era la que más deprimida se encontraba por evidentes razones, sin embargo, en esos instantes no tenía la actitud para poder mencionar lo sucedido con su ex novio Adam, al menos no esa noche.

—Es Pyrrha... ¿Qué le digo? —Preguntaba el muchacho mientras sostenía su Scroll previo a responder la llamada.
—No le digas nada todavía...
—De acuerdo... —Concordaban ambos y este se disponía a contestar a la Pelirroja.
—¿Pyrrha? Sí, ella está aquí, ya se encuentra bien. Sólo comió demasiados bocadillos y le dio dolor de estómago jejeje. No, no te preocupes, está bien, no era para tanto, disculpa por preocuparte y arruinarles la fiesta. De acuerdo, te esperamos acá en el cuarto. Adiós.
—¿Viene para acá?
—Sí.
—Bien... ¿Y Jaune?
—Él... Creo que no la está acompañando...
—... —Silente y con evidente molestia, desvíaba la mirada la valquiria.
—Nora... Yo hablaré con él ¿de acuerdo?
—¿De acuerdo, Ren? —Finalizaba la chica en un abrazo compartido.

La noche no parecía cálida para ninguno de los dos equipos. La rubia pudo encontrarse con su grupo de amigas y su hermana reposando, por otro lado, la pelirroja arribaba junto a sus dos compañeros quienes se encontraban inmersos en un nerviosismo interno, por fortuna supieron sobrellevar las emociones de aquella velada.
Ya era tarde, la fiesta había terminado. Mientras tanto, bajó la fría noche, envuelto en pensamientos profundos, un joven confirmaba para sí mismo la decisión final de una pregunta que se realizó reiteradamente posterior a los eventos ocurridos.

—Si nadie sabe nada, no pasará nada. Además, sólo fue un beso, fue sólo una confusión... Mañana todo estará bien. Yo, Pyrrha, Ruby, todo estará bien... Nadie tiene porque saber algo tan insignificante...

Y así, el Rubio tomó rumbo, sin saber que una simple acción podría jugar un papel muy importante en los acontecimientos venideros.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 14, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Rosas en rojo carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora