Dulce como flores [Harry Potter fanfiction - Fleurmione]

Capítulo 6

El par de amigas estaban pasando un muy buen rato en el club, se habían pasado la última hora hablando acerca de su semana y la adicción al teléfono de Fleur, riéndose de vez en cuando. Cuando terminaron sus bebidas Fleur se ofreció a ir por más y al mismo tiempo a mirar alrededor por si habían algunas mujeres interesantes que pudieran unirse a ellas.

Hermione podía ver todo lo que pasó en la pequeña pista de baile desde su asiento. Su mesa estaba en uno de los pequeños "cuartos" o separaciones, de un segundo piso con vista hacia el primer piso del club. Había una cortina negra de toda la pared que hacía de puerta, manteniendo a los ocupantes del lugar ocultos pero permitiéndoles ver perfectamente hacia fuera del lugar.

Era un encantamiento muy bien realizado, se veía perfectamente como una cortina gruesa desde el exterior pero desde dentro el cuarto parecía totalmente abierto. Quién la atravesaba no sentía nada pues prácticamente era inexistente, solo una ilusión óptica. Por esto Hermione pudo seguir con sus ojos la hermosa figura y movimientos de Fleur, solo verla mover la mantuvo entretenida durante un tiempo.

Este lugar era extrañamente similar al club muggle en donde se habían encontrado, solo un poco más pequeño y mágico. Era increíble como su vida había cambiado en tan pocos meses, y estaba segura que si le hubiera contado a la Hermione del pasado que estaría allí en unos meses no le hubiera creído. Fleur estaba ayudándola a salir de sus miedos de una manera increíblemente fácil.

Los pensamientos de Hermione fueron interrumpidos cuando un movimiento en la escalera le llamó su atención. Había estado tan distraída que no alcanzó a notar las dos mujeres con las que Fleur había estado hablando y que ahora subían las escaleras detrás de ella.

Una vez que atravesaron la inexistente cortina Hermione bajó su cabeza para que no fuera tan incómodo el encuentro, haciéndose la ocupada con su celular todavía bloqueado mientras se acomodaba sus gruesas gafas con la mano, agradecida de tenerlas para por lo menos confundir un poco a las personas.

Fleur le sonrió a Hermione y la castaña se levantó para darles la bienvenida a las chicas, evitando decir su nombre. Fleur puso el coctel de Hermione en frente suyo con un movimiento de la varita y le volvió a sonreír haciéndole un gesto para que se sentaran. Ambas chicas se sentaron al lado de la castaña en un mueble bajo mientras que la rubia se sentó en una silla alejada de la castaña pero cerca de una de las chicas.

De verdad que Fleur parecía no querer perder su tiempo, estaba concentrada en conocer a la mujer que tenía en frente, lo cual dejó a Hermione en la situación incómoda de tener que conocer a quién tenía a su lado.

Pero la castaña no podía dejar de mirar a Fleur, pensaba que por supuesto no estaba celosa, simplemente le llamaba la atención el aspecto de la mujer en la que la rubia se había interesado. Era castaña y tenía unas gafas increíblemente parecidas a las suyas. Por un momento Hermione pensó en excusarse al baño para lanzar un hechizo de transfiguración en sus propias gafas y diferenciarse de la mujer, pero el pensamiento le pareció muy exagerado, no quería darle mucha atención a la otra mujer ni mucho menos a Fleur.

El cuarto se llenó con la risa estruendosa y falsa que esta mujer estaba haciendo en reacciona lo que Fleur decía, y Hermione seguía mirándolas mientras sostenía su coctel en la mano, sin tomar ni un trago. En realidad estaba muy sorprendida de que la mujer que Fleur había elegido parecía realmente afectada por su thrall/poder de veela, sabía que a la rubia no le gustaba eso en las mujeres. Pero a Fleur parecía no importarle que la otra estuviera sonriendo sin parar.

Hermione no quitó los ojos de ellas hasta que oyó a la chica a su lado soltar un suspiro muy fuerte, llamando su atención, afortunadamente esta chica no tenía gafas ni el pelo castaño, sólo un largo cabello negro, como sus ojos. La chica la estaba mirando fijamente, casi como si Hermione también tuviera poderes de encantamiento, y la castaña suspiró sabiendo que seguía.