Florence.

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Florence (actualidad)

—¡Hombre, Liam!— sonreí al ver a papá feliz.— ¿Os vais al instituto juntos? ¡Esperad, que cojo mi móvil!

Rodé los ojos al ver lo emocionado que se había puesto, si tan solo supiera que nos íbamos a separar al cruzar la calle. Liam mordía su labio, algo nervioso, me había contado que él tampoco dio crédito al oír que papá...

—¡Acercaos más! ¡Daros un abrazo!— dando pequeños pasos me coloqué al lado de Brown, el cual era un gigante a mi lado.— ¡Imitad aquella foto que os tomé de pequeños, cuando...!

Me crucé de brazos, algo enfadada.— ¡Papá, para!

Liam me dio un puntapié disimuladamente y pasó su brazo por mis hombros tal y como lo hicimos en aquella fotografía que papá estaba explicando. Apoyé mi cabeza en su hombro e hice un puchero. Probablemente la foto había quedado tal y como recordábamos.

—¡Ya tenemos foto de perfil para el grupo del vecindario!— exclamó papá con una sonrisa.— ¡Me habéis alegrado el día, pasadlo bien, chicos!

Como si eso se pudiera teniendo que ir al instituto...

Mi antiguo mejor amigo le sonrió para después abrazarle, mientras que yo lo esperé en el marco de la puerta. Murmuré un "adiós", pero mi padre estaba con el móvil así no se habría enterado.

—Tienes que hacerlo más creíble, Tremblay.

Mucho estaba tardando en volver a llamarme por mi apellido.

—Te odio, me odias... ¿No podría querer papá que mi mejor amigo fuese Weasley?

Le escuché bufar para disimular una carcajada.— Voy a ignorar que prefieres a un perro antes que a mí, si al menos fuese Happy... Pero no ese saco de pulgas.

Le di un codazo lo más fuerte que pude. Weasley era el perro de Ed, que no pudo llevarse en su mudanza. Me prometió que cuando volviese se lo devolvería, pero ambos teníamos muy claro que eso iba a ser casi imposible, su vuelta iba a ser imposible. Me encantaba tanto ese perro, Ed lo había educado de tal forma que si le gritabas '¡Weasley!' cuando estaba haciendo alguna travesura saliese corriendo. Era el mejor sustituto de Ed que podría tener.

—Entonces vas a...— ¿acaso no estaba viendo que ya habíamos llegado a la maldita esquina?

¡Ya se podía ir y volver a insultarme como hacía siempre!

—Liam, te voy a decir una cosa, —aclaré, mirándole a los ojos— sé que siempre has sido muy cercano a mi padre, pero si estás haciendo esto por pena... Por favor, lárgate, no quiero eso.

Aproveché la mirada confusa que me estaba otorgando para aumentar mi ritmo e irme sola hacia el instituto, esta vez si que no iba a alcanzarme.

Suficiente Brown por hoy.

(...)

—¡No puedo creer que faltaras el domingo, tía!— exclamó Bella, una de mis 'amigas'— Vino a vernos el nuevo novio de Elisa, todavía estoy en shock, ¡han v...!

Se calló de repente, al ver a la profesora de literatura entrar.

Odiaba esta asignatura, con toda mi alma, con todo mi corazón.— ¡Chicos, parad con el jaleo, o para mañana tenéis un comentario de texto más para hacer!

De momento se hizo silencio en el aula ya que nadie quería tal castigo, ¡todo el mundo odiaba los largos comentarios de texto!

Aunque mi odio eterno se lo llevaban las matemáticas casi por goleada.

Al acomodarme en mi silla, observé como las mesas donde Mason, Ethan y Liam se sentaban— que se encontraban en el fondo del aula, estaban vacías.

—Te comprendemos tío...— y justo hablando de los reyes de Roma.— ¿Se puede entrar, profesora?

Con el ceño fruncido, la profesora les obligó a entrar de nuevo y saludar 'en condiciones', ya que no toleraba la falta de educación.

Echaba de menos a la profe Lisa.

—Oye, Florence...— me giré al oír que Elisa me llamaba.— Este viernes hago una fiesta en mi casa, ¿vendrás verdad?

Todas tenían su mirada en mí, presionándome a decir que sí, pero no me sorprendía ya que siempre hacía lo mismo. Sabían que podía acompañarlas a sus salidas al parque y eso...

Pero nunca me apuntaba a las fiestas, no me gustaban (al menos no las de ellas).

Camila empezó a reírse, atrayendo la atención de la mayoría de personas de la clase, incluyendo a Liam, Ethan y Mason. Seguro que me iba a dejar en ridículo con alguno de sus comentarios...

Era lo que siempre hacía.

—Chicas, no sé que estamos haciendo, va a decir que no...— se carcajeó, como si fuese la cosa más graciosa del mundo.

Gilipollas.

Me aclaré la garganta, ¿qué demonios iba a hacer ahora?— ... que no sé a que hora tengo que ir, ¿pasáis a por mí o voy andando?

Camila apretó sus puños de la rabia y se marchó de la clase, dando un portazo— haciendo que la profesora nos gritase un "¡qué derecho tenéis de hacer eso, niñatos!".

Un silencio sepulcral se formó en el aula, pero no por la "amenaza" de la profesora, si no por lo que yo acababa de hacer. Plantarle cara a Camila Scott, en frente de todos, sin tartamudear.

En vivo y en directo, y sobretodo siendo consciente de todo lo que eso conllevaba.

Para ser sinceros, yo tampoco daba mucho crédito de lo que acababa de hacer, había puesto a una de las de mi "pandilla" en su lugar... Y no es que Elisa fuese la más "malvada" de todas, pero sí la más influenciable. Por eso era una perfecta líder para todas ellas, que hacían lo que querían con ella, le moldeaban a su divino antojo. No me quiero imaginar la de cosas que le dirá Camila de mí a Elisa después...

Pero no más, no me iba a afectar más.

Un cambio se avecinaba, y aunque me doliese decirlo uno de los factores era mi padre... No quería que se fuese pensando que era una cobarde, así que con paciencia, todo volvería a estar bien. Arranqué una hoja de la parte trasera de mi libreta y empecé a escribir con mi rotulador amarillo.

"Lista de cosas necesarias para florecer de nuevo".

***

¿Qué pretende hacer Florence para florecer? :O

¡Feliz Navidad a todxs! 

Espero que el señor gordito de la barba blanca aká Santa Claus os haya traído lo que queríais (o al menos salud, que es lo más importante).

Por mi parte yo os tengo un regalillo y es...

*redoble de tambores cutre*

¡QUE VOY A PUBLICAR DOS CAPÍTULOS! 
(es decir, este y otro más)

nos leemos,
mimi x

FLORENCE -la historia de Flo y LiamWhere stories live. Discover now