Liam (actualidad)
—No sé porque está tardando tanto, de verdad...— Jake, el padre de Florence miraba hacia la escaleras extrañado.— No la veo desde ayer tarde, llegó y ni siquiera bajó a cenar... ¡Hija, que vais a llegar tarde al instituto!
Y cuando vi a bajar a Florence por las escaleras (bueno, nada me aseguraba que fuese ella), sentí que me iba a dar algo.
—¡Qué te has hecho en el pelo! ¿Y tu ropa, debería preocuparme?— el señor Tremblay estaba en lo cierto.
El castaño y largo cabello que tenía Florence estaba rosa pastel, haciendo que se viese como de otro mundo. Y había sustituido sus vaqueros rotos por una falda que parecía tener mucho vuelo.
Lo que me sorprendió es ver que llevaba una camiseta de Thor, metida por dentro de la falda, intenté no sonreír al ver la camiseta, yo no... Ella y yo no éramos amigos de nuevo.
Pero algo me decía que iba a tener pesadillas con esa falda...
¿Estás seguros de que serán pesadillas?
¡No me hagas esto con Florence, consciencia, con ella no!
—¿Nos vamos, Liam?— parpadeé un par de veces antes de asentir con la cabeza, no parecía ella.
A pesar de que su padre insistió un par de veces de que quería tomarnos una foto para actualizar la anterior (que tanto éxito había tenido), Florence salió corriendo y tomó mi mano para que fuese con ella. Fui detrás casi todo el camino y de verdad que no pude apartar la vista de mis deportivas... No podía mirar, no podía mirar.
Me apresuré a preguntarle a qué se debía el cambio antes de que llegásemos a la esquina y me desechase como si de un pañuelo usado se tratara.
—¿A qué viene esto, Tremblay?— señalé su cabello ondulado, que parecía mágico ahora.— ¿A quién tratas de conquistar?
Su sonriente semblante cambió y me dio una mirada de indiferencia.— Inútil...
—¡Las chicas no os cambiáis vuestro cabello por nada!— grité, al ver que se estaba alejando.
Ella se giró y me contestó algo que no logré entender muy bien.— ¡Todo es cuestión de florecer!
(...)
—Decidme que habéis visto a la nueva...— Mason y Ethan se encontraban esperándome en nuestro sitio de siempre.— Es demasiado caliente, chicos...
Fruncí el ceño y cogí mi botella de agua, el camino me había dejado sediento ya que tuve que apresurarme un poco.— ¿Y cómo es ella?
—Sus piernas son larguísimas, hermano, por no hablar del buen culo que tiene...— rodé los ojos, Ethan nunca iba a cambiar.— ¡Y su cabello! ¡Por Dios, su cabello es rosa!
Escupí el agua que estaba tragando al oír aquello, ¡no podía estar hablando de Florence!
—Es Tremblay, pedazo de gilipollas.
Ethan empezó a reírse y Mase se encogió de hombros ya que él no la había visto bien, debido a que no llevaba las lentillas puestas.
—¿Florence, nuestra adorada Flo? Créeme que sé diferenciar cuando...
El timbré sonó y dio la casualidad de que teníamos literatura, una asignatura que compartíamos con Florence.
—No, no, no...— efectivamente, la chica de la que hablaba era ella.— Por favor golpeadme, he pensado en hacer cosas muy feas con una de mis mejores amigas...
Arqueé una ceja.— ¿Pero si no le hablas?
—¡Joder, ella fue como una hermana y se me ha puesto dura sin verle la puta cara!
