FINAL

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— Ha llegado el día. — dijo Hoseok tomando mi mano. Al fin había llegado el casamiento de su madre, no podía creer todo el tiempo que había pasado desde que él me lo preguntó aquella vez, siempre le reclamaría por eso.

— Han pasado 84 años. — bromeé.

— ¿Vas a seguir con eso? — bufó.

— Eres bueno mintiendo. — él rodó los ojos.

— ¿Vas a ir conmigo o no? — preguntó molesto, sabía que lo haría, lo habíamos planeado todo hace tiempo.

— ¿Realmente lo mereces? — cuestioné, él me miró con la boca abierta. Me encantaba hacerlo enojar, se veía adorable.

— ¿No puedes perdonarme y ya?

— Tal vez... Bésame. — le pedí y él sonrió. Se acercó más a mí y me plantó un casto beso en los labios— ¡Así no!

— Eres una chica mala. — levantó ambas cejas— Eres mi chica, me gusta.

— Esto es culpa tuya, si no fueras tan jodidamente sexy yo podría controlarme. — él abrió los ojos como platos— ¿Qué?

— ¿Qué dijimos de las malas palabras?

— Yo no te regaño cuando tú las dices. — me quejé.

— Aun así, tú no puedes decirlas. — se burló y me besó, lenta y sensualmente, su lengua daba pequeñas caricias en la mía, me gustaba demasiado cuando lo hacía y él lo sabía. Podrían pasar un millón de años y sus besos seguirán poniéndome nerviosa como aquella primera vez bajo la lluvia.

El siguió besándome hasta que alguien nos interrumpió, entrando en mi habitación.

— ¿Pero qué diab...?— se interrumpió mi madre— Hoseok, fuera de aquí.

— Tori no seas aguafiestas. — se quejó él, se llevaban realmente bien desde que llegó a vivir con nosotros. Mi madre lo trataba como si fuera su hijo, le cocinaba lo que más le gustaba y lo controlaba tanto como a mí. Nunca supo que Hoseok había estado en el hospital por culpa de su pasado, sino más bien le hice creer que lo habían asaltado. No quería preocuparla por nada.

— Has estado rompiendo las reglas desde tu primer día en esta casa. — le espetó ella, haciendo mención a la vez en que Hoseok se pasó a mi cuarto, y ella lo descubrió durmiendo a mi lado a la mañana siguiente.

— No puedo evitarlo, lo siento. — ella se rió.

— Bajen a desayunar, tenemos un largo día.

— Como usted diga.

— Ya hablamos sobre lo de "usted". — lo fulminó con la mirada antes de salir de la habitación, él se rió a carcajadas.

— Creo que tu madre me ama.

— Te ama. — afirmé— Levanta tu trasero, tengo que prepararme.

— Quedémonos así por cinco minutos más. — dijo recostándose en mi pecho, yo lo atraje más cerca de mí, hacía frío por lo cual el pijama que llevaba no me daba suficiente calor.

— Solo cinco minutos. — le advertí, siempre que él los pedía terminábamos en la cama por al menos una hora.

— Mmm...

— No te duermas.

— No estoy durmiéndome, solo disfruto de estar contigo. — me dijo y sonreí como una estúpida enamorada, loca por cada palabra que salía de su boca.

La mañana pasó más rápido de lo que queríamos, todos nos aprontamos para el casamiento. La familia de Hoseok había invitado a mi familia, querían conocerse y comenzar una relación. Yo por mi parte estaba nerviosa, iba a conocer a la madre de mi novio y ni siquiera sabía cómo iba a actuar.

Él se dio cuenta de mis nervios y apretó mi mano, lo miré y él me regaló una de sus hermosas sonrisas. Sonará estúpido, pero de verdad lograban hacer las cosas menos pesadas.

— Todo estará bien. — me animó.

— Es que si hago algo mal...

— No harás nada mal, no tienes que hacer nada. Eres perfecta así y todos te amaran.

— Te amo. — le di un beso corto— Me encanta que estés a mi lado.

— Yo también te amo, mi amor. — esta vez él me besó, no fue un beso corto ni mucho menos un beso que deberíamos estar compartiendo frente a mi hermano pequeño, por lo cual mi madre aclaró su garganta.

— Lo siento. — dije apenada, ella rió.

— Ese vestido te queda... Se ve demasiado bien en ti. — dijo en voz baja, susurrándome lo siguiente— No puedo esperar a llegar a casa y arrancártelo con mis dientes.

— ¡Hoseok! — lo reté— Deja de ser así todo el tiempo.

— Así me quisiste. — se encogió de hombros.

Llegamos al salón de bodas, era un lugar hermoso y estaba prolijamente decorado para la ocasión. Hoseok me tomó de la mano y todos nos adentramos al sitio.

Unas horas después de que ambas partes dieran el "si", nos encontrábamos bailando en la pista, él me tomaba por la cintura mientras nos movíamos al ritmo de una canción lenta que no conocía, Hoseok la tarareaba para mí y eso era lo más parecido al canto de los ángeles que podría escucharse jamás.

— Soy feliz, ____. Soy completamente feliz ahora.

— También lo soy. Quédate siempre conmigo. — le sonreí, mirándolo a los ojos.

— Bueno, tendrás que portarte bien. — bromeó— Ahí viene mi madre.

— Oh...— solté nerviosa, era una mujer realmente hermosa y no aparentaba su verdadera edad. Hoseok se parecía mucho a ella, él la amaba muchísimo y él era su mayor orgullo, aunque él no lo sintiera así.

— Mamá, ella es mi novia. Es hermosa, ¿verdad? — ella sonrió, y la palabra que utilizó hizo que mi corazón latiera más fuerte que nunca. Había aceptado ser su novia aquella primera noche que durmió en mi casa, pero nunca me había presentado a alguien de esa manera.

— Es muy bella, hijo. Es un placer, soy Hye Young. — me saludó amorosamente— Hoseok me ha hablado mucho de ti, de hecho nunca creí que alguien fuera a aguantarlo con ese carácter que tiene. — todos reímos.

— Bueno, creo que él se lo ha ganado.

— Gracias por cuidar de él, estoy realmente tranquila y agradecida de que haya encontrado a una mujer como tú.

— Oh... No es nada...— solté nerviosa, él reía como una foca y me dije mentalmente que iba a pagar caro por burlarse de mí.

Su madre se retiró y la fiesta continuó muy divertida, sentía tanta alegría que mi corazón podía haberse reventado en cualquier momento. Amo a ese hombre más que a nadie, y soy muy afortunada de tenerlo a mi lado.

El momento de atrapar el ramo de flores llegó, no es que tuviera planes de casarme ni nada, pero todas las mujeres debíamos estar presentes así que ahí estaba yo, entre una multitud de mujeres esperando a que fuera lanzado. Cuando sucedió, el ramo terminó cayendo directamente en mis manos y todos posaron sus ojos en mí.

Hoseok apareció a mi lado con una enorme sonrisa, parecía gustarle la situación.

— Supongo que tendremos que hacerlo algún día. — dijo besando mi cabeza.

— No ahora. — dije, era demasiado pronto, él rodó los ojos.

— Me refería a más adelante. — yo sonreí.

— Lo haremos.

— ¿Juntos para siempre? — preguntó, tomando mis manos y acercando su boca a la mía.

— Juntos para siempre.

FIN.

Hola, hasta aquí llegamos. Cuéntenme que opinan en los comentarios. Se acabó :(

¿Les gustó el final?

Nada Es Lo Que Parece (Wonho & Tu)Where stories live. Discover now