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NARRA AMAIA.
Ese día empecé bastante de capa caída, por la noche no había podido dormir mucho, ya que me desvelé muy entrada la noche porque Alfred no se encontraba bien. Me insistió que me volviera a la cama a dormir pero yo me quedé con él hasta que por fin estuvo mejor. Al final solamente dormí un par de horas y no me sentaba muy bien no dormir por las noches.
Por la tarde, después de merendar, empecé a encontrarme yo mal; me dolía muchísimo la cabeza y a eso se sumaba que era viernes y la canción no me salía bien todavía. Los viernes suelen ser días más tranquilos, ya que no teníamos ninguna clase más que yoga, y la verdad es que ese día no me sentó nada bien hacer la clase. Cuando acabó, fui a la sala del piano para ensayar mi canción.
Cuando ya llevaba más de una hora ahí, vino Ana a avisarme que la cena estaría pronto, no debía tener buena cara pues nada más verme se acercó a preguntarme qué me pasaba, yo solo la miré un poco triste y ella se marchó poco después.

NARRA ALFRED.
Mientras estaba en el sofá con Aitana tocando la guitarra, vino Ana con no muy buena cara.
-Alfred - me llamó acercándose al sofá. - ve al piano de Manu, acabo de pasar por ahí y creo que Amaia no se encuentra bien.
-¿Amaia? ¿Qué le pasa? - dije preocupado mientras me levantaba para ir hacia la clase.
-No lo sé, no me ha querido decir nada.
Fui rápido hacia la sala del piano y me encontré a Amaia con la cabeza apoyada en los brazos encima del piano.
-Titi - dije acercándome a ella - ¿qué te pasa?
Cuando levantó la cabeza vi que estaba llorando un poco, así que me acerqué hasta ella y me agaché a su lado.
-Nada Alfred, solo estoy un poco agobiada. - me contestó secándose los ojos.
-¿Llorabas solo por eso? - le pregunté, a lo que ella negó con la cabeza. -Por favor Amaia cuéntamelo, igual te puedo ayudar.
Levantó la cabeza del todo y se giró un poco para tenerme de cara.
-Alfred estoy bien, solo es que esta noche he dormido muy poco y me duele la cabeza de ensayar tanto. Además ver hace poco a mi familia... ha sido todo un cúmulo de cosas, pero no pasa nada más, de verdad. -dijo mirándome a los ojos.
Cuándo acabó de hablar se levantó de la banqueta y yo hice lo mismo. La cogí de la cintura y la acerqué a mi dándole un abrazo.
-Deberías dejar de ensayar por hoy- le dije en medio del abrazo - pide en recepción algo para el dolor de cabeza. Y no te preocupes tanto, que estoy seguro de que te va a salir genial Amaia.
Nos quedamos abrazados un poco más hasta que ella separó un poco la cabeza y me miró a los ojos otra vez.
-Muchísimas gracias Alfred, siempre tienes algo para subirme el ánimo. - dijo y volvió a abrazarme. -Te quiero mucho - me dijo al oído.
Yo sonreí y me separé un poco.
-Yo también - le contesté yo mientras me acercaba un poco a ella. Supo mis intenciones y al principio se separó un poco, pero el final se acercó ella a darme un pico muy tierno.
-¿Vienes a cenar? - me preguntó sonriendo.
Asentí, le cogí de la mano y fuimos hacia la cocina.

NARRA AMAIA.
-¿Estás bien Amaia? - preguntaron a la vez Roi, Miriam y Aitana.
-Sí, tranquilos estoy bien, solo me he agobiado un poco.
-Con un cuidador así no me extraña que estés bien - dijo Aitana sonriendo pícara viendo que estábamos cogidos de la mano.
Se empezaron a reír y yo seguramente me había puesto roja cual tomate.
-Bueno, ¿está ya la cena? - pregunté cambiando de tema.
-Sí, venga vamos, cenemos todos juntos - pidió Miriam.
Ese día nos abrieron pronto la habitación y nada más terminar de cenar Alfred me dijo al oído que fuésemos. Él fue primero y yo entré un par de minutos después, para que no se viese que entrábamos juntos y solos.
Nos tumbamos en mi cama, que era la última, por si alguien quería entrar no molestarle.
Estaba tumbada boca arriba y Alfred a mi derecha, apoyado de un brazo y con el otro acariciándome la cabeza.
-¿Te encuentras mejor? - me dijo sacándome de mi trance.
-Un poco, aún me duele la cabeza, pero ya estoy mejor que antes. - contesté sonriéndole.
Él me sonrió de vuelta y yo me incorporé, puse mis manos en su nuca y le di un beso lento. Llevaba mucho tiempo sin sentirle cerca de mi y eso no me gustaba, pero delante de las cámaras me ponía muy nerviosa.
Él me siguió el beso y empezó a llevar el control de la situación, bajó sus manos hasta mi cadera y yo rodeé con mis brazos su cuello. Era, posiblemente, uno de los mejores besos que había sentido.
En ese momento escuché la puerta abrirse y me separé de Alfred para tumbarme otra vez.
-Perdón, ¿interrumpo algo? - preguntó Roi yendo hacia su cama.
-Pues hombre, podrías llamar antes...- dijo Alfred tumbándose a mi lado mientras yo me reía por la situación.
-Lo siento pareja, solo venia a coger el móvil, ya me voy.
Salió de la habitación y cerró la puerta tras de él.
-Que cortada de rollo más bestia - dijo Alfred riéndose.
-Sí jo, con lo bien que iba. - contesté, él se puso en la misma postura que antes y volvió a acariciarme la cabeza.
-Creo que deberías dormirte ya, mañana estarás mejor. - dijo hablándome muy bajito al oído.
-Vale, pero quédate aquí conmigo, por favor. -dije yo cogiéndole del brazo para que no se fuese.
Él me sonrió y me dio un beso como respuesta, después de cambiarse vino a mi cama y se tumbó a mi lado.
*-Buenas noches Alfred, t'estimo.
*-Jo t'estimo mes. - dijo y me dio un beso en la frente.
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¡Hola! Muchas gracias por leer y votar mi historia, no sabéis la ilusión que me hace. Me gustaría que comentaseis si os gustan más los capítulos más cortos como el primero o más largos como este.
¡Intentaré publicar pronto! :)

*t'estimo - te quiero.
*jo t'estimo mes. - yo te quiero más.

Después de las 2:36. Where stories live. Discover now