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NARRA ALFRED.
Quedaban menos de 4 días de concurso, era el último viernes que pasábamos todos juntos y lo pasamos los 5 en el salón jugando a mil cosas diferentes.
Estábamos esperando a la hora de cenar sentados en los sofás, Amaia estaba tumbada encima de mi medio dormida y los demás seguíamos hablando de diferentes cosas.
Al poco tiempo subió Noe a decirnos que tendríamos una sorpresa en unos minutos, así que tuvimos que esperar a que lo prepararan todo en los lavabos.
-¿Qué creéis que será? - pregunté.
-Yo creo que nos van a preparar una cena y una peli, para que nos relajemos un poco. - dijo Aitana emocionada.
-Venid a la sala de ensayo chicos- Noe apareció por el pasillo y todos la seguimos.
Fuimos rápido hacia la sala y una vez allí no pude creerme lo que vi.
*-Mama, papa! No m'ho puc creure- fui corriendo a abrazarles, como todos los demás.
Estuvimos más de media hora con todos nuestros familiares, presentándonos y hablando con ellos.
Vi como la familia de Amaia se acercaba a la mía y los cuatro se pusieron a hablar entre ellos muy animadamente.
-¿Desde cuando crees que hablan entre ellos? - me preguntó Amaia acercándose.
-No lo sé, pero me alegro de que se lleven tan bien- dije yo y se acercó más a mi para abrazarme por la cintura.
-Me resulta un poco incómodo ahora mismo, espero que todo vaya bien esta noche. - dijo sin separarse de mi.
-No te preocupes, verás como todo va genial. - le contesté dándole un beso en la cabeza.
Volvimos al salón, donde estaba preparada la mesa para que cenáramos todos juntos y preparamos los platos con la cena. Amaia se sentó a mi lado y mis padres se sentaron enfrente de nosotros, también junto a los de ella.

NARRA AMAIA.
La cena fue muchísimo mejor de lo que esperaba, al no poder contarnos nada del exterior no hubo casi ningún momento incómodo entre las dos familias y todos se comportaron genial con nosotros.
Terminamos de cenar y fuimos todos a la sala del piano, ya que solo faltaba poco más de media hora para que se fueran.
Estuvimos cantándoles nuestras canciones a nuestros familiares y, cuando ya habíamos cantado todos nos sentamos junto a ellos.
-Oye, nos ha faltado una- dijo Pablo, el novio de Miriam.
-Es verdad, falta la más importante - siguió diciendo ella.
-Pareja, cantadnos City of Stars, ¿no? - propuso Jadel, el novio de Ana, mirándonos a Alfred y a mi.
Todos nos animaron a hacerlo y no tuvimos más remedio que sentarnos al piano.
Estaba muerta de vergüenza, pues nunca había cantado algo así delante de mis padres y menos con Alfred a escasos centímetros de mi.
Terminamos de cantar y, 10 minutos después, se iban por la puerta de la academia. Nos abrieron la habitación y entramos todos. Nos juntamos en mi cama, ya que era la última y teníamos más espacio.
-¿Qué te han dicho? Ya sabes, de Alfred. - me preguntó Aitana cuando éste salió de la habitación.
-Pues nada en especial, ya me lo habían dicho cuando salí en Navidad. Pero que no me esconda porque fuera se sabe de sobra que lo que hay, que me deje llevar más...
-Pues yo pienso igual, deja de esconderte de una vez y disfruta, que solo vas a vivirlo una vez. - dijo Miriam y justo en ese momento entraba Alfred en la habitación.
-¿Qué vas a vivir solo una vez? - preguntó sentándose de nuevo en la cama.
-Nada, Amaia, que está un poco rayada. - contestó Aitana yéndose a su cama, Miriam y Ana hicieron lo mismo y nos quedamos Alfred y yo en mi cama.
-¿Rayada por qué?
-No estoy rayada, estábamos hablando de que me habían dicho mis padres de lo nuestro y es lo que  me dijeron en Navidad, pero me sigue dando un poco de vergüenza por las cámaras y me han dicho que me suelte más.
-No te preocupes, como tú estés más cómoda. - dijo dándome un beso rápido.
Nos quedamos los dos tumbados en la cama sin hablar de nada, simplemente disfrutando de la presencia del otro.
-Hay veces que siento que te conozco muy poco. - le dije y me moví para mirarle a la cara. -Cuéntame cosas, ¿qué era de ti antes de entrar aquí?
-Pues nada en especial, estudiaba en la universidad, componía...
-No, eso no, eso ya lo sé- le corté- quiero saber de ti en lo personal, no profesional.
-De mi en lo personal... pues es difícil.

NARRA ALFRED.
La pregunta me había tomado totalmente por sorpresa, no acostumbraba a hablar de esto porque no era algo que tuviese del todo superado, pero sentía la necesidad de hablarlo con ella.
Me cambié de postura y me apoyé en la almohada con un codo mientras le acariciaba el pelo.
-¿Difícil por qué?
-Porque no me ha sido nada fácil. Mi yo de antes digamos que se estaba encontrando un poco a él mismo.
-¿Lo pasaste muy mal? - me dijo un poco preocupada.
-La verdad es que sí. Cuando terminé bachiller empecé a tener muchos problemas, tuve que ir al psicólogo porque había días que no quería levantarme de la cama, luego empecé a tener ataques de ansiedad muy seguidos y me perdí un poco. Digamos que no fue mi mejor momento, y me presenté a esto porque si me cogían tenía pensado que iba a encontrarme por fin; y eso he hecho. Además de encontrarte a ti, claro.
A pesar de la oscuridad de la habitación, veía como me estaba mirando con los ojos llorosos y me acerqué a darle un beso.
-Y gracias en parte a ti, que me has ayudado aunque no lo creas.
-Jo Alfred... no sabía todo esto... Estoy muy orgullosa de ti, de verdad. No sabía lo duro que puede llegar a ser.
-Es algo con lo que hay que aprender a vivir, porque es muy difícil superarlo del todo. Siempre tienes que ser más fuerte que lo que llevas encima.
-Tú eres más fuerte que todo, y puedes con todo ¿vale? - dijo poniéndose de rodillas delante de mí.
No me salía otra cosa que sonreír, la cogí de la cintura y la atraje hacia mi para abrazarla. Empezó a darme besos por toda la cara y terminó dejándome un beso muy tierno en los labios y se tumbó encima de mi, todavía abrazándome.
-Gracias Amaia, te quiero mucho. - le dije al cabo de un rato largo.
No me contestó así que supuse que se había quedado dormida. La moví a un lado de la cama y me tumbé para dormirme yo también.
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*¡Mamá, papá! No me lo puedo creer.

Después de las 2:36. Where stories live. Discover now