EPÍLOGO.

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-Creo que va a ser mejor para los dos Amaia, por lo menos durante un tiempo, que todo se tranquilice. Más adelante verás como las cosas irán mucho mejor. - Aseguró Alfred cuando ya llevaban más de un año de relación.
Los dos estaban en el auge de su carrera y entre los dos habían decidido tomarse un tiempo para que las cosas se calmaran y poder pensar con claridad qué querían hacer.
No obstante ese tiempo fue relativamente corto, menos de un año hizo falta para que se diesen cuenta de que se necesitaban el uno al otro más de lo que llegaban a pensar y retomaron la relación 8 meses más tarde, cuando todo empezaba a normalizarse.
10 años más tarde volvían a encontrarse los 16 en la casa rural, ir cada verano se había convertido en una rutina que ninguno de ellos quería romper, pues se habían convertido en una gran familia que la música y la academia había unido.

NARRA ALFRED.
-¡Amaia llegamos tarde! - grité desde la puerta.
Sonreí cuando la vi saliendo de la habitación con la maleta en la mano medio corriendo. Estaba claro que pasasen los años que pasasen era algo que nunca iba a cambiar en ella.
-Ya estoy, venga vámonos. - dijo cerrando la puerta de casa y bajando al coche para ir al aeropuerto.
Llegamos a la casa sobre la hora de comer, como ya era habitual fuimos los últimos en llegar y el resto ya había preparado la comida.
-¡Por fin! - gritaron todos cuando entramos. Se acercaron a abrazarnos y subimos a la habitación para dejar las cosas.
Estaba dejando la ropa encima de la cama cuando noté que Amaia me abrazaba por detrás.
-¿Va a ser increíble este año también? - preguntó dejándome besos en la nuca. Me giré para tenerla de cara y le di un largo beso como respuesta.
-Cámbiate, comemos y nos metemos en la piscina. - le dije saliendo de la habitación.
Eran las 7 de la tarde y estábamos todos en la piscina, estaba sentado en el borde al lado de Roi.
-Tío, ¿no ha pasado nada más desde entonces? Os veo guay.
-Que va, todo va genial, fue ese momento que los dos nos agobiamos pero ya lo sabemos manejar bien.
-Me alegro colega, por cierto tengo concierto en agosto en Barcelona, pasaros y nos cantamos alguna los tres. - dijo levantándose y metiéndose en el agua.
Yo hice lo mismo y nos quedamos allí todos hasta que empezaba a anochecer.

NARRA AMAIA.
-Aitana tengo que hablar contigo. - Estaba preocupada, llevaba unos días con agonía y dolores de cabeza fuertes y solo tenía una respuesta en la cabeza a todo eso.
Entramos en casa y nos sentamos en los taburetes de la cocina, me hizo un gesto para que empezara a hablar.
-Creo que estoy embarazada. - solté sin más.
Aitana y yo siempre habíamos tenido una muy buena relación, para mi era una hermana, todo lo que pasaba por mi cabeza pasaba también por la suya y sabía que la que mejor iba a entenderme iba a ser ella.
-¿Qué dices Amaia? ¡Qué bien! - saltó del taburete sorprendida y vino a abrazarme.
-Sí, bueno... Era por si podías hacerme el favor de, mañana cuando bajéis a comprar, comprarme un test. Me da terror ir.
-Claro que sí, mañana por la mañana bajamos. - volvió a sentarse en el taburete. - Pero, ¿estás segura? Igual solo te encuentras mal. ¿Usáis siempre protección, no?
-Siempre, pero siempre está el día que no hay y hay ganas. Además, este mes no me ha bajado la regla. Estoy casi segura. Dios mío Aitana, estoy aterrorizada.
-Ey, tranquila. Lleváis muchísimo tiempo juntos, estáis más que preparados para esto. Y si es por el niño no te preocupes que vas a tener a mucha gente que te ayude.
Asentí aún con el miedo en el cuerpo y me levanté para abrazarla.
Estuve bastante tiempo pensando en todo eso, y llegué a la conclusión de que si estaba tan segura de que iba a ser positivo, quería aprovechar esa noche como si fuese la última.
Salí al jardín y vi que estaban casi todos en las hamacas hablando. Me puse detrás de él y me acerqué a su oreja.
-¿Vienes a ducharte? - susurré. - Ahora que están todos aquí.
Se levantó casi al momento y me cogió de la mano para subir al cuarto de baño.
Nada más entrar me abalancé a besarle, podría pasar todo el tiempo del mundo y nunca me cansaría de sus besos.
Me levantó por las piernas y me sentó en la pila del baño y llevo sus manos a mi espalda para desabrocharme la parte de arriba del bikini mientras yo me deshacía de su bañador. Fue dándome besos desde el cuello hasta la braga del bikini y, lentamente, me la quitó besándome el interior de los muslos. Se quedó abajo un tiempo mas haciéndome sentir un placer del que tampoco me cansaría nunca.
Puso sus manos en mi culo y me levantó para llevarme dentro de la ducha. Abrió el agua y rápidamente se introdujo dentro de mí.
-No sabes lo muchísimo que te quiero. - me dijo una vez terminamos.
Bajamos los dos otra vez al jardín, solo quedaban algunos ya que el resto estaban haciendo la cena.
Casi no dormí esa noche, estaba de los nervios por saber que iba a pasar mañana. Me despertó Aitana cuando me dijo que iban a bajar al pueblo a comprar y que volvían en seguida.
Intenté que no se me notaran los nervios durante esa mañana hasta que volvieron a la casa.
-Acompáñame por favor. - le dije a Aitana cogiéndole de la mano. - No quiero estar sola.
Los 5 minutos de después se me hicieron eternos.
-¿Quieres que lo mire yo primero?
Asentí y ella cogió el test. Supe qué había salido cuando vi que se le saltaban las lágrimas.
Era real. Estaba embarazada. No supe reaccionar, también me puse a llorar pero no sabía si era de felicidad o de miedo. Quizá las dos cosas.
-Amaia tienes que decírselo ya. Esto es lo mejor que podría pasar. - me dijo cuando empezaba a recuperar la compostura.
Bajamos y estaban todos en el salón terminando de desayunar mientras veían la televisión. Me acerqué a Alfred y le puse una mano en el hombro. No sabía que les había contado Aitana a los demás pero todos se callaron en cuanto bajamos.
-¿Quieres venir un momento arriba? Papá. - recalqué la palabra 'papá'. Los nervios me comían por dentro y aumentaron mucho cuando escuché un 'Ohhhh' general.

NARRA ALFRED.
Estaba casi seguro de que iba a decirme Amaia, lo de llamarme papá me lo había dejado todo bastante claro.
Subimos al cuarto de baño y cogió una cajita de encima del wc.
-Solo espero que esto vaya bien, porque no sería capaz de hacerlo sola. - dijo dándome la cajita.
Era un test de embarazo. Y daba positivo.
No pude evitar que me salieran algunas lágrimas, me acerqué a ella y la abracé lo más fuerte que pude.
-No voy a dejarte sola. Este niño va a ser la segunda cosa que más quiera en el mundo.
Rompió a llorar, sabía que tenía miedo por lo que podía pasar, en el fondo yo también lo tenía, pero estaba más que seguro de que solo iba a traer cosas buenas.
-Mírame. - le dije levantándole la cabeza con un dedo. - No me cabe ninguna duda de esto solo va a traer cosas buenas. Y es normal que tengas miedo, yo también lo tengo. Pero no voy a separarme nunca de ti, ¿me oyes? Voy a estar siempre a tu lado y voy a seguir queriéndote como el primer día.
Volvió a abrazarme, mucho más fuerte ahora. Levantó un poco la cabeza y me besó. Así nos quedamos hasta que todos empezaron a subir para darle la enhorabuena a Amaia.
Habíamos pasado por mil cosas diferentes, cada bronca nos había hecho ser más estables y cada día que pasábamos juntos nos enamorábamos más el uno del otro. Nunca llegué a imaginar que estar al lado de una persona iba a hacerme tan feliz, y estaba seguro de que con Amaia se habían sobrepasado todos los límites. No sabía muy bien cómo íbamos a llevar esto, pero lo que sí tenía claro era, que si estábamos los dos juntos, nada iba a salirnos mal.
Al fin y al cabo, el amor siempre gana.

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DIOS MÍO NO ME PUEDO CREER QUE SE HAYA ACABADO YA. LLORO.
Muchísimas gracias por leer y votar la historia durante el tiempo que he estado escribiéndola, es la primera novela que escribo y me he sentido súper acogida por vosotrxs.
Tengo pensado seguir escribiendo, no sobre OT, otro tipo de novelas. Sé que a muchos no os importará, pero si os queréis quedar estáis invitados.
¡Amor x 1016!

Después de las 2:36. Where stories live. Discover now