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NARRA ALFRED.
Me desperté cuando escuché un ruido que venía del baño, aún con los ojos medio cerrados me levanté y crucé la habitación para encontrarme a Amaia recogiendo sus cosas y acabando la maleta.
-¿Te ibas sin despedirte de tu novio? - le pregunté apoyado en el marco de la puerta.
-No te quería hacer madrugar, te iba a despertar más tarde. - se acercó a mi y me dio un pequeño beso. - Buenos días. - dijo y se volvió para seguir recogiendo.
Una vez terminó las maletas se tumbó conmigo en la cama para hacer tiempo hasta que viniesen sus padres.
-¿Me acompañas abajo? Están ya mis padres... - me dijo dejando el móvil a un lado.
-Claro. - le ayudé a bajar las maletas y salimos del hotel.
Metimos las maletas en el coche y Amaia les hizo un gesto a sus padres para que se alejasen y nos dejasen unos momentos solos. Vino casi corriendo a abrazarme y nos quedamos así unos minutos, se separó un poco pero aún tenía sus brazos rodeando mi cuello y yo los míos su cintura.
-Te amo. - me dijo muy bajito escondiendo su cabeza en mi cuello, como hacía de normal cuando decía algo así.
-Pero amar es algo muy fuerte, ¿estás segura? - le contesté yo y ella volvió a mirarme aún sonriendo.
-Es que yo te quiero muy fuerte. - se rió y se abrazó a mí mucho más fuerte.
-Yo a ti también. - nos quedamos abrazados hasta que su madre la llamó desde el coche. - avísame cuando llegues, ¿vale?
Asintió con la cabeza y se acercó a mi para besarme.
-Te quiero, nos vemos muy pronto. - le dije cuando nos separamos. Ella me dedicó una sonrisa un poco triste y se fue con sus padres al coche.
Saqué las llaves de la maleta que llevaba conmigo y cogí mi coche por primera vez en 3 meses para ir hasta mi casa. En casa me estaban esperando mis dos mejores amigos junto con mis padres.

NARRA AMAIA.
Una vez en el coche ya de camino a Pamplona me vinieron todos los recuerdos de golpe y no pude derrumbarme. Mi hermana se dio cuenta y me acercó a ella para abrazarme.
-No te vengas abajo Amaia, en nada estáis otra ves juntos.
Estuve unos segundos pensando la respuesta, ya que ni yo misma sabía muy bien porque estaba llorando.
-No es solo por eso, es el hecho de romper la rutina más que nada. Me ha venido todo muy de golpe, ademas todo lo de ayer, las entrevistas...
-Eso será solo ahora peque, te vas a acostumbrar en seguida a esto.
Me dormí el resto de viaje que quedaba y me desperté una vez llegué de nuevo a casa. Allí me estaban esperando mis amigos más cercanos y estuvimos cenando y hablando todos juntos sobre todo lo vivido en el concurso.
Una vez se fueron subí a mi habitación y abrí por primera vez el móvil, leí las conversaciones más importantes que tenía y abrí instagram para revisar un poco como había sido todo durante los tres meses. Me acosté sin intención de dormir, solamente quería pensar en todo lo que estaba pasando y lo que estaba por pasar, en un momento sonó mi móvil y vi que era Alfred quien me estaba llamando por videollamada. Al instante sonreí y se lo cogí.
-Hola titi. - dijo sonriendo. Llevaba puestas las gafas y una sonrisa que dejaba ver sus palas separadas, yo fui incapaz de borrar la sonrisa de mi cara.
-Bien, bueno, un poco agobiada. Pero me han dicho que es normal por ser los primeros días y eso. ¿Y tú? ¿Qué has estado haciendo?
-Nada, he llegado a casa y estaban allí mis amigos, Marta y Jorge. Hemos estado toda la tarde en casa hablando y viendo algunas cosas. - Debió cambiarme la cara al escuchar eso, porque soltó una risa de repente. -¿a qué viene esa cara? O te vayas a poner celosa... - dijo riendo.
-No estoy celosa... ¿quienes son?
-Son mis mejores amigos desde que soy pequeño, no tienes por qué preocuparte, yo solo tengo ojos para ti. - Noté como me ponía roja, llevábamos casi tres meses juntos y aún no me había acostumbrado a ese tipo de comentarios. - Por cierto, ¿por allí qué tal todo?
-Muy bien la verdad, está todo prácticamente igual que cuando me fui. También he estado con unas amigas mías esta tarde en casa y me han dicho que todo sigue igual.
Estuvimos conectados hasta la 1:30 de la madrugada, llevábamos casi dos horas hablando y yo me habría quedado mucho más tiempo de no ser porque al día siguiente tenía que hacer una entrevista por la mañana.
-Creo que me voy a ir yendo a dormir, mañana tengo que hacer una entrevista por la mañana... - le dije con voz de cansada.
-Vale, hablamos mañana cuando termines, te quiero mucho.
-Te echo mucho de menos... - me volví a tumbar en la cama y me froté los ojos porque notaba que me volvían a venir las lágrimas.
-Yo también a ti, pero no pienses en eso, en dos días volvemos a vernos. Y te llevaré por Barcelona, cenaremos pizza, volveremos a cantar juntos... - volví a sonreír como lo había hecho cuando había visto que me llamaba.
-Me gusta ese plan... aunque igual le añado alguna que otra cosa... - le dije riendo.
-Estás preciosa cuando sonríes así. - me contestó pillándome desprevenida.
Le sonreí aún más y él me devolvió la sonrisa.
-Te dejo dormir, háblame mañana cuando puedas - me dijo tras unos segundos de silencio.
-Buenas noches Alfred, t'estimo.
-Jo t'estimo més. - respondió él.
Finalmente colgamos la videollamada y me acosté dejando el móvil a un lado de la cama. Me acomodé en ella y, aún con una sonrisa de oreja a oreja recordando la llamada, me dormí a los pocos minutos.

Después de las 2:36. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora