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NARRA ALFRED.
Ese día me costó bastante levantarme de la cama, estuve durmiendo media hora más y al final me levanté cuando Martí vino a avisarme de que llegaba tarde a clase de Mamen. Era lunes de gala, tenía la canción bastante bien para ser algo tan distinto a lo que yo cantaba, pero era un día raro para mí, estaba agobiado todo el tiempo.
Después de comer me tumbé en el sofá para intentar dormir un poco y sin poder evitarlo se me saltaron las lágrimas. Amaia pasó por al lado del sofá y yo al verla me tapé un poco la cara para que no me viese los ojos, pero no sirvió de mucho. Cruzó el salón y se puso a mi lado en el sofá.
-Alfred, ¿qué te pasa? ¿estás bien? -me dijo con un tono preocupado.
-No que va, no me pasa nada, estaba pensando y me han venido demasiadas cosas a la cabeza.
Hubo un silencio en el que ella se acurrucó en mi y me cogió de la mano.
-¿De verdad estás bien? Puedes contármelo, Alfred.
-Tranquila titi, que si me pasa algo más te lo contaré, no te preocupes.
-Es que quiero que veas que yo también estoy para ti, que parece que solo me cuides tú y que yo no te lo agradezco nunca.
No sabia que venía que me dijese esto pero no podía estar más equivocada con sus palabras.
-Ey, ¿qué estás diciendo? Yo solo con tenerte así -dije señalándonos- estoy más que agradecido Amaia, de verdad.
-Pero es que lo que se pueda ver por cámaras...
-No me importa, yo sé cómo eres y te prometo que me encanta así. -le corté mientras me ponía de pie y le cogía de la mano para levantarla y darle un abrazo.
-¿De verdad? Jo Alfred muchas gracias, de verdad. -me dijo al oído abrazándome.
Me dio un beso en la mejilla y cuando iba a girar la cara para besarla escuché a Cepeda de fondo.
-¡Pareja! Nos vamos a ensayar, venga.
-¡Cepeda! - le gritó Amaia poniéndose roja, supongo que por lo de 'pareja'. Yo no pude evitar reirme.
-Venga vamos, que aún llegaremos tarde. -le dije.

NARRA AMAIA.
Hoy notaba a Alfred raro, estuvo todo el día ausente y lo que pasó en el sofá me tenía preocupada, él no solía llorar así porque sí.
-Oye Ana, ¿tú sabes si le pasa algo a Alfred? -le pregunté cuando entré en la habitación a coger mi abrigo.
-No, yo le veo igual que siempre, ¿por qué lo dices?
-Nada, antes estaba llorando en el sofá y no me ha querido decir por qué. -le dije un poco preocupada.
-No te preocupes amiga, si le pasa algo seguro que te lo contará.
Durante la gala.
Me tocaba cantar a mí, y cuando estaba en el escenario vi a Alfred salir de plató acompañado de Martí. Durante la actuación le vi volver a sentarse en el sofá y cuando terminé me tranquilicé un poco, pero no demasiado pues no le veía como siempre, tenía los ojos cansados y la mirada todo el tiempo perdida. Mientras cantaba Aitana, vi como Agoney se dio cuenta de como estaba y le pasó una mano en la espalda para reconfortarle. Una vez cruzamos todos la pasarela, no podía pensar en otra cosa que en saber como estaba, así que cuando llegamos al autobús para ir de vuelta a la academia le senté en la parte de detrás conmigo.
-Alfred por favor dime qué te pasa, llevo toda la gala preocupada. ¿Te han dado algo?
-Tranquila, después de el chat te contaré, pero disfruta que no es nada grave. ¿vale? - dijo dándome un pequeño beso en la comisura del labio.
-Vale, pero luego me lo contarás.
No me quedé muy tranquila pero si un poco mejor al saber que se encontraba bien.
Cuando acabó en chat entramos en una de las duchas para no molestar en la habitación a los que querían dormir.
-Porfavor cuéntamelo - le dije cuando me senté enfrente de él en el suelo de la ducha.
-Mientras cantaba Ana antes de tu número, me he empezado a marear un poco, cuando has salido tú he tenido que irme de plató porque me ha dado un ataque de ansiedad. Al salir, y ahora un poco todavía un poco también, estaba así porque las pastillas que me dan me calman tanto y tan rápido que parece que esté un poco drogado.
-¿Pero Alfred por qué no me lo habías dicho nunca? Pero a algo ha tenido que venir ¿no? No te da un ataque de ansiedad porque sí ¿o sí? -le dije muy preocupada.
Nunca me había contado algo así y la verdad es que no sabía como reaccionar.
-Sí, a mi suele pasarme en estas fechas del mes, nunca son días bonitos por así decirlo.
Cuando acabó de hablar agachó la cabeza entre las rodillas y no habló más. Me puse a su lado y empecé a acariciarle la nuca. No sabía si debía preguntar esto, pero si quería ayudarle la próxima vez necesitaba saberlo.
-¿Y puedo saber qué pasa en estas fechas? No me lo cuentes si no quieres, pero es para ver si puedo ayudarte.
Le oí suspirar, y cuando levantó la cabeza me miró triste a los ojos.
-Hoy es día 26, y hoy hace exactamente un año que faltó primo, quien para mí era mi hermano.
Me quedé un momento sin saber que decirle, así que me abracé fuerte a él mientras oía como lloraba un poco.
-Dios mío Alfred, no sabes cuánto lo siento, perdóname por meterme en estas cosas por favor.
-No te preocupes Amaia -dijo mientras se separaba un poco y me cogía suavemente la cara. -Te agradezco mucho que te preocupes tanto, además de que creo que ya debía contarlo a alguien.
-Pues por favor si necesitas contarle a alguien alguna cosa más estoy más que nadie para ti, ¿vale? -le dije acercándome a él y quedándonos frente con frente.
-Vale, gracias, te quiero mucho.
-Yo también a ti Alfred. -dije y le di un beso a la vez que rodeaba su cuello con mis brazos.
El beso cada vez fue a más y los dos cada vez teníamos más ganas.

NARRA ALFRED.
No sabía cuánto tiempo llevábamos ahí, pero cuando terminamos, Amaia se durmió apoyada en mi hombro. La miré mientras dormía y sin poder evitarlo sonreí, pero la sonrisa se me borró al instante al verle el cuello y ver todas las marcas que le había hecho, no quería ni imaginarme la vergüenza que le iba a dar mañana.
Le desperté, medio en sueños la llevé hasta la habitación y la tumbé conmigo en la cama.
-Buenas noches Amaia, gracias por todo. - le dije dándole un beso en la frente.

Después de las 2:36. Where stories live. Discover now