26

1.4K 96 5
                                    

NARRA ALFRED.
-Es esta puerta. - dijo Vicente señalando la puerta de embarque número 6.
Sólo era cuestión de horas que los 4 pusiéramos rumbo a Londres para despejarnos de todo lo que estaba siendo nuestra nueva vida.
-¿Nadie ha planeado nada? ¿Vamos todos sin horarios? - dijo Aitana riendo.
-Vamos a la aventura. - contesté yo, también riendo.
Dos horas más tarde estábamos los cuatro en el avión apunto de partir.
El hotel que habían escogido estaba muy en el centro de la ciudad, desde la ventana se podía ver el Big Ben a la vez que parte del río Támeis.
Me acerqué a Amaia, que estaba mirando por la ventana y la abracé por detrás. Cuando notó mi presencia se giró y me abrazó muy fuerte.
-¿Te gusta?
-Me encanta, aún no me creo que estemos aquí. - me separé un poco de ella, aún abrazándola por la cintura. - Eres la mejor novia del mundo, ¿lo sabías?
-Novia... qué bien suena cuando lo dices tú. - dijo sonriendo. - Aunque, ahora que me paro a pensarlo, nunca hemos formalizado nada.
-No nos ha hecho falta, los medios lo hicieron por nosotros mucho antes de que saliéramos de la a academia. - contesté tumbándome en la cama. Ella se sentó a mi lado, al borde de ésta.
No me encontraba demasiado bien, entre el mareo del avión y que ya venía con un poco de dolor de cabeza tenía claro que está conversación no iba a venirme bien del todo.
-Lo sé, pero me refiero a los dos, a nuestra relación real. Ninguno de los dos se lo ha pedido al otro. ¿No es un poco raro que se nos etiquete sin tan siquiera nosotros habernos etiquetado? - dijo levantándose de la cama.
Estuvimos cerca de 10 minutos hablando sobre el mismo tema, no sabía qué quería decirme con todo eso pero ninguno de los dos se había quedado con buen sabor de boca.
-Amaia... Venga bajemos, que nos estarán esperando ya. - concluí dando por terminada la conversación cuando vi que ambos estábamos yéndonos del tema.
Bajamos en silencio, en el hall del hotel estaban Aitana y Vicente esperándonos y nada más salir cogimos un autobús para que nos llevara a Trafalgar Square.
-¿Ha pasado algo? Estáis raros. - preguntó Aitana una vez bajamos del autobús. Miré a Amaia, quien también estaba mirándome y volví la mirada a Aitana.
-Nada relevante, no te preocupes enana.
Amaia me miró inquisitivamente, pero no le di más importancia y entramos los cuatro en un restaurante para comer.
Pasamos la tarde por las calles más céntricas de Londres, todos habíamos aprovechado para comprar algunas cosas puesto que mañana no podríamos, ya que ya teníamos un plan hecho.
Mientras paseábamos por Hyde Park recibí un whatsapp de Vicente, lo abrí intrigado y vi que era una foto. En ella estábamos Amaia y yo de espaldas, uno al lado del otro y delante de nosotros se podía ver todo lo verde del parque.
'Lo siento tío, no he podido resistirme'. Adjuntó con la foto. Me limité a contestarle con un simple gracias. Ya tenía claro para qué iba a servirme esa foto: si Amaia quería formalizar las cosas, yo las formalizaría. Pero a mi manera, claro estaba.

NARRA AMAIA.
Estábamos paseando por el parque cuando noté que Aitana me cogía del brazo y me alejaba de los dos chicos.
-Ahora tú vas a contarme bien qué ha pasado. Porque me niego a que estéis todo el viaje sin hablaros.
-No ha pasado nada, solo que ya nos conoces, de todo hacemos un mundo. - me callé, pero ella me miró pidiéndome que siguiera. -Cuando hemos llegado a la habitación hemos estado hablando de que ninguno de los dos le ha pedido nunca al otro el estar juntos. Simplemente nos dejamos llevar dentro de la academia y fuera sigue siendo igual. Pero no sé por qué nos ha sentado tan mal a los dos.
-Ay amiga... que poco sabéis vosotros dos... - dijo riendo y volviendo con los otros dos. Yo la seguí.
Decidimos cenar en algún sitio que estuviese cerca del hotel, para así no tener que movernos mucho de noche. Durante el resto de la tarde Alfred y yo habíamos hablado bastante más que durante la mañana, pero entre los dos seguía habiendo una tensión muy extraña.
Una vez en la habitación, se tumbó en la cama y yo me fui al baño para desmaquillarme y ponerme el pijama. Estaba quitándome el maquillaje de los ojos cuando recibí una notificación de instagram, Alfred había subido una nueva publicación. Inmediatamente abrí la aplicación y me encontré con una foto que hizo que un par de lágrimas recorrieran mis mejillas.
De Barcelona a Londres, y contigo, hasta el cielo.
Ponía en el pie de foto.
Salí del cuarto de baño casi corriendo, él estaba de pie mirando por la ventana y se giró cuando me escuchó.
Me abracé a él lo más fuerte que pude y me derrumbé, empecé a llorar mientras él me abrazaba también.
-Lo siento, lo siento muchísimo. - le dije cuando me calmé un poco. -No sé en qué momento dudé de ti, de nosotros. Soy imbécil, perdóname por favor.
Me puso una mano en la barbilla haciendo que le mirara a la cara.
-Amaia, te quiero más de lo que te imaginas. Y si nunca le he puesto un nombre a esto es porque creo que no lo necesita, los dos lo sabemos muy bien lo que hay y con eso a mí me basta. Pero si te quedas más tranquila, yo te lo pido. ¿Amaia, quieres ser mi novia? - dijo lo último medio riendo y yo no pude evitar reírme también.
Como respuesta le di un tierno beso en los labios que no iba a ir a más. Abrí los ojos sonriendo y le vi mordiéndose el labio. Esta vez fue él quien se adueñó de los míos, pero con más intensidad.
-Entonces... ¿es un sí? - preguntó separándose un poco.
-Claro que es un sí, tonto.
Ambos nos reímos, él me cogió de la cintura y nos llevó a ambos hasta la cama, la ropa nos empezó a molestar y, tras romper la tensión que había estado presente entre los dos durante todo el día, me dormí abrazada a Alfred como muchas otras noches.

¡HOLA!
Vengo para informar de que estos son los capítulos finales de la historia, tengo pensado hacer uno más y un epílogo, pero si encuentro alguna idea más la alargaré un poco, pero no habrá más de 30 capítulos.
¡Gracias por leer y votar!

Después de las 2:36. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora