Capítulo 2

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Narra Aitana

Al día siguiente tuve que volverme a presentar con tres canciones difrentes según había mirado en la página web del concurso. No iba a darle muchas vueltas a la cabeza, cantaría las que mejor me sabía y mejor quedaban con mi voz, no quería arriesgarme a quedar fuera de ese maravilloso concurso por un capricho a la hora de elegir la canción. Cuando llegué al lugar en el que debía cantar me volví a poner igual de nerviosa que el día anterior. Lo único diferente es que allí ya no estaba con mi familia, estaba con un montón de gente que no conocía de nada, estaba compitiendo conmigo por entrar en la academia y encima eran súper buenos, todos y cada uno de ellos. Intenté relajarme como pude, pero nada podría calmar esa horrible sensación. Mis manos sudaban, mis piernas temblaban e incluso tartamudeaba. Además, era la última en cantar, lo que me hacía sentime aún peor y con más nervios, pues mis compañeros ya habían cantado y, según lo que decían, a todos les estaba saliendo bastate bien la prueba. Hablé con unas cuantas personas, pero de lo nerviosa que estaba no puede retener ninguno de sus nombres, todos tenían perfiles muy peculiares, iba a ser realmente complicado pasar esa prueba. Pero sí, ¡LA PASÉ! No sé cómo lo sonseguí, pero canté las canciones que tenía preparadas y parece que al jurado del casting le gustó mi voz. Estaba realemente contenta, no podía dejar de saltar y salí corriendo de aquel lugar para abrazar a mis padres, que me estaban esperando desde que había entrado. En las siguientes pruebas ya íbamos a estar todos los seleccionados de España. Estaba súper ilusionada, nada podría destrozarme el día, ni la semana que quedaba hasta que nos volviéramos a reunir todos.

Narra Cepeda.

Después de pasar una no muy buena noche decidí seguir participando en los castings, aunque mi familia y mi novia no estuviesen de acuerdo, si me querían me tendrían que apoyar pasase lo que pasase, y si no fuese así no valdría la pena perder mi sueño por personas que no me aprecian. Lo mirase por donde lo mirase, lo mejor era seguir luchando hasta el final. Así que eso hice, me preparé y me dirijí al lugar donde la siguiente prueba iba a celebrarse, esta vez sin equivocarme de lugar. Canté tres canciones, intentando mostrar todos mis registros para sorprender y dejar clara mi versatilidad. Yo podía cantar tanto en inglés, como en castellano, como algo flamenco. Una de las canciones me salió perfecta, pero las otras dos no se si estarían a la altura. Sólo quedaba esperar a que los jueces me valoraran. Y, para mi sorpresa, dijeron sin duda alguna que ¡PASABA A LA SIGUIENTE RONDA! No me lo creía. Había mucha gente que era realmente buena ahí. Pero bueno, habían confiado en mí, como lo había hecho yo, y eso me daba más fuerzas para seguir intentándolo y esforzándome al máximo.

La siguiente ronda sería diferente a todo lo que había pasado hasta ahora. Tenía que ir a Barcelona para encontrarme con todos los elegidos a nivel nacional. Cuando llegásemos ahí nos dividirían en grupos para cantar una canción que deberíamos preparar en un día. Me ponía un poco nervioso el hecho de jugármelo todo en una actuación con personas que casi no conocería y con una canción que no habría podido escoger con total libertad, ya que nos iban a dar una lista de canciones para repartir entre los distintos grupos que se formaran.

Pero antes de que todo eso pasara tenía que ir a Barcelona. Así que empecé a lavar la ropa que había llevado a Bilbao, que, obviamente, no era mucha, porque nunca había pensado que llegaría tan lejos, y, además, decidí darme una vuelta por alguna tienda de ropa para tener suficiente como para sobrevivir, al menos, una semana más.

Tres días más tarde.

Terminé de meter todo en la maleta y salí corriendo hacia el aeropuerto, sólo me faltaba perder el avión y la oportunidad de mi vida. Por suerte llegué más que puntual y me monté en el avión de los primeros. Cuando llegué a Barcelona encontré rápidamente el hotel en el que, según me dijeron, sólo íbamos a estar los aspirantes a entrar en la academia. Los de Barcelona no iban a pasar esta noche ahí, se iban a incorporar mañana, que era cuando realemene empezaba la prueba y debían pasar tiempo con sus compañeros de grupo para preparar la canción.

-Hola, soy Luis Cepeda. -informé a la recepcionista del hotel cuando llegué.

-Buenas tardes. Su habitación es la 237, su compañero ya ha llegado. Pero tome, cada uno tiene una tarjeta propia.

-Muchas gracias. -me sorprendió que no me pidiera firmar ningún papel, aunque supuse que ya lo tendrían todo acordado con los organizadores y que con el DNI que le había enseñado al decir mi nombre sería más que suficiente. Esperé durante más de medio minuto al ascensor. Durante ese tiempo, una chica morena se acercó a mí arrastrando su equipaje, igual que había hecho yo anteriormente.

-Hola. -saludó la chica, que no parecía ser nada tímida. Eso me alegró, porque yo sí lo era, por ese me costaba más relacionarme con gente tímida. Si los dos hubiesemos sido vergonzosos seguro que ni nos habríamos saludado.

-Hola. Tú también eres aspirante a entrar en OT, ¿verdad?

-Sí, soy Ana Guerra, encantada de conocerte. -dijo acercándose a mí y dándome un beso en cada una de mis mejillas.

-Igualmente, yo soy Luis Cepeda. -terminé de decir cuando las puertas del ascensor se abrieron para que pudiéramos entrar en él. -¿A cuál vas?

-Al segundo, estoy en la 229. ¿Y tú?

-Yo en la 237. ¿Sabes si tu compañera ha llegado ya?

-Según me ha dicho la recepcionista no.

-Puedes venir cuando acabes de recoger tu equipaje a mi habitación, podemos salir a tomar algo o bajar a la cafetería.

-Me encantaría, todas las personas que conocí en la casting no han llegado aún.

-¿Dónde hiciste el casting?

-En Tenerife, ¿tú?

-Bilibao, aunque soy de Ourense. -dije al tiempo que las puertas volvían a abrirse, esta vez para dejarnos salir.

-Bueno, luego nos vemos Cepeda. Te llamo a la puerta cuando esté preparada.

-Vale, hasta luego.

Entré en mi habitación dos segundos después. Encontré a mi compañero tumbado en la cama con todo ya recogido y los auriculares puestos. En seguida se levantó para darme la bienvenida con una sonrisa en la cara. Desde luego, la primera impresión de las dos personas con las que me había juntado hoy había sido muy buena. Tanto Ana como el chico que tenía delante me habían transmitido una buena sensación.

-Hola, me llamo Roi. -lo escuché hablar con acento gallego y me sorprendió a la vez que me agradó.

-Luis Cepeda. -dije obreciéndole mi mano. -Encantado. ¿De dónde eres?

-Galicia.

-¡No me digas! -eché a reir, al igual que él. -Me refiero a que parte.

-Santiago, ¿tú?

-Galicia.

-¡No me digas! -nos reimos los dos a la vez. Había tenido mucha suerte de que me tocara en la habitación con alguien como él.

-Soy de Ourense, pero vivo en Madrid.

-Ya decía yo que no te vi en el casting...

-¿Conoces a alguno de los que ha llegado ya?

-De momento no, dentro de poco llegará Miriam, una chica de Pontedeume, pero de momento no conozco a nadie. ¿Tú?

-He conocido a una chica en el ascensor, se llama Ana. Hemos quedado para ir a tomar algo, te puedes venir si quieres.

-Buah, pues me encantaría, pero tengo que acabar de hacer un par de cosas en el ordenador antes de que acabe el día.

-Bueno, va a venir aquí, le he dicho que me tocara la puerta. Si quieres podemos quedarnos y pedimos algo al servicio de habitaciones.

-Genial. ¿A qué hora va a venir?

-No sé, me ha dicho que recogería sus cosas y vendría. Tiene que estar al llegar.

Nota de la autora: sé que dije que subiría al menos un capítulo al día, pero ayer no estuve en casa y no pude escribir nada. Lo siento, voy a intentar escribir otro hoy y no fallar más. Espero que os guste.

Sé que estos dos capítulos no son muy interesantes, todo será más entretenido cuando se conozcan y entren en la academia. Muchas gracias a todos por leerlo.

Iluminas todo Where stories live. Discover now