Capítulo 9

1.2K 53 3
                                    


Narra Cepeda.

Vicente me había parecido un chico muy extraño. Cuando le saludé y no me correspondió me quedé muy cortado. Y no sólo yo, Roi y Aitana también parecían estar bastante incómodos. Después se fueron y mientras se iban vi como Vicente la abrazaba y le tocaba el culo. Me pareció algo repulsivo. No el hecho de que le abrazara o le tocara lo que quisiera (obviamente si ella le dejaba), me pareció repulsivo que lo hiciera para que lo viésemos nosotros. ¿Qué quería? ¿Que nos diésemos cuenta de que era su novia? Ya nos habíamos dado cuenta de eso, no hacía falta que nos lo recordase. En fín, si Aitana es feliz con él algo bueno tendrá que tener.

-Chicos, lo siento. Me he portado mal con vosotros, pero me encontraba un poco mal y no pude ser educado. -dijo el novio de mi amiga, que había bajado nuevamente con ella, de la mano, aparentemente para pedir perdón.

-No te preocupes. -dijo Roi. -No nos lo hemos tomado a mal, te entendemos.

Pero Vicente sólo me miraba a mí, con una mirada que no sabía muy bien como interpretar. Desde que bajó, había posado su mirada en mis ojos y hasta que Aitana no le avisó de que se tenía que ir no la apartó. En ese momento, se giró hacia Aitana y le dio un beso. Pero no un pico, le dio un beso súper apasionado, a modo de despedida, mientras Roi y yo los mirábamos y, después, nos mirábamos entre nosotros algo sorprendidos e incómodos.

-Bueno chicos, adiós. Cuidad mucho de mi pequeña. -nos dijo Vicente intentando parecer amable, aunque ya no lo iba a conseguir. Roi y yo pensábamos lo mismo de él: "este tío no me gusta ni un pelo".

-Adiós, Vicente. Encantado de conocerte. -dijo Roi.

-Lo mismo digo. -dije yo, para no sonar igual de borde que él antes.

-Igualmente, mucha suerte a los tres. Ojalá entréis en la academia.

Después de despedirse nuevamente de Aitana se dirigió hacia la salida. No sin antes mirarme de forma desafiante, como lo había estado haciendo durante todo el rato.

-Muy majo tu novio. -le dijo Roi a Aitana en cuanto el susodicho abandonó la habitación. Yo me reí por dentro, sabía que Roi estaba pensando lo mismo que yo y no era para nada parecido a lo que acababa de decir.

-Si no no sería mi novio... -dijo Aitana en tono irónico.

-Claro, no me había dado cuenta de eso.

Mientras ellos hablaban, yo me quedé pensando en las miradas de Vicente. Cuando Roi y yo estuviésemos solos en la habitación le preguntaría si había visto lo mismo que yo o si me estaba volviendo completamente loco.

-Cepeda, ¿te pasa algo? -Aitana me habló y por fin pude salir de mis pensamientos.

-No, no, estoy bien.

-No te rayes por Vicente. Y tú tampoco, Roi. Él no suele ser así, en serio.

-¿Estás queriendo decir que le hemos caído tan mal que nos ha tratado peor que a los demás? -preguntó Roi entre risas, yo le seguí.

Narra Aitana.

Al menos se lo estaban tomando con humor. Lo que hizo Vicente fue de completo imbécil, y lo reconozco, pero no podía decirles que se había puesto así porque estaba celoso de mi relación de amistad con Cepeda. Se reirían, pero esta vez de mí.

-No, en serio, no sé que le ha pasado. Pero luego ha bajado a pediros perdón y eso...

-¿Cuánto has tenido que pagarle para que lo hiciera? -ese comentario de Cepeda me sonó muy mal. Sabía que no era con esa intención, pero lo dijo tan directo y convencido que me dolió en serio.

-Eres subnormal. -dije antes de irme de la terraza en la que estábamos los tres y subir corriendo a la habitación. Nerea aún no había llegado, así que podría estar un rato sola. O eso pensaba. A penas dos minutos después de que cerrase la puerta y las primeras lágrimas empezasen a salir de mis ojos alguien golpeó la puerta. Fui a abrir pensando que sería Nerea, pero no.

-Aitana, ¿qué te ha pasado?

-Déjame en paz, Cepeda. -dije intentando cerrar la puerta. Pero él lo impidió poniendo su mano en la puerta.

-¿Te ha sentado mal algo de lo que he dicho?

-No, déjalo, vete.

-No me voy a ir hasta que no me digas por qué te has ido así.

-Porque soy tonta, ya lo sé, sé que no querías decirlo con ninguna intención, pero me ha sentado mal. -me abrazó. Así, sin decirme nada. Sólamente me abrazó y yo le correspondí, necesitaba un abrazo en ese momento. Cuando nos separamos nuestros rostros quedaron muy cerca, incluso más que el día en el que nos conocimos. Pero ese momento duró pocos segundos, en seguida él se apartó y empezó a mirar para todos lados, como buscando la inspiración para conseguir decir algo.

-Bueno, ¿está todo bien? ¿Me perdonas? Te juro que no iba con mala intención, nunca pensé que te pudiera sentar mal eso.

-No, en serio, perdóname tú, me he portado como una tonta. Y perdona también a Vicente, se ha portado de pena. Pero después se ha arrepentido, de verdad.

-Tranquila, Aitana. Eres tú la que tiene que convivir con nosotros y la que va a estar durmiendo durante tres meses en la misma habitación que nosotros, no él. Con llevarme bien contigo me basta y me sobra.

-Muchas gracias Luis, en serio.

-¿Gracias? De nada entonces. -dijo sonriendo. Me encantaba verle sonreir, me transmitía una sensación de seguridad y tranquilidad que nadie más conseguía. -¿Bajamos a cenar?

-Sí, espera que me limpie un poco la cara.

En menos de cinco minutos estábamos en el comedor con Ana, Mimi y Roi.

-Jo, yo también quería conocer a Vicente. -dijo Ana.

-Creeme que es mejor que no lo conozcas hoy. Estaba súper raro y súper borde. -contesté. -Prefiero que lo conozcas cuando puedas hablar con él como una persona normal.

No se habló más sobre Vicente durante toda la comida. Pero yo no paraba de darle vueltas. Me había decepcionado y, aunque estaba todo bien con él, no podía parar de pensar en ello. Si no hubiese reaccionado así al ver a Luis, si no me hubiese dicho que me alejase de él, lo habría entendido todo. Entendía que pudiera estar celoso de alguien, a muchas personas les pasa. Pero de ahí a que me prohibiese una relación de amistad con él... Me tranquilizaba saber que si entraba no iba a verlo más hasta que saliera de la academia. Sabía que lo iba a echar de menos, pero en ese momento no me apeecía verle y acabar discutiendo.

-Chicos, me subo ya a la habitación. -dijo Ana.

-Yo creo que también me voy a subir. -añadió Roi.

-Jo, ¿en serio? Son las diez y media todavía, quedaos un poquito más. -dijo Cepeda poniendo pucheros de niño pequeño.

-Cepe, mañana hay que madrugar. -dijo Mimi.

-¿En serio os vais todos?

-Bueno, yo me quedo si quieres. -dije yo con miedo a que rechazara mi compañía.

-Ay, sí, menos mal, pensaba que me iba a tener que ir a dormir con estos sosos. -dijo entre risas.

-Bueno, hasta mañana chicos.

-Adiós.


Nota de la autora: sé que he subido muy tarde el capítulo pero hasta ahora no he tenido tiempo de acabarlo. Espero que os guste. Muchas gracias a todos los que seguís la hitoria.

Iluminas todo Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang