Capítulo 17

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Narra Cepeda.

Después de pasar un tiempo con Graciela, llegó el día de antes de la gala 0. En ese tiempo había quedado varias veces con Ana, Mimi y Mario, otro de los aspirantes de Madrid. Era muy majo, me lo pasaba genial con él. Al llegar a Barcelona subí directamente a mi habitación del hotel. Esperaba encontrar a Roi ahí, pero aún no había llegado, así que deshice mi equipaje y fui a la habitación de Ana y Mimi. Pasé ahí lo que quedaba de tarde y bajamos a cenar. Roi y Aitana todavía no habían llegado. Desde nuestra conversación sobre lo que pasó entre nosotros no había hablado con Aitana, ni siquiera por WhatsApp. Tenía la esperanza de que cunpliese con su palabra y me siguiese tratando igual. Cuando terminamos de cenar salimos a la terraza los tres y Roi llegó. Se sentó con nosotros, obviamente, y se unió a la conversación. A las 12, cuando íbamos a irnos a la cama, llegó Aitana. Iba acompañada nuevamente por Vicente y por sus padres. Ellos subieron el equipaje a la habitación y Aitana y su novio entraron en la terraza donde estábamos nosotros.

-Hola chicos. Este es Vicente, ellas son Ana y Mimi y a ellos ya los conoces.
-Encantado. -dijo Vicente acercándose a Mimi y Ana y saludándolas con dos besos en la mejilla. -Chicos, me gustaría volver a empezar con vosotros. Sé que estuve muy mal el otro día. -extendió su mano para que Roi y yo se la diéramos. Así lo hicimos, no éramos tan maleducados como él. Diez minutos después bajaron los padres de Aitana.
-Bueno, yo ya me tengo que ir. Ha sido un placer conoceros, en serio, muchísima suerte a todos.
-Gracias. -contestamos todos.
Cuando Vicente se fue todos volvimos a sentarnos, y Aitana con nosotros.
-Chicos -dijo mirándonos a mí y a Roi -gracias por tratarlo bien. No sé que le pasó el otro día... En serio, gracias.
-No tienes por qué darlas. -contestó Roi.
Me quedé mirándola a los ojos, ella también me miraba. Notaba en su mirada algo de culpabilidad. Me imaginé que había estado con Vicente, que todo estaba bien entre ellos y que se arrepentía de haberme besado.
Cuando todos nos fuimos a dormir salí corriendo de mi habitación y fui a la puerta de Aitana. Di pequeños golpes en la puerta y ella salió. Estaba en pijama.
-¿Qué pasa?
-Está todo bien entre nosotros, ¿verdad?
-Sí, Cepeda, ya lo hablamos. Está todo más que bien.
-¿Estás segura?
-Claro.
-Y con Vicente... ¿qué tal todo? -Me miró un poco extrañada.
-Bien, como siempre.
-¿Se lo has contado?
-Obvio que no, ¿cómo le voy a contar eso?
-No sé... Pensé que igual te sentías culpable y necesitabas decírselo.
-Cepeda, lo nuestro sólo fue un beso, en un momento puntual, borrachos, ¿crees que me voy a arriesgar a destruir mi relación con Vicente por eso?No quería admitirlo, ni que se me notara en la cara, pero eso me había sentado muy mal. No sólo me decía que estaba bien con Vicente y que no quería dejarlo, sino que también me había dicho que lo nuestro fue sólo un beso. Obviamente tenía razón, pero esperaba que, igual que yo, sintiese algo o le gustase algo. No sé. No sé siquiera por qué quería que ella sintiese algo por mí. Así todo estaba mejor.

-Tienes razón, no sé en qué estaba pensando. Lo siento.

Narra Aitana.

Cuando dijo esas palabras no pude evitar sentirme fatal. Era obvio que no había sido solamente un beso. Yo había sentido algo más, pero mi cabeza no iba a dejar que mi corazón me jugara nuevamente una mala pasada. Ya había comprobado que estaba bien con Vicente. No necesitaba a Cepeda como algo más que amigo. Era mejor cortar con todo el tonteo y que pasase a ser uno más. Aunque sabía que lo más probable era que nunca pasase.

-¿Querías algo más?

-No, tranquila, ya me voy.

-Adiós.

-Adiós.

Me sentía muy mal. Me metí en el baño para que Nerea no me viera y no pude evitar llorar. ¿Por qué? Ni yo lo sabía exactamente. Estaba bien con Vicente y las cosas con Cepeda también estaban bien, al menos hasta entonces. ¿Por qué me ponía así entonces? ¿Qué era lo que quería? Estaba agobiadísima, eso era lo único que sabía.

Me metí en la cama e intenté dormir. Mañana sería un día muy largo y, por fin, si conseguía pasar la gala 0, entraría en la academia.

Nos levantamos a las 10 de la mañana. A las 11 nos esperaban para ir a plató. Teníamos que llevar todas nuestras pertenencias, no íbamos a volver más al hotel. Los que se fuesen se irían directamente desde plató. Llegamos allí a las 11 y media. Desde entonces y hasta las tres de la tarde estuvimos ensayando con Vicky nuestros números, uno a uno. Había muchos que no necesitaban una coreografía, pero al menos tenían que pisar el escenario para no sentirse tan inseguros. A las cuatro de la tarde ya habíamos comido y volvimos a ensayar. Sobre las seis nos fueron llamando para peinarnos y maquillarnos. La ropa la traíamos elegida de casa, era nuestra.

A las diez empezó la gala. Yo era la primera en cantar. Estaba muy nerviosa. Tenía la sensación de que algo iba a salir mal. Me iba a caer, me iba a salir un gallo... no sabía lo que iba a pasar, pero nada bueno, de eso estaba segura. Estaba tan nerviosa que no conseguí entrar a tiempo en la canción. Me perdí. No sabía por dónde iba el playback. No pude entrar hasta que llegó el estribillo. Una vez conseguí encontrarme dentro de la canción todo fue mejorando, pero en el rap me volví a equivocar. Fue el peor momento de mi vida. Nadie lo iba a hacer peor que yo, y menos delante de toda España. Mi autoestima estaba por los suelos. Mi sueño era entrar en esa academia y no lo iba a poder cumplir.

Cuando todos los compañeros de mi grupo terminaron de cantar nos valoraron uno por uno. Me puse en pie cuando dijeron mi nombre y me sorprendí con lo que escuche. A pesar de no haber cogido bien el tempo y haberme equivocado en la letra... ¡había entrado! ¡Entré en la academia! ¡No podía ser verdad! Nadie era más feliz que yo en ese momento. Después de ver como mi sueño se iba al garete había conseguido cumplirlo. Estaba súper agradecida con el jurado.

Narra Cepeda.

Me puse muy nervioso durante la actuación de Aitana. Era la primera en cantar y no lo estaba haciendo bien. Aun así tenía algo especial. Por eso seguía teniendo esperanza. Si no la cogían una de las mejores voces se iría por un fallo puntual y OT no tendría sentido. Afortunadamente el jurado le dijo que sí iba a entrar en la academia. Yo lo sabía desde el momento en que la vi por primera vez.

Después de un rato me tocó a mí. Sabía que no había estado del todo bien cuando la acabé, pero no había salido tan mal como me esperaba. Cuando Joe, un miembro del jurado, dijo mi nombre, me levanté. ¡Sí, sí y sí! Yo también había conseguido entrar.

Ahí comenzaba una experiencia que cambiaría mi vida para siempre, de eso estaba seguro.

Iluminas todo Where stories live. Discover now