Capítulo 12

1.2K 49 9
                                    

Narra Aitana.

Efectivamente, como yo lo había pensado, mientras cenábamos los chicos dijeron de salir de fiesta ese mismo día. Era tan obvio que después de pasar todos los castings y estar ya seleccionados para la gala 0 íbamos a salir de fiesta que ni siquiera me sorprendió. Salimos del comedor y subimos a las habitaciones para prepararnos. En realidad, no era la única que lo había pensado, todos habían traído ropa para ponerse y salir. Yo me puse un vestido negro, corto, más o menos llegaba a la mitad de mi muslo, y unos botines del mismo color. Estaba ansiosa por ver a mis futuros compañeros, si pasaba la gala 0, borrachos. Iba a ser todo muy gracioso. Cuando terminé de prepararme fui a la habitación de Mimi y Ana, pero aún se estaban preparando, así que decidí ir a ver si Roi y Cepeda estaban listos. Entré en la habitación, llamando antes a la puerta, y me encontré con Cepeda, sin camiseta. Me quedé mirándolo por un momento, y no precisamente a la cara, hasta que reaccioné.
-¿Estáis preparados?
-Hombre, pues no pensaba salir sin camiseta.
-Me imagino. -dije mientras reía. -¿Os queda mucho?
-A mí no, sólo elegir la camiseta. Roi todavía está en el baño, peinándose el tupé. ¿Qué camiseta te gusta más?
-¿Vas a salir de fiesta con todos súper elegantes y te vas a poner una camiseta? ¿En serio?
-¿Qué quieres que me ponga? No tengo nada más.
En ese momento entré hasta el fondo de la habitación y me dirigí a su armario. Lo abrí y un agradable aroma llegó hasta mí. Olía a él, el armario entero olía a él. Empecé a ojear toda la ropa que se había traído y encontré una camisa de cuadros escondida entre todas esas camisetas básicas. La saqué sin dudarlo un momento.
-Ponte esto.
-¿En serio? ¿Una camisa?
-Apuesto a que te queda genial, encima es súper bonita.
Cepeda se puso la camisa y se la ató. Le quedaba más ajustada que las camisetas que solía llevar y hacía que los músculos de sus brazos y su abdomen se notaran mucho más. Me encantaba (como le quedaba, obviamente).

Narra Cepeda.

Cuando estaba preparándome entró Aitana a la habitación. La noté un poco rara al principio, pero pronto volvió todo a la normalidad. Me ayudó a elegir qué ponerme, me sorprendió que eligiese la camisa, pensé que las camisetas me quedaban mejor. Se ve que estaba equivocado. Cuando me terminé de vestir me eché la colonia por encima.
-Huele genial. -dijo Aitana mientras se acercaba a mi cuello para olerlo mejor. Estábamos a escasos centímetros el uno del otro. Me empecé a poner muy nervioso. Ella no se apartaba. ¿Por qué no lo hacía? ¿Y por qué yo tampoco? Noté que su mirada se había deslizado hasta mis labios, y yo hice lo mismo. En ese momento, en el que nuestras narices habían chocado, Roi salió del baño. Di gracias porque no sabía lo que hubiera pasado si Roi no hubiese salido en ese momento.

Narra Aitana.

Había estado a punto de besar a Cepeda, otra vez. Roi había aparecido en ese momento, otra vez. ¿Por qué no podía evitar tener ganas de besarle? ¿Por qué me atraía tanto? ¿Y por qué él nunca se alejaba de mí? Estaba súper confundida con él. Sabía lo que me pasaba con Vicente, lo quería, eso lo tenía claro. Pero con Cepeda, ¿qué me pasaba exactamente? Ni yo me entendía. Sólo sabía que cada vez que me acercaba a él me ponía muy nerviosa.

Narra Cepeda.

Cuando Roi salió del baño ya estábamos los tres listos, así que fuimos a la habitación de Mimi y Ana. Efectivamente, cuando llegamos ya estaban preparadas y todos bajamos al hall. Ahí estaban la mayoría de los concursantes, sólo faltaban Mireya y Miriam. Cuando bajaron, cinco minutos más tarde, nos montamos en los taxis que habíamos llamado y que nos estaban esperando fuera. Me monté en el coche con Aitana, Roi y Juan Antonio. Juan Antonio se puso de copiloto, Aitana en una ventanilla, Roi en la otra y yo en el centro.
-Ya sabes que luego tenemos que hablar. -me dijo Roi al oído sin que Aitana lo llegase a escuchar, ya que la radio sonaba de fondo.
-Mañana hablamos.
-No, en cuanto lleguemos me explicas.
Llegamos a la discoteca pocos minutos más tarde. Roi me agarró del brazo mientras los demás hacían cola para coger las entradas y me apartó un poco.
-¿Qué te pasa con Aitana?
-No me pasa nada con Aitana.
-Venga, Cepeda, una vez puede colar, pero dos ya es demasiada casualidad. Os gustáis, se nota.
-No, no me gusta Aitana. Por si no te acuerdas tengo novia y ella también, y los dos estamos muy bien.
-Sí, pero eso no quita que os gustéis. Que quieras a Graciela o ella a Vicente no significa que no os podáis sentir atraídos el uno por el otro.
-Bueno, Roi, en serio, no me atrae Aitana.
-No mientas más. A mí no me puedes mentir y, en serio, no me importa lo más mínimo que os beséis y todo lo que queráis. Pero pensad en vuestras parejas.
-Ya lo sé Roi. Pero estate tranquilo, en serio, porque nunca va a pasar nada entre nosotros.

Narra Aitana.

Vi como Roi se llevaba a Cepeda de la fila para hablar en privado. No tuve ninguna duda de que iban a hablar de lo extremadamente cerca que estábamos cuando Roi salió del baño. Quería escuchar lo que decía Cepeda, quería saber si él sentía la misma atracción incontrolable. Luego pensaba y me decía a mí misma "Aitana, no te hagas ilusiones, Cepeda tiene 10 años más que tú, no se fijaría en ti ni loco. Además, tienes novio, es Vicente, y lo quieres". Me repetía esas palabras una y otra vez para que mi cabeza dejase de pensar en Cepeda.
-¿Sabes por qué se han ido Cepeda y Roi? -me preguntó Mimi.
-No tengo ni idea, la verdad, pero espero que vengan pronto, nos toca ya coger la entrada.
Roi y Cepeda volvieron al instante. Cepeda se acercó mirándome y con esa mirada supo decirme todo. Roi le había estado hablando de nosotros, seguro. Entramos en la discoteca poco después y los cinco fuimos directos a la barra. Ana pidió una ronda de chupitos para calentar. Cada uno pidió un cubata en ese momento y nos quedamos ahí hablando. Cuando terminamos el primer cubata fue Mimi la que pidió otra ronda de chupitos para todos y también de cubatas. El alcohol empezó a entrar en nuestra sangre y se notaba que todos estábamos más contentos de lo normal. Al acabarnos el segundo cubata fuimos a la pista. Habíamos pensado en ir antes, con el cubata en la mano, pero los vasos eran de cristal y no nos pareció buena idea. Mejor prevenir que curar.

Nota de la autora: hoy he tenido que correr demasiado para subir el capítulo. Quizá mañana no haya porque tengo el miércoles un examen muy importante. Aún así intentaré que esté. Si no subo mañana el miercoles habrá dos, como recompensa.

Iluminas todo Where stories live. Discover now