Capítulo 5

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Narra Aitana.

Habíamos quedado en la habitación de Roi para ensayar a las 5, así que me eché un rato encima de la cama sin despertar a Nerea, que se estaba echando la siesta cuando yo llegué de comer. A las cinco menos cuarto me empecé a preparar, total, sólo tenía que lavarme los dientes y cepillarme un poco el pelo. Cuando terminé fui hacia la habitación de Roi, no me iba a quedar sentada en la cama cinco minutos sin tener nada que hacer.

Narra Cepeda.

Eran las cuatro y media cuando Roi me dijo que iban a venir a ensayar a nuestra habitación. A mí no me pareció mal, nosotros habíamos quedado en la habitación de Paula a las cinco y media, así que les vería ensayar un rato y después me iría con mi grupo. A esa hora Roi bajó a dar una vuelta con Miriam, una chica que conoció en el casting con la que ya tenía confianza, pero no quiso despertarme. Me desperté veinte minutos más tarde, cuando alguien tocó la puerta de mi habitación. Supuse que era Roi porque se había dejado la tarjeta que abría la puerta dentro, pero no fue así.

Cuando abrí la puerta me encontré con Aitana, la dueña de la voz que me había cautivado. Recordé que Roi me había dicho que formaba parte de su grupo, así que pensé que había venido a ensayar y la dejé pasar.

-Roi ha ido a hablar un rato con otra compañera, supongo que subirá para la hora.

-Está bien, he venido antes porque ya me había preparado y estaba sola en la habitación. Además, me viene bien que no esté, porque quería hablar contigo. -dijo mirando al suelo y después volver la vista hacia mis ojos nuevamente.

-¿Conmigo?

-Sí, creo que no hemos empezado del todo bien. O sea, sí, hemos empezado bien, pero creo que los dos estamos un poco incómodos. ¿Qué te parece si olvidamos lo del baño y empezamos de nuevo?

-Me parece bien. Pero lo del baño no era por nada en especial eh, simplemente te escuché y me dio curiosidad.

-Sí, te entiendo, yo habría hecho lo mismo si hubiese escuchado a alguien cantar. -los dos nos sonreimos. Di gracias a que Aitana parecía que quería olvidar mi ridículo en el baño, iba a estar mucho más cómodo con ella si los dos olvidábamos aquel momento.

Después de esa conversación para aclarar las cosas seguimos hablando de todo un poco, sin entrar demasiado en detalles, pues no teníamos esa confianza, pero nos intentamos conocer el uno al otro, y tengo que decir que ambos nos sorprendimos de lo a gusto que estábamos hablando.

Narra Aitana.

Nunca pensé que pudiera tener una buena relación con Cepeda, pensé que iba a ser muy sin más, pero me estaba sorprendiendo. Creo que había hecho muy bien en hablar del tema, él se sentía incluso más incómodo que yo si recordaba aquel momento. Tuvimos una conversación bastante fluida, hablábamos de todo, nunca nos quedábamos sin tema de conversación. De repente me llegó un mensaje y mi fondo de pantalla se iluminó.

-Uy. -dijo Cepeda con sonrisa y voz pícara. -¿Quién es?

-Un amigo... -contesté un poco avergonzada. No entendí porque no le había dicho que era mi novio. Me sentí un poco tonta.

-Ya. ¿Y cuánto llevas con tu amigo?

-Más de un año. -dije después de descubrir que, como era obvio, Luis no se había creido lo de mi amigo. En parte me alegré, no me apetecía tener que decir que era una broma ni mucho menos explicar por qué lo había dicho.

-Pero, ¿cuántos años tienes?

-¿Yo? Dieciocho.

-¿Dieciocho? -dijo él aparentemente extrañado.

-Sí, ¿tú cuántos tienes?

-¿Cuántos me echas?

-No sé, veintidós o veintitrés.

-Tengo veintiocho. -dijo después de reirse durante un rato.

-¡¿Veintiocho?! -exclamé más asombrada de lo que él había estado antes. -Pareces mucho menor. -No se por qué exactamente, pero no me gustó que Cepeda fuese tan mayor. No tenía por qué importarme, total, si iba a ser mi amigo no importaba que me sacase 10 años, podíamos seguir llevándonos bien igualmente. Así que, pensando en ello, dejé a un lado el tema de la edad.

Dos minutos más tarde llegó Roi, seguido de todos los miembros del equipo, ya eran las cinco y diez, así que nos tocaba ensayar.

Narra Cepeda.

Me quedé hasta las cinco y media escuchando al grupo de Aitana y Roi cantar. No me equivoqué cuando la escuché en el baño, esa chica tenía algo único, una luz gigante la iluminaba cada vez que cantaba y no podía dejar de mirarla cuando lo hacía. Era espectacular. No tenía ninguna duda de que iba a entrar en la academia y quizá hasta ganaba el concurso. Además de cantar súper bien y atrapar a todo el que la miraba cantando, tenía una personalidad con la que seguro que enamoraría también a los que vieran el 24 horas de la academia. Y su físico no se quedaba atrás, Aitana era una chica muy guapa, seguro que se ganaba algún seguidor embelesado por su belleza. Era perfecta para el mundo musical, tenía todo lo que se requería en un artista. Iba a triunfar, estaba seguro de ello.

Cuando llegó la hora me levanté de mi cama, en la que había estado sentado todo este tiempo escuchando a los demás y me fui a la habitación de Paula. En mi grupo todo era bastante más relajado que en el de Roi. Pillamos la canción a la primera, complementamos muy bien las voces y la coreografía era bastante sencilla, lo único era que yo tenía que bailar popping, pero me salía solo, no necesitaba ensayarlo. Estuvimos dos horas seguidas terminando de armar las voces y ensayando. En esas dos horas pudimos montar una actuación de diez. Esperaba que todos los miembros de mi equipo pasáramos a la siguiente fase, si no era así me sentiría un poco culpable.

Dejamos de ensayar y Mimi y yo fuimos a mi habitación, pensaba que el grupo de Roi ya habría acabado de ensayar, pero no.

-¿Habéis acabado ya? -preguntó Roi sorprendido.

-Sí, hace un ratillo. Veníamos a coger el abrigo y ver si queríais ir a dar una vuelta, pero veo que estáis ocupados. -dije al ver que todos estaban con sus libretos y cara de bastante agobiados.

-Sí, la verdad, vamos un poco mal... -se quejó Aitana.

-Bueno, pues os dejamos ensayar tranquilos. -dijo Mimi cogiéndome de la mano y llevándome hasta el pasillo.

Narra Aitana

Cuando vi que Cepeda y Mimi se iban de la mano me molestó un poco. No me molestó propiamente dicho porque no tenía ningún motivo, pero no me dio todo el igual que debería de darme. Fue una cosa rara, muy rara, que me desconcertó totalmente.
Mi grupo y yo seguimos ensayando toda la tarde, estaban demasiado centrados en que la canción saliese perfecta. Roi y yo, en cambio, hacíamos bromas de vez en cuando, sabíamos que podía ser nuestra última noche y que la experiencia se podía acabar para nosotros en unas pocas horas. Queríamos disfrutar del tiempo que nos quedaba. Envidiaba al grupo de Cepeda por ello. Se lo pasaban genial y, además, todos estaban muy tranquilos. Habían ensayado mucho menos que los demás, pero parecían el doble de seguros que el resto. En realidad no sólo yo, todos deseábamos formar parte de ese grupo. Era como el grupo guay del instituto al que querías unirte pero era imposible, el grupo en el que todos queríamos estar.

Nota de la autora: sé que son más de las 12, pero aquí tenéis el segundo capítulo del lunes.
Muchas gracias a todxs lxs que me leeis. Espero que os esté gustando.

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