Cuando tu papel es el espejo de la reina

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La mayoría de parásitos afectivos no pueden amar verdaderamente, el amor está en un lugar y ellos en otro, son poco empáticos y emocionalmente fríos, y sólo logran ver lo que puede ser el amor a través de lo que siente el otro. Sólo les interesa conocerse y quererse a través de la mirada ajena. Su identidad, su valor, su fuerza... los encuentran en los ojos enamorados del otro. Algo que puedes llegar incluso a provocar porque, mientras lo alabas y predicas todas sus maravillas, te dedica una atención especial. A un amor así podrías decirle lo siguiente:
Perdóname; sé que todo lo que te interesa de mí es poderte amar desde mis ojos, verte como yo te veo. Muy bien, mírame: lo eres todo para mí, te amaré siempre, incluso durante los largos períodos en que te olvides de mí. Acércate, reflejado en mis ojos es donde sales más favorecido: no hay nadie más amado y deseado sobre la faz de la tierra. Te lo mereces, te mereces esto y mil amores como el mío. De momento toma éste, que te acompañará para siempre. No tengas ninguna prisa, mírate. ¿Has visto alguna vez a alguien más imprescindible en la vida de otro ser humano? ¿Has visto a alguien más presente, más omnipresente? Sí, este ser fundamental y todopoderoso eres tú.
Y ahora déjame marchar, déjame vivir con el resto de mí; no tengo amor incondicional y absoluto para nadie más. El resto de mis amores tendrán que ganarse el pan y el cariño, tendrán que trabajar y podrán decepcionarme. Los miraré siempre de reojo y pensaré que en algún momento pueden resultarme extraños o sorprenderme. Todos serán intercambiables, todo será prescindible excepto tú. Quédate con tu reflejo heroico, ese espejo de ti que tanto te interesa, pero déjame vivir con el resto de mis capacidades y de mi vida.
Esta declaración de amor contiene una enorme dosis de ironía. Sitúa como víctima del amor a alguien como tú que no puede ser jamás la víctima de nadie. Eres demasiado vital, fuerte, alegre y decidida para dedicarte a ser un espejo favorecedor. ¿Recuerdas la reina de Blancanieves, que cada mañana se levanta y pregunta «Espejito, espejito: ¿quién es la más bella»? Muchas personas siguen con el mismo cuento.
Todos queremos vernos reflejados en la mirada de quien nos quiere, es una de las formas mediante la que construimos nuestra identidad, pero, como en todo, tú sabes mejor que nadie si lo que haces es ofrecer una imagen favorecedora del otro y, en vez de contribuir a que se esfuerce por ser la persona que podría lograr ser y que tú ya ves, contribuyes a que se convierta en una persona cada vez más malcriada, consentida, egoísta y centrada en un yo autorreferencial que actúa con absoluta impunidad.
Una vez más, debo decir que no haces en absoluto nada malo en ver y valorar positivamente a quien amas: es lo que se espera del amor, que veas tanto quién es como su potencialidad de crecer y mejorar, que ames tanto a la persona que es como a la que puede llegar a convertirse. El riesgo al que te expones es que el otro utilice tu mirada positiva para lograr la impunidad, para debilitarte, para saber que por el hecho de ser mirado con buenos ojos encontrará con facilidad la justificación o el indulto.

¿PASAS HAMBRE?

Estar pendiente de alguien que no te quiere del todo es vivir siempre como si te faltara algo esencial, como si pasaras hambre y sed: ¿sientes que te has convertido en alguien necesitado, has caído en la indigencia, te has convertido en un mendigo afectivo? Observa hasta qué punto es lamentable que, con todas tus capacidades, posibilidades, increíbles oportunidades del presente… ¡te sientas tan necesitada! Sólo un mal amor puede hacer que te sientas tan pobre en el corazón de la abundancia.

TOMA NOTA

■ Esta hambre es la misma que el hambre del sobrepeso, el alimento físico puede llenar estómagos pero no alcanza a llenar ningún vacío interior. Asimismo, nadie externo a ti puede llenar este vacío que hay en tu interior.
El amor es el gran antídoto contra las vidas vacías. Es necesario ser consciente de que la propia vida es intransferible, pertenece a cada uno y depende de cada persona llenarla de contenido. Sólo una vida llena es capaz de decir «te necesito porque te quiero», una frase que no tiene nada que ver con «te quiero porque te necesito».

■ Es tan importante saber a dónde te diriges como quiénes te acompañen en el camino.

⠀El Amor No Duele.Where stories live. Discover now