Capitulo 4: Extraños sentimientos

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Cada vez siento más y más malestares. Intento seguir el día sin que me afecten pero son cada vez más intensos. Julia ha regresado de su viaje, me ha pedido que le ayude a enviar unas invitaciones para un evento social de su fundación. Miro el listado de invitados pero de un momento a otro veo las letras distorsionadas. Pestañeo un par de veces y continúo más sin embargo Julia se da cuenta de que algo anda mal con mi estado de ánimo.

— Oye, ¿Te sientes bien?

— Si, todo bien.

— ¿Segura?

Asiento con la cabeza

— Segura, en media hora iré con su sobrino. Le toca la terapia.

— Nathan salió con Sandra a comer. No sabes cómo me alegra que lo haya convencido. Desde ese accidente su conducta antisocial se ha agudizado.

— Si, es una buena señal — Respondo algo seria. — No creo que hoy le dé la fisioterapia a su sobrino, llegará tarde con su novia.

Julia me mira con algo de incógnita, se cruza de brazos arqueando una ceja para preguntar.

— Soy yo o... ¿Sandra no te simpatiza?

— Son cosas suyas. Además, solo soy una empleada. No tengo porque opinar sobre la novia del señor Bouchard.

Nerviosa me sirvo un poco de jugo de frutas tratando de cambiar el tema pero ella insiste. Últimamente no comprendo que me ocurre. Siento que mis pensamientos y deseos no son los mismos que hace meses atrás.

— Más bien creo que por más que mi sobrino se empeñe en ser borde contigo, a ti parece no importarte.

— Solo hago mi trabajo, y si, Nathan es frío y borde pero es mi paciente. Ya me voy, regreso mañana.

Me jode, ¡Si! Me jode esa Sandra. Me estresa no entender porque mis sentimientos están tan distorsionados. Como siempre, Lucas me invita a comer a uno de sus restaurantes favoritos pero esta vez algo parece ser distinto. Me ha pedido que vaya elegante, que elija el mejor vestido, que esta noche será especial. Al llegar al restaurante lo veo esperándome en la misma mesa de siempre, solo que esta vez lleva un saco muy elegante y con una mirada algo nerviosa. Me acerco a él sonriendo

— Hola

— Estás hermosa

— Gracias, disculpa la demora. No sabía que ponerme.

— Descuida, lo importante es que estás aquí. Hoy es una noche especial, espero que para ti también lo sea.

— Lo es, pero..., ¿Puedes decirme a qué se debe todo esto?

Agarra una de mis manos mirándome con dulzura y un destello de luz en los ojos que me desconcierta. ¿Qué ocurre? Acerca sus labios a los míos besándome suavemente como si los estudiara en con cada roce.

— Te amo Gardenia. Te amo y estos cuatro años solo he deseado una cosa, tenerte a mi lado el resto de mi vida.

Me quedo callada, no sé qué responder, no sé qué decir. No sé si sentirme feliz o asustada con su declaración. Han sido cuatro años a su lado, han sido hermosos, también algo difíciles pero sé que Lucas es el hombre ideal de cualquier mujer. Aunque quizá yo sea la excepción a la regla.

— También te amo, lo sabes.

Sonríe sacando de su saco una pequeña cajita abriéndola ante mis ojos. En el interior hay un precioso anillo de compromiso adornado con un solo diamante de ensueño. Con la voz temblorosa, responde.

— Gardenia, mi amor, sé que hemos hablado esto antes y que crees que casarnos para ti es aún muy apresurado, pero llevamos cuatro años juntos, te amo, muero por vivir contigo, por hacerte el amor, por verte todas las mañanas, quiero que lleves mi apellido. Gardenia, quiero que seas mi esposa. ¿Aceptas?

180 días para soñar (PAUSADA TEMPORALMENTE)Where stories live. Discover now