Capitulo 13: Un corazon comienza a latir

2.6K 271 31
                                    


— Gardenia, ¿Gardenia me escuchas?

Abro los ojos lentamente y lo primero que veo es el rostro de Nathan lleno de preocupación. Siento mi nariz húmeda por lo que al tocarla me percato de que estoy sangrando.

— Que..., ¿Que me pasó?

— Te desmayaste, tú nariz está sangrando. Voy a llamar a una ambulancia.

Lo dentengo rápidamente

— ¡No! Estoy bien, no es necesario que llames a nadie. Solo..., solo necesito un pañuelo para limpiarme y estaré bien.

Nathan insiste en que regresemos a la cabaña y no puedo negarme. Con el todo es recto, a su forma, no hay colores, es blanco o negro. Insiste en llamar a un médico pero sigo en negativa. No hace falta un médico para saber lo que tengo, más sin embargo no deseo que nadie cargue con este dolor. Siento hervir el cuerpo por dentro, un calor me invade seguido de terribles dolores de cabeza, pero rápidamente escondo esos síntomas con una sonrisa.

— ¿Segura que estás bien? No es normal que te sangre la nariz así.

— Estoy muy bien, siempre me ha pasado.

Asiente con la cabeza más calmado. Me acerca unos analgésicos con algo de timidez replicando serio.

— Mañana es la reunión de negocios con los inversionistas de mi empresa. Iremos de compras para que vayas a la altura de la ocasión.

— No tengo dinero para cosas así.

— Lo voy a pagar yo. Ahora, duerme que mañana iremos temprano a elegirte algo.

Camina hacia la puerta de mi habitación e impulsivamente lo dentengo con la voz.

— Nathan...

— ¿Si?

— Gracias por preocuparte por mi como lo hiciste.

Mi comentario lo toma por sorpresa y hasta diría que lo descoloca por completo. Se acerca nuevamente para solo responder sin mirarme fijamente a los ojos.

— Hice lo que cualquiera haría.

— No, ¿sabe por qué?— Sonrio — Porque cuando te conocí me dijiste que no te importaba nada ni nadie, solo tú mismo y tu dinero. Hoy me demostraste que ya eso no es así.

— Buenas noches, Gardenia.

— ¿Podría pedirte algo?

Asiente con la cabeza

— Aunque fuera solo por hacerme el favor, ¿Podría darte un abrazo?

— Yo..., nunca...

No dejo que termine de responder y acabo siendo yo quien lo abraza rápidamente. Pero lo que se supone que solo fuera un abrazo termina ocasionando en él algo más. Busca mis labios para sin pensárselo, besarme apasionadamente, sus manos rodean mi cuerpo haciendo que cada centímetro de mi cuerpo, se estremezca por completo. Quisiera dejar llevar el momento, pero no..., quizá es mejor simplemente dejar distancia entre ambos aunque haya algo que nos llame a encontrarnos inevitablemente.

— No vuelvas a hacerlo

— ¿Besarte dices?

— Aún piensas en Sandra, e intentas refugiar tu despecho en mi.

Nathan suspira algo incómodo pero no logra cruzar su mirada con la mía. Agarra una de mis manos respondiendo.

— Te besé porque me nació hacerlo, tus labios, tus labios son tan dulces como misteriosos. Pero si no deseas que vuelva a ocurrir, descuida, no pasará. Descansa, Gardenia.

180 días para soñar (PAUSADA TEMPORALMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora