Capitulo 8: Trato de vida

2.3K 290 44
                                    

Espero sentada en la mesa de siempre en el Marbella. Muero del miedo por lo que voy hacer, si bien descubrí que no lo amo, lo quiero mucho y odio la idea de hacerlo sufrir. Llega al poco tiempo con una rosa y estrechandomela sonríe.

— Hola mi amor, estas hermosa.

— Hola Lucas

— Espero que eso que tienes que decirme tenga cosas buenas.

— Lucas, no..., no te amo. No puedo seguir con esta farsa. Me asfixia seguir en esto. Han sido cuatro años soportando una vida que no quiero. Si estaba contigo es solo por tu dinero, pero me he enamorado, amo a otro hombre y quiero ser feliz con el.

Su rostro se torna serio, casi amenazante. Aprieta los dientes mirándome con desconcierto para luego mirarme con odio. Apenas pudiendo hablar replica

— ¿Te estas escuchando? ¿Sabes lo que estás diciendo?

— Perfectamente, te he dicho que no te amo, que no deseo seguir a tu lado.

— Eres una cinica, he estado cuatro malditos años esperando a que tu te decidas, a que me aceptaras, a que fueras mi mujer. No te he tocado un solo pelo aun cuando he tenido unas ganas que me ha llevado el diablo respetando esa estúpida idea tuya de llegar virgen al matrimonio. ¿Todo era una farsa cierto?

Bajo la mirada intentando contener mis lágrimas

— Lucas, no pretendo que me entiendas, solo te estoy informando, Creo que es todo.

— Dime una cosa, ¿Eres virgen realmente? Porque después de esto dudo mucho que lo seas.

Creo que responder lo que estoy pensando, lo matara pero lo alejara de una vez aunque sea mentira.

— No, no lo soy. Durante años he tenido sexo con ese hombre del que he estado enamorada. ¿Eso es lo que querias saber? Ya lo sabes, te deseo lo mejor Lucas, encuentra a una mujer que si pueda hacerte feliz.

Se levanta de la silla aventando su anillo de compromiso y mirándome fijamente a los ojos, insulta.

— Soy un idiota, pudiendo tener a la mujer que quiera, pudiendo acostarme con la mujer mas hermosa de la ciudad no lo hice por ti y tu resultaste ser una zorra barata. Pero como zorra que eres, te aviso que algun dia te vas a sumar a mi cama. Al menos debo probarte a pago por esos cuatro años tirados al infierno. Eres despreciable.

Sin decir mas se va dejandome sola en aquella mesa de Marbella. Las lagrimas afloran por mis ojos, en pocos minutos siento que el dolor de cabeza me invade, siento que la cabeza me quiere reventar. Me pongo de pie y al hacerlo, pierdo el equilibrio cayendo al suelo llevando conmigo todo el mantel y vajilla. Por un momento pierdo nocion del tiempo, no logro comprender que hago en el suelo, que hago en un restaurante, Un empleado se acerca a ayudarme preguntando.

— ¿Se siente bien señorita?

— ¿Que?

— Que si se siente bien, venga le ayudo a pararse.

Veo al fondo una señora acercarse, la reconozco y al poco tiempo veo que se trata de Julia. Al verme desconcertada me ayuda a ponerme en pie. Mas desconcertada quedo yo al verla en Marbella.

— ¿Gardenia? ¿Qué te ocurre?

— Nada señora, bajones de azúcar. ¿Qué hace aquí?

— Llegue hace unas horas, vine de ver a mi sobrino. El esta muy mal, quiere estar solo. Vine a cenar algo y luego regresar al hospital.

— Ah, vale que bueno, me voy. No me siento muy bien.

— Espera Gardenia, necesito pedirte un favor. Ahora que mi sobrino está delicado, necesito alguien que le levante el ánimo. Por favor ayúdame a sacarlo de esa depresión.

180 días para soñar (PAUSADA TEMPORALMENTE)Where stories live. Discover now