Capítulo 15

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Narra Will:

El día de la fiesta de Halloween había llegado, nos encontrabamos en la cafetería, platicando, o mejor dicho,  debatiendo sobre si llevaremos disfraces o no.

—No puedo creer que ya hayan cambiado de opinión —se quejó el rizado—, antier todos estaban de acuerdo con llevar disfraces.

—Las cosas cambian, Henderson —dijo Lucas, para después darle una mordida a su sándwich.

—Pero no de una manera tan drástica —insistió,e hizo un puchero.

—Si quieres, ve solo tú disfrazado —dijo Max, ya harta de la discusión.

—¡Pero no será igual! —exclamó, e hizo una pausa—, ¡Bien!, Iremos normal.

Las clases pasaron rápido. Caminamos a la entrada entre todos, los chicos estaban charlando enfrente mío y del azabache, mientras ambos recordabamos las tareas que habían dejado a lo largo del día.

Al llegar a la calle donde todos tomábamos caminos distintos, el mayor me detuvo.

—Perdón cariño, creo que hoy no podré ir contigo otra vez —lo miré confundido, para después asentir dudoso—. Sólo prométeme que te cuidarás —dijo con una voz dulce, asentí de nuevo con la cabeza, y nos separamos.

Al llegar a mi casa me tiré en la cama, empecé a pensar en el «¿Por qué Mike, estaba tan ocupado últimamente?, A caso ¿Estaba ocupado en casa?, ¿Estaría trabajando?».
Entre tantas preguntas logré conciliar el sueño, me sentía agotado.

Al despertarme fuí a la ducha y a tantear la temperatura del agua. Mientras la bañera de llenaba fui a buscar ropa para ponerme, y la acomodé en la cama.

Una vez listo, salí de mi casa, sin antes despedirme de mi madre. Caminé a casa de Mike, ya que ahí nos reuniríamos.

Al llegar toqué la puerta, y me quedé a esperar a que alguien abriera.

—¡Hey!, Will, ya llegaste —dijo Dustin con una gran sonrisa—, pasa, hermano —dijo haciéndose a un lado con la puerta.

—Gracias —sonreí entrando a la casa.

—Hola, Cariño —dijo Karen, quién se acercaba a abrazarme.

—Buenas noches, señora Wheeler —respondí con una amplia sonrisa.

—Hay una bandeja de galletas en la mesa si gustas —apuntó al lugar.

—Claro, gracias, aunque creo que alguien ya se adelantó —apunté a Dustin, mientras soltaba pequeñas risas, este voltio.

—¿Qué? —cuestionó con la boca llena, de la cual salieron migajas.

Con los chicos esperamos a que Mike se encontrara listo para irnos. Al poco rato el rizado bajo las escaleras, realmente se veía muy apuesto.

—Es hora de irnos —dijo con una sonrisa—. Buenas noches, mi amor —susurró en mi oído, me sonroje y baje mi mirada. Al parecer Karen notó esto y nos vió atentamente.

Salimos de la casa, Mike y yo nos despedimos de su madre y salimos. En el camino ibamos haciendo bromas y riendo de cosas al azar, sin duda está será una gran noche.

Al llegar, entramos a la casa, había música a todo volumen, chicos y chicas bailando, algunos con un vaso de alcohol en la mano, y otros separados en pequeños grupos charlando.

—Bien, chicos, con permiso, voy por un vaso de alcohol —comentó la pelirroja apenas al cruzar la puerta.

—¿Alcohol?, Pero ni siquiera tomas —dijo Lucas, quien la tomaba de la mano.

Enséñame a Amarte // Byler Where stories live. Discover now